Los primeros años de
la república romana fueron duros. Tuvo que hacer frente a la hostilidad de las
ciudades etruscas vecinas, a las que el último rey romano, el etrusco Tarquino Soberbio había pedido ayuda para recuperar su trono. La tarea de combatir a los
etruscos la debieron asumir los dos primeros cónsules romanos, Bruto y Colatino.
Pero dentro de Roma había también una facción favorable al
rey etrusco depuesto. Entre ellos se contaban dos hijos del cónsul Bruto.
Cuando fue descubierta la conspiración, el responsable de juzgar a los
conspiradores era el mismo cónsul Bruto.
Este antepuso las necesidades de la república a su función
paterna y ordeno la ejecución de sus hijos.
Poco mas tarde, Bruto murió en una escaramuza de los romanos
contra las fuerzas de Tarquino, que había obtenido la ayuda de otro rey etrusco,
Lars Porsena, rey de Clusium, ciudad etrusca situada a 120 km al norte de Roma.
Porsena en las cercanias de Roma.
La leyenda dice que Porsena y su ejército etrusco avanzaron
hasta el tiber, expulsando a las tropas romanas de sus posiciones en el monte Janiculo, al oeste del rio. Pero los romanos consiguieron destruir el puente
que cruzaba el rio tiber, evitando que Porsena entrara en Roma.
Según la leyenda, Publio Horacio Cocles (tuerto) mantuvo a raya al ejercito etrusco,
mientras dos compañeros destruían el puente. Cuando el puente fue destruido,
Horacio se lanzo al tiber y regreso a Roma a salvo. Hoy en día se utiliza la
frase “Horacio en el puente” para aludir a un hombre que libra una desesperada
batalla en solitario contra fuerzas muy superiores.
Horacio en el puente.
Porsena inicio entonces el asedio a roma, ya que había
fracasado en su intento de tomarla por sorpresa. Existe otra leyenda alusiva al
hecho: un joven patricio romano, Cayo Mucio, se ofreció como voluntario para
infiltrarse en el campamento etrusco y asesinar a Porsena. Pero fue capturado y
se le amenazo con quemarle vivo si no informaba de la manera de acceder a roma.
Cayo Mucio, para demostrar el poco temor que sentía de ser quemado,
coloco su mano derecha en un horniullo cercano y la mantuvo allí pacientemente hasta
que se le quemo por completo, mientras declamaba "Poca cosa es el cuerpo,
para quien sólo aspira a la gloria" .A partir de allí, se añadió un nombre
adicional, Escevola, que significa zurdo.
Porsena y Escevola.
Según la leyenda,Porsenna quedo tan impresionado que
desistio de tomar una ciudad repleta de hombres tan valientes como Escevola.Negocio la paz con los romanos y se marcho sin colocar a Tarquino en el
trono.
La última aparición del ex monarca Tarquino el Soberbio tuvo
lugar en el año 496,cuando las ciudades de la liga latina, aprovechándose de
las perdidas romanas en la guerra contra Porsena, trataron de acabar con la nueva republica.
El ejercito latino, con Tarquino y sus hijos al frente, lucharon contra los
romanos cerca del lago regilo,muy cerca de Roma.
En esta batalla, siempre según los romanos, su ejército fue
ayudado por dos jinetes de fuerza y dimensiones sobrehumanas : Castor y Pólux.
Los romanos consiguieron derrotar totalmente a los latinos,
matando a los hijos de Tarquino, que se retiro a Cumas, muriendo allí.
Templo de Castor y Polux.
A partir de esa batlla,los romanos construyeron templos en
honor de Castor y Polux,y se les rindió honores especiales.
El fin de la monarquía etrusca había dejado roma gobernada
por una oligarquía, el “gobierno de unos pocos”,que eran los patricios. Solo los
patricios podían ser senadores,consules,pretores o cuestores. Los plebeyos servían
para trabajar en las fincas y formar parte del ejército, pero no tomaban parte
alguna en las tareas de gobierno.
Tras las guerras con los etruscos y los latinos, la situación
se puso muy difícil para los plebeyos.Las fincas agrícolas habían sido saqueadas,
los alimentos escaseaban, los pobres estaban endeudados,etc.
A los patricios no les importaba, al contrario, si un
agricultor plebeyo se endeudaba y no podía pagar sus deudas, según las leyes
romanas de la época el plebeyo tenía que venderse a sí mismo y a su familia
como esclavos para pagar la deuda. Y con quien se endeudaban los plebeyos
normalmente era con los terratenientes patricios.
El líder del partido patricio de la época (495 a.c. aprox. )
era el cónsul Apio Claudio. Sabino de nacimiento, había combatido junto a los romanos
contra los etruscos. Gobernó con mano dura, y a los plebeyos no les gustaba que
quien les imponía las durísimas leyes sobre la deuda ni siquiera fuera romano
de nacimiento.
Para los plebeyos, la ciudad de Roma no significaba nada, y
en el 494 a.c. decidieron abandonar roma y fundar una nueva colonia en una
colina situada a 5 km al este de la ciudad.
Los patricios empezaron apreocuparse.No podían permitirse
perder una parte tan grande de la población. Si estallaba una guerra, sin
plebeyos su ejército sería muy inferior. Así que tuvieron que negociar. Y para
negociar eligieron a Menenio Agripa, gran orador y patricio muy estimado por la
plebe. Influyo en el senado para que hiciera concesiones y ambas facciones
consiguieron llegar a un acuerdo. Los plebeyos lograron el derecho de disponer
de su propia asamblea : en esta nueva asamblea ( concilia plebis ),el derecho a
voto seria independiente de la riqueza de cada uno.
También Se llegó a un acuerdo por el cual los plebeyos
tendrían funcionarios propios,funcionarios elegidos por el voto de los
plebeyos y que no representarían a todo el
pueblo romano, sino solamente a los
plebeyos. Esos funcionarios fueron llamados tribunos (nombre dado originalmente a
los jefes de una tribu). Si el tribuno juzgaba desfavorable para la plebe una medida adoptada por
el Senado o los cónsules, sólo tenía que poner su veto y la
decisión era anulada. Cualquier ciudadano podía también apelar a los tribunos
del pueblo para que lo ampararan
de las injusticias. Los tribunos de la plebe gozaban de
inmunidad y su autoridad era similar a la de los cónsules. El cónsul tenía el poder de decretar, y el tribuno,
el derecho de oponerse.
Así nació una especie de representación popular no refrendada por la ley,
pero lo bastante poderosa para hacerse respetar en los asuntos públicos. En un
principio, no tenían capacidad jurídica para proteger eficazmente los intereses de los
plebeyos, pero como suele ocurrir , los poderes que los tribunos se arrogaron con
el apoyo popular fueron reconocidos de hecho por la sociedad
entera. Respaldados por la mayoría del pueblo, los tribunos podían aprovechar la situación para apoyar a sus hermanos de clase contra los abusos de los magistrados patricios. A su vez,
los plebeyos se comprometían por juramento a defender a los tribunos del pueblo
contra todos los ataques, vinieran de donde viniesen.
¡Cómo no iba a ser paulatina y poderosa la construcción de Roma con semejantes muestras de coraje!
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