viernes, 7 de marzo de 2025

Oda Nobunaga, unificador de Japón ( 9ª parte )

 


Viene de aquí:

 Mientras, Kwon Yul había decidido cruzar el rio Han para tomar posiciones defensivas en la colina de Haengju, ,en cuya cima se encontraba un complejo de templos rodeado por una considerable muralla, a unos 15 kilómetros de Hanseong (Seul ).

  A las 5 de la mañana del 14 de marzo de 1583, los 30.000 soldados del ejército de Kato Kiyomasa convergieron sobre la colina fortificada desde todos los lados, sin ninguna estrategia más allá de la de superar por la fuerza de los números a la pequeña guarnicion de Kwon Yul, menos de  3.000 combatientes, entre soldados y monjes, apiñados junto a  cientos de  civiles  coreanos que habian huido de sus aldeas para buscar refugio dentro de las murallas.

 

  Cuando los japoneses llegaron a la base de la colina con las primeras luces del amanecer , los coreanos observaron que cada soldado tenía una bandera roja y blanca fijada a la espalda, y que muchos llevaban máscaras talladas con feroces representaciones de animales, monstruos y fantasmas.

  El pánico  entre los defensores amenazaba con salir a la superficie, contenido por la tranquila autoridad del comandante Kwon Yul. Mientras los japoneses se ocupaban abajo con sus preparativos previos a la batalla,  Kwon Yul ordenó a sus hombres que comieran. No había forma de saber cuándo tendrían la oportunidad de comer de nuevo. 

 La batalla comenzó poco después del amanecer. Los japoneses, tan numerosos que no podían correr todos a las murallas a la vez, se dividieron en grupos y se prepararon para turnarse en el asalto. Su fuerza debió parecer abrumadora a los coreanos.

  Por una vez, sin embargo, los mosquetes de los japoneses fueron de una utilidad limitada, ya que al tener que disparar cuesta arriba no pudieron apuntar con eficacia a los defensores atrincherados en el interior. Los defensores, con la ventaja de poder disparar hacia abajo, aprovechando la fuerza de la gravedad, lograron rechazar oleada tras oleada de asaltos japoneses utilizando todos los medios a  su alcance; espadas, lanzas, mosquetes, cañones, y sus lanzacohetes llamados Hwacha, muy similar en muchos aspectos al Ribadoquin diseñado por Leonardo Da Vinci.

Hwacha.

Ribadoquin.
 

  Antepasados ambos del lanzacohetes múltiple Katiusha ( órganos de Stalin ) o el mucho más reciente HIMARS, los hwacha coreanos aportaron un poder de fuego irresistible para los soldados japoneses, y el acertado uso de los cañones chongtong, una especie de cañones portátiles que los defensores movian de  una parte a otra de la muralla cuando era necesario,causaba el caos entre los atacantes.

Cañon Chongtong.
 

  Los coreanos rechazaron los tres primeros asaltos generales japoneses, que ni siquiera consiguieron abrir brecha en la empalizada exterior, erigida con troncos atados entre si.  En el cuarto asalto los japoneses lograron abrir brecha en la empalizada de madera y acercarse a la muralla interior, antes de ser rechazados de nuevo.

  El quinto asalto supero la empalizada de madera por la brecha abierta, y ataco la muralla interior, la última linea de defensa que separaba  a los atacantes japoneses de las tropas de Kwon Yul. La lucha se convirtió en un combate cuerpo a  cuerpo, con los enmascarados guerreros japoneses tratando de  abrirse paso entre los defensores alineados en las improvisadas barricadas, usando todo lo que tenían a mano, incluso agua hirviendo o puñados de ascuas ardientes que arrojaban a los ojos de los asaltantes.

 

  Cuando la lucha alcanzó su punto álgido, Kwon Yul abandono su puesto de mando y se dirigió a  luchar codo a codo junto a sus hombres. En un momento dado, los japoneses amontonaron hierba seca a lo largo de la base de los muros de troncos de Haengju y trataron de prenderles fuego, pero los defensores pudieron apagarlo  antes de que fuera demasiado tarde.

  En el septimo asalto nipón, los japoneses lograron ampliar la brecha en la empalizada y comenzaron a abrir un agujero en al muralla interior, pero volvieron a ser rechazados, y los defensores coreanos volvieron a   colocar los troncos y maderos para cerrar la brecha.

 A media que avanzaba la tarde,el agotamiento comenzó a  hacer mella en  los defensores coreanos , y su suministro de flechas disminuía peligrosamente. Se dice que las mujeres dentro de la fortaleza recogieron grandes piedras en sus amplias faldas para abastecer a los defensores colocados a lo largo de la muralla. Pero las piedras por si solas no iban a ser suficientes para repeler a los japoneses durante mucho tiempo mas.

 

  Entonces, cuando todo parecía perdido, el almirante coreano Yi Bun llego por el rio Han, situado en la retaguardia de la fortaleza, con dos barcazas cargadas con 5.000 flechas.

  Con ellas, los defensores de Haengju pudieron continuar la lucha hasta la puesta del sol, repeliendo con éxito otros dos intentos de asalto japonés.

  Finalmente, cuando el sol se hundía en el horizonte más alla del mar Amarillo, la lucha termino, y ya no se reanudo. Los japoneses habían sufrido demasiadas bajas para continuar. Sus muertos se contaban por centenares, y sus heridos, incluidos tres comandantes importantes, Ukita Hideie, Ishida Mitsunari y Kikkawa Hiroie, eran muchos más. De hecho, habían sufrido una terrible derrota, la pérdida más grave en tierra hasta el momento a manos de los coreanos.

 Durante toda la tarde, los supervivientes recogieron todos los cuerpos que pudieron, los amontonaron en pilas y les prendieron fuego. Luego dieron la vuelta y regresaron a Hangseong. Un oficial japonés que se encontraba entre los supervivientes compararía más tarde la escena que se desarrollaba aquel día junto al río Han con el sanzu no kawa, el “río del infierno", el rio que deben cruzar los difuntos para llegar al mas allá. 

Cruzando el rio Senzu.
 

  Cuando  los japoneses se marcharon, Kwon Yul y sus hombres salieron y recuperaron los cuerpos que los japoneses no habían podido recuperar, los cortaron en pedazos y los colgaron de las estacas de troncos de su fuerte.

 Estos espantosos trofeos eran una indicación de cuánto habían cambiado los coreanos desde el comienzo de la guerra, de cómo los diez meses anteriores los habían transformado de “esclavos” conmocionados e indecisos en guerreros sedientos de sangre, empeñados en vengarse.

 Los japoneses no podrían mantener su posición durante mucho tiempo contra una determinación tan sombría, no con sus números menguantes y sus crecientes problemas con los suministros. Acorralados por un enemigo de evidente mejoría militar, dispuesto a soportar enormes penurias y pérdidas para expulsarlos, su siguiente objetivo era liberar Hanseong, Seúl, la capital del reino coreano.

 El largo y crudo invierno había sido muy duro para los soldados japonés desplegados en Corea, un frio  tal que no habían experimentado antes. Las guarniciones japonesas sufrían de escasez endémica de provisiones. Poco se recibía desde Japón debido al ferreo bloqueo naval de la armada coreana, mientras las actividades de los guerrilleros coreanos impedían a las partidas de forrajeadores en busca de alimento para soldados y animales internarse en terreno abierto. En las guarniciones japonesas, desde Pusan hasta Seúl, los soldados japoneses estaban hambrientos y desanimados, y querían volver a casa.

Principales acciones de la guerrilla coreana en 1592.
 

  La situación era aun peor en Hanseong. Mas de 50.000 japoneses estaban acantonados allí, y apenas tenían alimentos.La situación llegó a  un punto critico cuando una unidad de guerreros coreanos y chinos  se introdujo en la ciudad e incendio el mayor almacén de grano de Seúl, en Yongsan, junto a la ribera del rio Han. El almacén ardió hasta los cimientos, y la pérdida del grano dejo a los japoneses con grano para apenas un mes.

  La pérdida del grano imprescindible para mantener  a la guarnición japonesa llevo a los soldados a buscar alimento fuera de la ciudad, en los pueblos cercanos, asesinando a todos los habitantes y robando su grano.

 Además del hambre, los japoneses en Seul tuvieron que sufrir una feroz epidemia de cólera, que diezmo las ya exhaustas tropas japonesas.

  La epidemia se extendió con gran rapidez, a lo que sin duda contribuyeron los miles de cadáveres insepultos de civiles coreanos asesinados esparcidos por toda la ciudad.

  Algunos monjes budistas que habían viajado con las tropas japonesas se habian dedicado a apilar miles de cadáveres de hombres, mujeres, caballos y otros animales en un mismo sitio, pero nadie se había atrevido a cercarse para prender la pira. El olor se extendía por toda la ciudad, y cuando la primavera llego, el calor ayudo a extender aun  mas la epidemia.


 

(Continuara…)

miércoles, 26 de febrero de 2025

1808 ; Napoleon : 2ª guerra peninsular (7ª parte)

 

Caballeria ligera polaca, en traje de gala.

Viene de aquí :

  Cuando Napoleón entró en Varsovia en diciembre de 1806 durante la Guerra de la Cuarta Coalición, fue recibido como un héroe liberador. Una década antes, Polonia había sido dividida entre Rusia, Prusia y Austria y había desaparecido del mapa de Europa. 

 

Tercera particion de Polonia, en 1795.
 

  Sin embargo, el sentimiento patriótico seguía siendo alto y, como muestra de gratitud por derrotar a  las potencias que la habían ocupado y repartido, los ciudadanos de Varsovia decidieron crear una guardia de honor para escoltar y proteger al emperador francés durante su estancia en Polonia. Reclutados entre las mejores familias nobles del país, estos hombres impresionaron enormemente a Bonaparte por su estatura, modales y habilidad para montar a caballo, y en marzo de 1807 ordenó la creación de un regimiento de 600 Chevau-Légers Polonais (Caballería Ligera Polaca) para servir como parte de su Guardia Imperial. 

 

 El elegido para comandar el regimiento fue el conde Wincenty Korwin Krasinski, un noble y patriota de considerable influencia. Krasinski había servido en la caballería nacional antes de la partición de su pais y fue fundamental en la organización de la guardia de honor de Varsovia. Sin embargo, Krasinski pasó la mayor parte de su tiempo fuera del regimiento sirviendo como cortesano de Bonaparte, y el coronel mayor Pierre Dautancourt era en gran medida el verdadero oficial al mando del regimiento. Apodado cariñosamente "Papa" por sus hombres, Dautancourt se había hecho un nombre como oficial de caballería en la Gendarmería de élite de la Guardia Imperial, y fue él quien se encargó de la organización y el entrenamiento del regimiento y lo acompañó en campaña. 

Coronel Pierre "papa" Dautancourt.
 

  Si bien la mayoría de los oficiales eran polacos que ya servian al emperador francés o que habían servido en la guardia de honor de Varsovia, los coroneles mayores del regimiento, así como sus oficiales de estado mayor e instructores, eran todos franceses extraídos de otras unidades.

  Sin embargo, los cuatro comandantes de escuadrón eran polacos y, después de la creación del Ducado de Varsovia en julio de 1807, se reclutaron más voluntarios adecuados del recién creado Ejército polaco. La creación del regimiento refleja la creciente necesidad de Bonaparte de contar con contingentes extranjeros para compensar las elevadas pérdidas sufridas durante la campaña de Prusia, así como su gran impresión de los polacos. También es indicativa de su deseo de ampliar su rama de caballería, que le había servido tan eficazmente durante la campaña, hasta un número sin precedentes.

 A pesar de esta necesidad, los criterios de alistamiento se establecieron deliberadamente altos para cumplir con los estándares de la Guardia Imperial.

Batallon de  veteranos e invalidos, al servicio del emperador de Francia.
 

 Sólo se aceptaban como oficiales a caballeros con medios y educación, e incluso los soldados tenían que ser  capaces de pagar su propio caballo, uniforme y equipo. Aunque los requisitos de altura finalmente se relajaron, la proclividad de Bonaparte por los soldados de caballería de gran tamaño era tal que los enemigos de los polacos notaban con frecuencia su imponente tamaño. Antes de que un recluta fuera aceptado, tenía que presentarse junto con una prueba de que cumplía todos los requisitos al príncipe Józef Poniatowski, sobrino del último rey de Polonia y ministro de Guerra del Ducado de Varsovia. Sólo entonces podía considerarse parte de la élite del emperador francés.

Príncipe Józef Poniatowski.
 

  Los uniformes del regimiento eran de color azul oscuro con ribetes rojos y ofrecían una resplandeciente mezcla de tradición militar polaca y francesa imperial. Los pantalones ajustados de color rojo tenían una doble raya blanca que recorría cada pierna, mientras que las kurtkas (chaquetas) estaban rematadas por un gran plastrón rojo y cuellos altos, ambos ribeteados con encaje plateado.

 La característica más distintiva era la tradicional gorra de caballería polaca de parte superior cuadrada o czapka que, después de las guerras napoleónicas, se convertiría en un elemento estándar en los regimientos de caballería de toda Europa. Cada czapka, de unos veinte centímetros de altura, tenía una escarapela tricolor y una gran placa frontal de bronce que contenía una “N” coronada que identificaba a los jinetes como soldados del emperador. 

Czapka.
 

  En el campo de batalla, cada jinete llevaba un sable y dos pistolas, así como una carabina con bayoneta, una carga sorprendentemente pesada pero típica de las unidades de caballería ligera de la época.

 Los primeros destacamentos de los Chevau-Légers Polonais llegaron a España a finales de junio de 1808, justo cuando la posición francesa en la península comenzaba a deteriorarse rápidamente. Como todavía no habían sido puestos a prueba, fueron puestos bajo la tutela del general Antoine Lasalle, que comandaba la caballería en el cuerpo de ejercito del mariscal Bessières.

  Lasalle era un brillante y apuesto oficial de caballería que creía abiertamente que ningún húsar francés debía vivir más allá de los 30 años (murió en la batalla de Wagram en 1809 a los 34). A pesar de su bravuconería, Lasalle se preocupaba profundamente por el bienestar de sus jinetes, y los polacos llegaron a respetarlo y admirarlo enormemente a medida que aprendían los deberes de la caballería ligera en el campo de batalla.

"General Antoine Charles-Louis  Lasalle" , obra de Jean Baptiste Edouard Detaille.
 

  En la batalla de Medina de Rioseco, el 14 de julio, dirigió un grupo de caballería improvisado que incluía algunos Chevau-Léger en una carga de último minuto que convirtió una situación desesperada en una victoria impresionante. Sin embargo, los desastres en Bailén y en Portugal anularon tales éxitos, y en el otoño de 1808 los polacos se habían retirado con las fuerzas francesas restantes al Ebro.

 Pero la verdadera prueba para los lanceros polacos estaba aún por llegar.

 Aquella mañana del día 30 de noviembre de 1808, una espesa niebla flotaba en el aire y ocultaba a los defensores españoles. Incapaces de valorar la fuerza de las posiciones enemigas, Bonaparte y su personal decidieron desmontar, acampar y esperar la llegada de la fuerza principal francesa.

 La niebla no se había despejado aun cuando el grueso de las tropas francesas comenzó a llegar y, como resultado, Bonaparte, que aún no podía distinguir las posiciones enemigas,  ordenó a un miembro de su estado mayor, el mayor Phillipe de Ségur, que cabalgara hasta la entrada del paso con un destacamento de cazadores a caballo y examinara lo que pudiera.

 A pesar de la niebla, los españoles oyeron a los soldados de caballería acercarse y los dispersaron rápidamente con una descarga de la primera batería. A las 9 de la mañana, todavía sin estar seguro de lo que les esperaba a sus hombres, Bonaparte ordenó a la división del general Francois-Amable Ruffin, parte del cuerpo de ejercito del mariscal Claude Victor, que atacara al enemigo en un ataque de tres frentes diseñado para abrumar cualquier oposición : El 24.º Regimiento de Infantería de Línea debía avanzar por las laderas al este de la carretera principal, mientras que el 9.º Regimiento de Infantería Ligera haría lo mismo en el lado occidental.

 Mientras estos ataques de flanqueo desalojaban a las tropas enemigas en las laderas, la 96.ª Línea recibia la tarea de forzar el camino y abrirse paso hasta la cumbre.

Guardia Valona, en primera linea del ejercito español en Somosierra.

 

 (Continuara…)