miércoles, 31 de enero de 2024

1ª Guerra Mundial : Automovilistas (2ª parte )

Grupo de WAAC,s sobre un camion Hallford.

Viene de aquí:

 Al principio, algunas publicaciones periodísticas no se tomaban en serio a las automovilistas.Según alguna de ellas, “el uniforme de las conductoras de la Royal Navy Services Women era inteligente y adecuado”, mientras el uniforme de las chicas de FANY "era menos bello, pero más práctico”.

  Conducir para el Royal Flying Corps (antecesor de la RAF ) era quizás el destino mas prestigioso para una automovilista, mientras servir en el FANY, seguramente el destino mas peligroso, algunas veces parecía significar pertenecer a un club exclusivo, una especie de elite dentro de las conductoras de ambulancias.

  Pero en todos los lugares del frente occidental en el que estas mujeres trabajaban encaraban gran peligro, y en determinadas ocasiones,  la muerte.

  Consideradas en su mayor parte como aventureras que trataban de inmiscuirse en el trabajo de los hombres, los requisitos para entrar, por ejemplo, en FANY, eran considerables. Debían pagar una cuota de entrada, una cuota mensual, debían costearse sus propios uniformes y la lavandería, y en algunos casos debían pagar el alquiler de las pistas de tenis en las que se entretenían en sus ratos libres o trataban de  mejorar su forma física.

Conductoras delante de un Ford T.
 

 Así que la inmensa mayoría de las aspirantes procedían de familias pudientes y adineradas. Y estaban muy bien educadas. Una de las conductoras  escribía en FANY Gazette su experiencia en el depósito de vehículos de Calais, en donde hacia tanto frio que,  además de usar el imprescindible líquido anticongelante, se debían arrancar cada hora todas y cada  una de las 16 ambulancias disponibles, para que el motor no se congelara, y que esa tarea se le encomendaba las conductoras FANY, cuatro de ellas cada dia. También advertían que las carreteras estaban cubiertas de hielo y que a menudo debían colocar cadenas en las ruedas, siendo muy complicado subir colinas  con tanto frio y hielo.

Tratando de arrancar.  

 

  Josephine Tennet, una conductora voluntaria perteneciente a la Cruz Roja británica, era una de las 12 conductoras asignada a una unidad de FANY de ambulancias establecida en Saint Omer, Francia, unidad siempre necesitada de expertas conductoras.

  Josephine escribió una serie de cartas muy detalladas describiendo los problemas encontrados mientras conducía  su ambulancia Buick.

Conductoras de ambulancia de la Cruz Roja britanica en Francia, ante una ambulancia Buick.
 

  Como una mecánica profesional, describía perfectamente las reparaciones  y el mantenimiento que debía realizar para mantener la ambulancia Buick el mayor tiempo posible en las carreteras.

Cambiando bujias.
 

  Segun describe el Buick era un vehículo con un embrague de accionar muy duro, con un motor del que solo funcionaban dos cilindros hasta pasada al menos media hora de uso, un tubo de escape que se rompía con extraordinaria facilidad y una carburación muy complicada de afinar.

  Los pinchazos y quedar atascados en las cunetas eran los problemas mas comunes una vez en marcha, y Josephine no olvidaba cuando tuvo 13 pinchazos en solo 6 días.

 

  El WAAC fue renombrado QMAAC, Queen Mary Army Auxiliary Corps el 9 de abril 1918, para reconocer sus servicios durante guerra, en donde 81 integrantes de la unidad perdieron la vida.

  Con el fin de la guerra y la reducción de efectivos del ejercito hasta niveles de tiempos de paz, la necesidad de mujeres para “sustituir”  a los hombres desaparecio, y el QMAAC fue desmantelado a finales de septiembre de 1921.

  Aunque el entusiasmo de las mujeres por participar en la 1ª guerra mundial tuvo una fuerte oposición inicial, no hubo tal oposición años después, durante los años que precedieron a la Segunda Guerra mundial, y el Servicio Territorial Auxiliar ( ATS) fue formado en 1938, y para el final de la contienda, aproximadamente 300.000 mujeres habían servido a su pais en una gran variedad de funciones no-combatientes, incluyendo conducción de  camiones y como correos motorizados.

 

 Observadas al principio con escepticismo, las mujeres voluntarias que  condujeron ambulancias durante la 1ª guerra mundial demostraron sobradamente  estar capacitadas para la labor exigida, consiguiendo que cesaran las criticas iniciales y que el proceso de que las mujeres fueran aceptadas en todos los aspectos y ramas de las fuerzas armadas británicas no pudiera ser frenado.



Battlefield medicine, a history of the military ambulance from napoleonic wars through world war I – Josh S. Haller.

Battlefield angels, saving lives under enemy fire – Scott McGaugh

Classic military vehicle magazine, feb. 2024

jueves, 25 de enero de 2024

Agripa, la mano derecha de Augusto (4ª parte )

 


Viene de aquí:

  Mientras los legionarios de Marco Antonio ponían bajo asedio Mutina, Cicerón y el bloque conservador del senado, pusieron a votación una moción que encargaba a los nuevos consules del año 43, Aulio Hircio y Cayo Vivió Pansa la tarea de reunir un ejercito para socorrer a Decimo Junio Bruto, y también declaraba enemigos públicos a Antonio y Lepido, por haber entrado en la Galia Cisalpina con un ejército sin permiso del senado.

  Pero los cónsules Pansa e Hircio tenían muchas dificultades para reunir un ejército. Y, tras unos días, el senado encontró un inesperado aliado. Octavio tenia 5 legiones (las dos que habían desertado del ejercito de Antonio, otras dos  de evocati y una creada a través de una nueva leva) en Alba.

  Creyendo que estaba de su parte, el senado rogó a Octavio su colaboración. Octavio se dirigió al senado, y allí expresó su único interés: ver a los asesinos de su tío ante la justicia.

Busto de mármol de Ciceron, en el Museo Capitolino de Roma.
 

  El senado cayó en la trampa, y creyendo que no significaba amenaza ninguna, al contrario, seria un contrapeso al poder de marco Antonio, prometió a Octavio el consulado, ascendiéndolo en primer lugar a propretor, un honor generalmente reservado a los hombres que habían servido como cónsules con mas de 35 años de edad.

  Octavio comprometió entonces su ayuda, y el senado, apremiado por Cicerón, envió un ultimátum a Antonio, conminándole a levantar el asedio de Mutina, devolver el control de  la provincia a Décimo Bruto, retirarse tras el Rubicón y presentarse voluntariamente ante los padres conscriptos, los senadores.

  Con Agripa y Salvadieno a su lado, Octavio y sus tropas marcharon para reunirse con las del cónsul Hircio marchando en dirección  a las  estribaciones de los Alpes.

Casco romano estilo Buggenum, utilizado en la epoca de Marco Antonio y Octavio.
 

 El cónsul Pansa había partido antes, con sus cuatro legiones. Antonio supo de la ruta que seguía el cónsul , y se movió rapidamente para interceptarlo antes que llegar a Mutina.

  Al amanecer del 15 de abril, en las cercanías de la ciudad de Fórum Gallorum, sobre la vía Emilia, los legionarios de Antonio emboscaron a las de Pansa desde ambos flancos.

  Los novatos legionarios de  Pansa no fueron rival para los veteranos de Marco Antonio. Pansa había sido totalmente tomado por sorpresa y murió en batalla junto a muchos de sus bisoños soldados.

  Sin permitir descansar a sus hombres, Antonio marchó hacia el sur, dirigiéndose directamente sobre el ejército de Hircio. pero sus hombres, exhaustos tras la batalla y la siguiente marcha fueron rodeados por las tropas frescas del consul Hircio, que en un primer momento se apoderaron de las águilas de dos de las legiones de Antonio. El combate continuo hasta la noche, y Antonio fue derrotado, aunque pudo escapar junto a su caballería, regresando a Mutina.

 

 

  El ejercito consular, ya reunido con  las legiones de Octavio persiguió a marco Antonio hasta las murallas de Mutina, encontrándose el 27 de abril.

  El ejercito consular ataco las defensas de Antonio, buscando sus puntos débiles, mientras la caballería de Antonio se mantenía a la espera.

  Pero Marco Antonio no quería esperar demasiado, ya que temía la llegada de nuevos refuerzos para sus enemigos, y finalmente ordeno a dos de sus legiones salir de sus defensas y atacar. Pronto se vio obligado a llamar a sus reservas, que salieron de su campamento dejándolo casi indefenso.

  El cónsul Hircio decido aprovechar la oportunidad y ataco el campamento, muriendo cerca del Pretorium, la tienda personal de Marco Antonio.

  Octavio ataco el campamento de Antonio y recuperó el cadáver del cónsul Hircio. Al mismo tiempo, Decimo Bruto encabezó una salida desde la asediada Mutina. Atacado por el frente y la retaguardia, el ejercito de Marco Antonio se reagrupo, y con muy escasas posibilidades de victoria, en la oscuridad de la noche, Antonio abandono el asedio de  Mutina. Reunió a todos los hombres que pudo encontrar y se retiró hacia los Alpes, hacia la Galia Narbonensis.

  Allí se encontraba Lepido junto a Lucio Munacio Planco, proconsul de Galia Comata (Galia celtica, aprox.) con tres legiones,  y Cayo Asinio Polio, procónsul de Hispania Ulterior con dos legiones, que se había desplazado al norte para unirse a Marco Antonio.

 

  Cuando la noticia de la huida de Antonio llego a Roma, Cicerón se encargó de los actos funerarios por los consules fallecidos y de pagar a las tropas. Cicerón también cometió el error de poner a Octavio bajo el mando de Decimo Bruto, una situación que Octavio considero intolerable, ya que después de todo, aunque Decimo Bruto habia estado en su bando durante la Bellum Mutinense, había sido uno de los asesinos de su padre adoptivo.

  Decimo Bruto ordeno a Octavio cruzar los Apeninos con sus tropas para cortar el paso a los refuerzos de Marco Antonio,3 legiones liderados por Publio Ventidio Baso. Pero Octavio se nego, permitiendo que los legionarios de Ventidio Baso se unieran al ejercito de Marco Antonio en Vada Sabatia, en la costa de Liguria.

  Cuando Octavio fue requerido por el senado para dar explicaciones por su negativa para detener a los refuerzos de Antonio, solicito le fuera concedido un triunfo por su colaboración en la derrota de Marco Antonio en Mutina.

  El senado se negó, y para mayor humillación, el triunfo le fue concedido a Decimo Bruto. Con Marco Antonio fuera de juego momentáneamente, Cicerón pensó que era el momento de  acabar con la carrera política de Octavio, y sugirió a Decimo Bruto deshacerse del joven.

  Pero Cicerón había subestimado a Octavio, que se habia dado cuenta que la realidad política había cambiado, y también el equilibrio de poder entre facciones opuestas.

  Escribió a Lepido sugiriendo un acercamiento, y Lepido contestó que había posibilidades de reconciliación con Marco Antonio.

Denario de Marco Emilio Lepido.
 

 Con la posibilidad de recibir el apoyo de Lepido y Marco Antonio, Octavio se dirigió de nuevo al senado, para exigir el consulado. Cuando su exigencia fue de nuevo rechazada , envió un grupo de centuriones para volver a insistir en su demanda, esta vez con la mano en el pomo de sus espadas.

  Tras pocos minutos de presencia de los persuasivos centuriones en el salón del senado, los senadores cedieron y nombraron a Octavio cónsul, con solo 19 años.

  Cuando la noticia llego a los legionarios de Octavio, urgieron a su lider a entrar en Roma. Octavio se puso a la cabeza de sus hombres y entro en Roma, en donde exigió que se utilizara dinero público para darle a cada legionarios los 25.000 dracmas que se les había prometido.

  Así, el 22 de agoto del año 43, Octavio y Cayo Trebonio fueron nombrados consules sufectos. Pero hubo otra consecuencia. El senado tambien se vio obligado a aplicar la Lex Curiata, que iba a permitir al hombre anteriormente llamado Cayo Octavio Turiano ser oficialmente adoptado por la gens Julia, permitiéndole además usar el nombre de Cayo Julio Cesar Octaviano.

  La metamorfosis del nuevo cesar se había completado, aunque desde ese día hasta la fecha de su muerte siempre que necesitaba ir al senado lo hacia con una escolta fuertemente armada, ya que estaba convencido que alli seria asesinado como su padre adoptivo.


 

(Continuara…)

domingo, 21 de enero de 2024

1ª Guerra Mundial : Automovilistas (1ª parte )

 


   Antes del comienzo de la 1ª guerra mundial, los vehículos a motor eran considerados un coto particular del hombre, y las pocas mujeres que decidían desafiar las convenciones sociales, a menudo llamadas "automovilistas", y se atrevían a conducirlos, eran consideradas simples aventureras en busca de emociones fuertes.

  Pero pocos años después la situación iba a cambiar, con gran número de mujeres conduciendo vehículos al servicio de las tres ramas de las fuerzas armadas del ejercito británico, en el ministerio de munición y en labores agricolas.

  Tras la guerra, la presencia de mujeres al volante se convirtió en algo común, normalizado, y los automóviles ya no fueron mas un coto privado para hombres.

  Las enfermeras habían comenzado a servir en el ejército británico en la guerra de Crimea, y en la guerra de los Boers formando parte del Servicio Imperial de enfermeras de la reina Alejandra.

"Enfermeras de la Reina Alejandra"
 

  En 1907 se formó el FANY, First Aid Nursing Yeomanry, en el que sus integrantes estaban autorizadas a llevar uniforme de estilo militar y al principio utilizaban caballos para su tarea de administrar los primeros auxilios a soldados heridos.

 

  Ya en 1914, a pocos días del estallido de la guerra, FANY ofreció sus servicios al Ministerio de la guerra británico, siendo incomprensiblemente rechazados. Sin inmutarse, seis integrantes de FANY, tres enfermeras y una ambulancia prestada viajaron a Francia en donde sus habilidades iban a ser recibidas con sincero agradecimiento por el ejército belga.

  Decenas de voluntarios y ambulancias donadas por instituciones benéficas francesas y británicas fueron llegando a Francia para experimentar un peligroso trabajo, evacuar heridos desde los puestos de primeros auxilios de primera líneas hasta hospitales en la retaguardia, a menudo bajo el fuego artillero enemigo.

FANY.

  Al FANY pronto se le uniría en Bélgica el Cuerpo de ambulancias de Munro, una organización formada por el excéntrico doctor Héctor Munro, que había insertado numerosos anuncios en los periódicos británicos llamando a “jóvenes aventureras para formar la dotación una ambulancia para servir en Bélgica”.

 

 

 200 jóvenes contestaron al anuncio, de las que 4 fueron aceptadas: Lady Dorothie Fielding, Mary Chisholm, Elsie Knocker y Helen Gleason.

 

Doctor Munro,  a la derecha, en la entrega de la orden del rey Leonardo II de Belgica a la conductora Dorothie Fielding.
 

  El 1 de enero de 1917, el trabajo de FANY fue oficialmente reconocido por el Ministerio de  la Guerra británico, y se eligieron 16 conductoras de ambulancia, que con el establecimiento de una seccion de  ambulancias en Calais, se convirtieron en las primeras mujeres en conducir para el ejército británico, oficialmente.

  Aunque FANY había aportado las primeras conductoras de ambulancias para servir en el frente occidental, no tardaron en unirse otras conductoras de otras organizaciones. Destacamentos de ayuda voluntaria, VAD, iba a aportar sus voluntarios, tanto femeninos como masculinos para servir tanto en el frente occidental como en el frente de los Balcanes, bajo los auspicios de la Cruz Roja británica y el hospital femenino de Escocia.

 La marquesa de Londonderry habia creado en agosto de 1915 la Legión femenina, una organización de  voluntarias formada básicamente para ocupar los trabajos que los hombres habían dejado vacantes al ser reclutados para marchar al frente: agricultura, cocina, cantineras, etc.

 

Jovenes de la Legion Femenina, sirviendo de cocineras.
 

 Desde abril de 1916, la legión femenina paso a incorporar una sección de transportes a motor, que fue rapidamente reconocida por la Oficina de Guerra como una organización civil subordinada.

  La Legión dio comienzo a un programa de entrenamiento basado en las autoescuelas civiles ya existentes en Londres. El coste del entrenamiento fue inicialmente costeado por las amistades de la marquesa de Londonderry. Una vez que la candidata superaba con éxito el curso era enviada a una compañia de transporte del ejercito de tierra, en donde aprendían a conducir vehículos como ambulancias, furgones y automóviles.

  Para tratar de alivia la escasez de conductores en el frente occidental, en la primavera de 1917 se formaba el Cuerpo de Auxiliares femeninas del ejercito (WAAC). Las primeras integrantes llegaban a Francia el 31 de marzo, y para el final de la guerra, alrededor de 17.000 WAAC habían prestado servicio en el continente, de un total de más de 57.000.

 

  Las conductoras que habían servido mas de 12 meses en la Legión Femenina podían solicitar el traslado al WAAC, y el reclutamiento y el entrenamiento paso a depender casi exclusivamente de la Legion.

  Al principio, era obligatorio que cualquier mujer pasara el examen de conducir antes de unirse a alguno de estos cuerpos, pero para obtener rápidamente más conductoras se creó una academia de conducción militar para mujeres en Twickenham, condado de Middlesex, tras un curso de 6 semanas en el que podían inscribirse hasta 150 mujeres.

  Antes de decidir su idoneidad para el puesto, se hacía a cada mujer un pequeño examen pirotécnico, en el que se les preguntaba si se consideraban a si mismas adecuadas y equipadas por la naturaleza para el trabajo., que incluía conducir continuamente  ya fuera en buenas o mala condiciones climatologícas, y si se sentían capaces de poner un motor de automóvil en marcha en numerosas ocasiones a lo largo del día, lavar una ambulancia por fuera y por dentro, desmontar y montar neumáticos, etc., acciones que requerían de bastante fuerza, tanto física como psíquicamente.

  Para poder acceder a los cursos de conduccion de la  Legión femenina se requería tener entre 22 y 28 años, y estar física y mentalmente fuerte y saludable, y estar preparada para tener que trabajar 10 horas al día si era necesario.

  Las aspirantes a conductoras recibían un pequeño salario durante su periodo de aprendizaje y además se concedían descuentos para alojamiento en hoteles especiales, solo para mujeres.

  La capacidad mas buscada entre las estudiantes era la independencia y la confianza en su mismas, que pudieran conducir, arrancar y realizar pequeñas reparaciones sin necesitar asistencia.

  Para conseguir superar el curso era necesario acreditar un correcto comportamiento personal y una destacaba habilidad al volante. Al terminar el curso se realizaba una prueba final, un examen de conducción llevado a cabo por un oficial examinador de la seccion de intendencia y transporte mecánico del ejercito británico.

  Una vez pasada la prueba definitiva, la flamante nueva automovilista ya podía ser enviada a cualquiera de las organizaciones citadas.


 

(Continuara…)