Viene de aquí.
Tras dos días de furiosos combates, las secciones de la Gran Muralla que defendían los pasos habían cambiado de manos varias veces. Los japoneses habían logrado romper las defensas chinas y ocupar brevemente la primera de las dos barbacanas del paso de Xifengkou, solo para ser inmediatamente expulsados de alli por los resueltos defensores chinos.
En la noche del 11 al 12 de marzo, el 29º cuerpo lanzo una contraofensiva, liderada por sus mejores soldados, que usaron los rastros de los leñadores locales para infiltrarse en la retaguardia japonesa.
Los oficiales chinos habían instruido específicamente a los asaltantes para que no utilizaran armas de fuego hasta que no fuera estrictamente necesario, y que confiaran en el dadao y en sus bayonetas.
Milicias femeninas chinas, con el Dadao.
Cuando los asaltantes tropezaron con las posiciones de artilleria de la 14 brigada japonesa, causaron una autentica masacre en los desprevenidos nipones, matando a decenas de soldados en sus cuarteles, destruyendo piezas de artilleria con granadas e incendiando depósitos de municiones. Para tratar de aprovechar el caos en la retaguardia japonesa, el grueso de las unidades chinas lanzaron un ataque frontal sobre las posiciones japonesas, con escaso éxito.
Tras saquear el campamento de la brigada japonesa, los asaltantes chinos desaparecieron con las primeras luces del amanecer, cuando los disciplinados soldados japoneses se recuperaron de su conmoción inicial.
Aunque estratégicamente inútil, la incursión china asesto un fuerte golpe a la moral de los japoneses. Tanto, que el general Muto cancelo el ataque al paso de Xifengkou.
A finales de marzo y principios de abril de 1933, los japoneses atacaron Luowenyu, a unos 50 kilómetros al noreste de Xifengkou, pero el 29º cuerpo se mantuvo firme. Al mismo tiempo se seguían librando feroces batallas en los otros pasos a lo largo de la gran Muralla en la provincia de Rebe, y los resultados fueron menos favorables para chinos.
Tras cambiar de manos cinco veces , Lengkou cayo definitavamente ante la 6º división del ejército Kwantung el 11 de abril. Tan pronto como los japoneses lograron un avance tan significativo,todas las defensas chinas a lo largo de la Gran Muralla comenzaron a desmoronarse. Aprovechando la situación, la 6ª división avanzo hacia el sur, hacia Qian An, amenazando con rodear las posiciones chinas en Xifengkou y Jielingkou.
El 13 de abril se ordenaba a los defensores de ambos pasos la retirada general, momento en el que el 29 cuerpo, originariamente compuesto de 15.000 efectivos, había sufrido más de 8.000 bajas.
En Gubeikou,el 17º cuerpo del ejercito chino del centro, que había llegado desde el sur de China, libró una batalla con armas mas modernas, pero no por eso menos sangrientas, contra la vanguardia de la 8ª división del ejercito Kwantung.Si bien los chinos tuvieron que abandonar en manos japonesas la fortaleza de Gubeikou, plantearon una exitosa defensa elástica para evitar que los japoneses aprovecharan su avance . El 17 cuerpo tambien monto unas serie de incursiones nocturnas similares a las protagonizadas por el 29 cuerpo, pero utilizando subfusiles Bergman MP18 suministradas por Alemania en vez del frio acero del dadao.
El ejercito japones toma la fortaleza de Gubeikou.
Entre el 15 y el 17 de mayo, el 17 cuerpo sufrió más de 4000 bajas, pero continuo combatiendo mientras se retiraba ordenadamente hacia Miyun, siendo reemplazado en el frente por el 26 cuerpo de ejercito.En ese momento, los bombarderos japoneses ya tenían a su alcance las ciudades de Tianjin y Beijing.
Temiendo el colapso de las defensas de la gran Muralla, el general He reagrupó sus tropas para una última defensa de Beijing.
Los soldados del general He lograron resistir el empuje de las tropas acorazadas niponas hasta finales de mayo, cuando Chiang Kai Chek, que no quería perder su mayor ciudad del norte de China, envió a Beijing una brigada de caballería, dos regimientos de artillería y 11 divisiones de infantería adicionales, incluida la división 88, entrenada y equipada por los alemanes.
Division 88 del NRA, ejercito revolucionario chino.
Entonces, la lucha finalizo.
Con la región de Rehe y el norte de Hebei en manos japonesas, el ejercito de Kwantung había logrado su objetivo de asegurar la frontera sur de Manchukuo. Ante la creciente presión tanto de la comunidad internacional como de los políticos anti militaristas japoneses, el general Muto decidió poner fin a la invasión,deteniendo a sus tropas justo cuando se encontraban a las puertas de Beijing.
Los términos del alto el fuego propuesto por Japón, la “tregua de Tanggu”, no iban a favorecer a los chinos, pero Chang accedió de todas maneras, quedando así el escenario preparado para una nueva guerra en cuanto se produjera el más mínimo incidente, incidente que se produjo en julio de 1937, el incidente del puente de Marco Polo, que dio lugar a la segunda guerra chino-japonesa de 1937-1945.
Mientras tanto, cuando el incidente de Rehe llego a su fin, y la tregua de Tanggu entro un vigor, una falsa sensación de paz volvió a la zona.
La batalla de Rehe de 1933 fue muy particular de la Asia de primeros del siglo XX, donde la occidentalización a gran escala estaba suplantando lenta pero con total seguridad las formas de vida tradicionales asiáticas.
Al igual que todo lo demás de esa turbulenta época de cambios drásticos y revolucionarios, el ejercito chino tuvo que coexistir durante un periodo de tiempo considerable con lo viejo y lo nuevo, viejas armas y tácticas nuevas y viceversa, nuevas armas y tácticas antiguas, etc.
Mientras los defensores de la gran Muralla instalaban sus ametralladoras detrás de las almenas y los atacantes empleaban escalas de asedio de bambú y modernos aviones, se sucedían unas escenas de surrealismo anacrónico, únicas en los campos de batalla de los años de entreguerras y de la segunda guerra mundial.
Un entorno de una belleza inigualable, casi de fantasia, donde se desarrollo el último enfrentamiento en la Gran Muralla China, pero que resulto prácticamente invisible y desconocido para el resto del mundo.
Forgotten ally: China ´s world war II – Rana Mitter
Curse on this country, the rebellious army of imperial Japan – Danny Orbach