Viene de aqui:
En la Navidad del año 1535, Cabeza de Vaca descubrió una hebilla de tahalí (cinturón donde cuelga la espada)
y un clavo de herradura atados a una especie de collar que un nativo llevaba en
su cuello. No había duda del origen de los objetos, y Cabeza de Vaca pregunto
al nativo donde los habia encontrado.
“Preguntémosle más, que quién la había traído
de allá, y respondieron que unos hombres que traían barbas como nosotros, que
habían venido del cielo y llegado a aquel río, y que traían caballos y lanzas y
espadas, y que habían alanceado dos de ellos.”
(Capitulo XXXII)
Los españoles siguieron preguntando, y se les dijo que esos otros españoles estaban en algún lugar cercano a la costa. Los sanadores tenían sentimientos
encontrados.Estaban ya muy cerca de su objetivo, tras una década de penurias
estaban a las puertas de su liberación. Por otra parte, estaban perturbados por las
noticias de que otros cristianos ya habían llegado a tan remotos y desconocidos
lugares, y allí estaban arrasando la zona a sangre y fuego.
Los 4 prometieron a los nativos
que buscarían a esos otros “barbudos” y
les convencerían para que dejaran en paz y en libertad a los indígenas, que se
pusieron muy contentos al oír esas palabras.
Incluso para los estándares del comportamiento de los españoles en el Nuevo Mundo, los barbudos conquistadores de Nuño Beltran de Guzmán
que habían salido de Méjico y se habían dirigido hacia la costa del océano Pacifico ejercían un nivel de coacción y violencia que tuvo pocos equivalentes en aquel territorio y en aquella epoca.
Busto de Nuño Beltran de Guzman en Guadalajara,España.
En 1536, Nuño de Guzmán era
ampliamente conocido.Durante casi una década había sido el gobernador de Panuco,
logrando amasar una enorme fortuna gracias al tráfico de esclavos que atrapaba
en Méjico y después vendía en el Caribe.
Desde Panuco, se había opuesto
firmemente a la expedición de Narvaez, ya que pensaba (con razon ) que si Narváez
conseguía su objetivo, sus intereses económicos quedarían muy dañados, ya que
parte de su territorio de caza de esclavos quedaría en poder de Narváez.
Pero Narvaez nunca llegó, y De Guzmán
tenía las manos libres en la práctica totalidad de Nueva España.
Tras asegurar su dominio sobre Panuco, De Guzman marchaba a Ciudad de Mejico.La
corona española veía en De Guzmán al contrapeso perfecto para Hernán Cortés,
gobernador y capitán general de Nueva España, de quien la corona comenzaba a
desconfiar y temer.
En 1528, de Guzmán había recibido
el nombramiento como presidente de la primera Audiencia de Méjico (el tribunal de mayor rango de la corona española en Méjico),
el segundo más alto rango civil existente (despues del de Gobernador ).
De Guzmán aprovechó su nombramiento para poner todo tipo de trabas burocráticas a Cortez y los suyos, entorpeciendo
cualquier petición o requerimiento judicial o administrativo.
Pero su periodo al frente de la
audiencia mejicana fue sumamente tumultuoso, con acusaciones de mala administración,
cohecho, soborno, prevaricación y extorsion,lo que provoco su excomunión por el
obispo de Méjico.
Enojado, poco antes de la Navidad
de 1529,Nuño de Guzman partía de Ciudad de Méjico a la cabeza de 400 españoles
y 12.000 porteadores y auxiliares indígenas.La expedición de Guzmán buscaba
tierras inexploradas al norte y al oeste, donde esperaban encontrar reinos
nativos tan grandes como habína encontrado en el centro de Mejico.
La expedición de Guzmán dejó un
rastro de desolación y muerte allí por donde pasaba. Pasando por el reino tarasco de Michoacan, los hombres de De Guzmán torturaron y asesinaron al rey Cazonci, por
no cumplir con la entrega del tributo al que se habia comprometido.
Cazonci, considerado " rey tan
grande como Moctezuma, y aun mas rico en oro y plata “, fue primero arrastrado
por un caballo,despues estrangulado en el garrote vil y finalmente, quemado en la pira.
Antes de abandonar Michoacan, de Guzmán reunió
a otro contingente de 8.000 nativos, usando la violencia y las cadenas.
Tzintzuntan,capitan del reino Tarasco.
En el verano de 1530, el grupo de De Guzman había llegado a la provincia de Azlatlan, uan región situada en la costa del Pacifico, entre los ríos Santiago
y Culiacan, al noroeste de Méjico.
Lo único que podía detener a Guzmán
de extender la violencia y el terror lo detuvo allí, en Azlatlan, y fue la temporada
de lluvias, tan intensas que los nativos se veían obligados a abandonar sus
chozas y trepar a los arboles, desde donde no se podía ver tierra, sino barro
y agua, mientras sapos y ranas se apoderaban del campamento español saltando
entre las tiendas sin oposición.
La mayoría de los 500 españoles
que participaban en la expedición enfermaron de tifus, y de los 10.000 nativos
apenas 200 podían permanecer en pie. Los nativos que intentaban huir de tan
dantesca situación y eran atrapadoss,
eran torturados antes de ser ejecutados, para servir de ejemplo a sus compañeros.
Tras estas crueles practicas se encontraba De Guzman, un hombre muy religioso que profesaba una dedicación especial al Espiritu Santo.Se oponía con toda su energía a que los españoles mantuvieran
concubinas e imponía fuertes castigos a quien blasfemara en su presencia,
practicas muy difíciles de erradicar en un mundo tan brutal y áspero como el de
los conquistadores españoles del siglo XVI en el Nuevo Mundo.
Su crueldad y locura le llevó a
una megalomanía palpable, insisitiendo en que los nativos debían limpiar los caminos
y calles por los que iba a pasar.
De personalidad un tanto psicópata,
era un hombre de negocios empeñado en unir sus posesiones en el golfo de Méjico
y el océano Pacifico, y sabia mantener unidos a sus hombres utilizando la técnica
del palo y la zanahoria, Extraordinariamente generoso con aquellos que le
servían fielmente, era muy cruel con quien intentaba traicionarle o no cumplía
sus ordenes, que a menudo eran asesinado o enviados en absoluta soledad a lo
mas profundo de la selva o el desierto.
A principios de la decada de 1530, los
representante imperiales en Cuba enviaron a De Guzmán una carta de reconocimiento
por sus servicios prestados a la corona española, además de nombrarle gobernador
de la nueva provincia cuyos territorios acababa de conquistar.
Se trataba de Nueva Galicia, un nuevo virreinato
independiente de Nueva España que contenía las actuales provincias de Jalisco, Zacatecas y Nayarit, la costa del Pacifico entre Jalisco y Sonora,
aprox. Con el paso del tiempo, los puestos militares que De Guzmán había
establecido en Nueva Galicia se convirtieron en prósperos puertos y ciudades, que
de Guzmán colocó bajo control de sus amigos.
Al extremo norte de esta nueva
provincia (Nueva Galicia), destacamentos de caballería continuaban la
exploración hacia el norte. El capitán Diego de Alcaraz comandaba uno de estos destacamentos,
dedicado casi en exclusividad a capturar a los nativos para convertirlos en
esclavos.
En una zona en donde los nativos
solo podían moverse utilizando sus propias piernas, una docena de españoles a
caballo se convertía automáticamente en
una maquina extremadamente eficiente para capturar esclavos.
Primero solían quemar pueblos y
poblados,arruinar las cosechas, y después capturaban a los nativos que trataban
de escapar, sin importar si eran
hombres,mujeres o niños.
En las primeras ocasiones, los nativos,
quizás por curiosidad natural y desconocimiento, se acercaban a los jinetes de Alcaraz y trataban de mostrarse amistosos. Pero pronto aprendieron, y a mediados
de la década de 1530 habían abandonado sus poblaciones y marchado hacia las
laderas de Sierra Madre, en donde los jinetes españoles no solían aventurarse temerosos
de emboscadas.Encontrandose cada vez con más dificultades para lograr su objetivo
de capturar esclavos,los jinetes de Alcaraz marchaban cada vez mas hacia el
norte.
Tan al norte fueron, que se encontraron con Cabeza de Vaca y los suyos.