miércoles, 18 de octubre de 2023

1917 : "Jinetes de leyenda", la carga de la "otra" Brigada Ligera (6ª parte )

Beerseba, poco antes de la 1 guerra mundial.
 

Viene de aquí:

  Para llegar a su objetivo, los australianos deberían recorrer 6 kilómetros de terreno pelado y con una suave pendiente hacia Beerseba. No podian ver las posiciones otomanas porque estaban completamente oscurecidas por una espesa nube de polvo que la artillería aliada habia levantado hacia unas horas.

  El único punto de referencia para los jinetes era el blanco minarete de la mezquita de la ciudad, que destacaba claramente contra el oscuro terreno.

  Al llegar a una colina baja que se alargaba hacia la llanura que debían atravesar, los jinetes formaron una larga linea, con el 4º regimiento a la derecha y el 12º a la izquierda.

Desplegándose.
 

  Los escuadrones formaron en tres lineas, con cada linea a unos 600 metros de distancia de la siguiente, con una distancia entre hombres de unos 5 metros.

  En total, ambos regimientos sumaban unos 800 hombres, aunque se contaba también con el apoyo de dos baterías de artillería a caballo y el 11 regimiento de caballería ligera australiana, que iba a comenzar en la reserva. Por detrás de ellos, ambulancias a caballo y camilleros.

 

  El avance comenzó como era costumbre, primero al trote, después al medio galope, y tras recorrer un par de kilómetros así, los soldados espolearon a los caballos para que galoparan. Mientras lo hacían, de repente aparecieron dos aviones alemanes, que ametrallaron a ambos regimientos, con casi nula efectividad.

  Los jinetes australianos debían parecer muy vulnerables en la llanura, pero su velocidad junto con las grandes nubes de polvo que levantaban los cascos de sus caballos los convertia en blancos difíciles.

 

  Pero esa circunstancia no iba a detener a los soldados otomanos, que desataron un devastador fuego de fusilería, ametralladoras y artillería. Pronto, hombres y caballos comenzaron a caer al suelo .Sin cobertura disponible, la única protección de los jinetes era agacharse lo mejor posible tras el cuello de sus monturas, que galopaban puramente por terror e instinto.

  Tras la carga se supo que los otomanos creian que los jinetes iba na aparar y desmontar para continuar el ataque a pie, y por eso no se molestaron en ajustar el alcance de ametralladoras y cañones

  Según se iban acercando a las posiciones enemigas, mas se intensificaba el fuego de los soldados otomanos. Mientras las granadas de artillería explotaban por encima de los jinetes, proyectiles de rifle y ametralladora abrían grandes huecos en las filas australianas.

  Era una escena infernal, que se hacia aun mas aterradora por el estruendoso golpear de los cascos de los caballos, todo ello entre grandes nubes de polvo.

  Cuando los australianos llegaron a unos cientos de metros de las trincheras otomanas, desenvainaron sus bayonetas y las agitaron en el aire como si fueran sables. El destello de las bayonetas bajo el sol de poniente lleno de miedo a muchos de los defensores, que comenzaron a abandonar sus posiciones para replegarse hacia la ciudad.

  Los jinetes del 12º regimiento fueron afortunados al acercarse a una sección de trincheras que estaban sin terminar, y pasaron fácilmente junto a los pocos defensores que las ocupaban, internándose en las polvorientas calles de Beerseba.

  El 4º regimiento hubo de enfrentarse a un sector de trincheras mejor preparado, en algunos lugares con tres lineas de profundidad, y los australianos se vieron obligados a desmontar y combatir cuerpo a cuerpo.

  Muchos soldados saltaban de sus caballos para caer directamente en las trincheras enemigas, pistola y bayoneta en mano, mientras otros usaban sus fusiles como garrotes.

  Otros permanecieron montados, y saltaban por encima de los tres metros de anchura de las trincheras, continuando hacia la ciudad. Varios soldados informarían mas tarde que sus caballos habian muerto de repente sin razon aparente.Un rastro sangriento revelaba que sus estomagos habian sido abiertos por las bayoneta otomanas al saltar las trincheras; los pobres animales habian seguido galopando todo lo que pudieron hasta desplomarse desangrados.

 

  Los combates fueron terribles, y testigos de muchos actos de valentía. Por ejemplo, el sargento Jack Cox capturo 40 prisioneros, incluyendo una sección de ametralladoras, con nada mas que su revolver.

  Algunos defensores estaban ansiosos por rendirse, e incluso ofrecieron dinero a los atacantes para conservar sus vidas.Pero otros muchos lucharon hasta el final, incluidos muchos de los reclutas árabes, antes ridiculizados pro los otomanos. En medio del caos, muchos soldados otomanos capturados volvían a la lucha cuando los australianos que los vigilaban dejaban de hacerlo.

Prisioneros otomanos.
 

  A pesar de la feroz resistencia, a los 10 minutos de llegar a las trincheras otomanas, los jinetes australianos galopaban por la practica totalidad de la ciudad. En pocos minutos,el resto de las fuerzas británicas que participaban en la ofensiva convergían sobre Beerseba desde todas direcciones.

  Cuando los australianos comenzaban a celebrar la victoria, recibieron un fuerte susto, cunado dos tremendas explosiones sacudieron repentinamente las calles de la ciudad. Un oficial alemán habia tomado la iniciativa y había dinamitado dos de los pozos de agua de la ciudad antes de retirarse con el resto de la guarnición.

Uno de los pozos dinamitados en Beerseba.
 

Afortunadamente, fue capturado antes de poder detonar algún pozo mas.

  Mientras el sol se ponía sobre Beerseba, las exhaustas tropas aliadas observaban triunfalmente como una multitud de tropas otomanas , incluyendo a Ismat Bey y su estado mayor, huían hacia el norte, hacia las colinas, con los artilleros tratando inútilmente de llevarse con ellos sus cañones.

  Al caer la noche, Beerseba y sus valiosos pozos de agua estaban firmemente en manos británicas.Increíblemente, en la carga de caballeria solo habian muerto 32 australianos, ademas de 70 caballos, prueba de la velocidad y la sorpresa con la que se habia llevado a cabo el ataque.

Algunos de  los caidos australianos en la carga en Beerseba.
 

  En total, la ofensiva britanica sobre Beerseba habia costado al vida a 1.250 combatientes aliados, la mayoria de ellas en los ataques de la infantería aliada en el sur y el este de Tel el Saba.

  No se conoce el numero de bajas de las tropas otomanas, pero las trincheras estaban repletas de muertos, y mas de 1.000 turcos fueron hechos prisioneros.

  Cuando los britanicos consolidaron sus posiciones, se decepcionaron un tanto al descubrir que el suministro de agua que podrían obtener de los pozos de Beerseba era mucho menor de lo que esperaban conseguir.

  Pero, aparte del valor de los pozos de agua, la toma de Beerseba desestabilizo toda la linea defensiva otomana. En el transcurso de la siguiente semana se produjeron grandes avances aliados, y una semana después de la toma de Beerseba, las tropas de Allenby marchaban sobre Gaza.

 

  Aunque los otomanos no se rindieron y siguieron luchando tenazmente, ya no habia forma de detener el implacable avance britanico hacia Tierra Santa, y el 9 de diciembre de 1917, Jerusalen se rindió a las topas de Allenby, a tiempo para Navidad.


 

To Beerseba 1917 – Tom Thompson.

The battle for Palestine – John Grainger.

The last crusade, the pàlestine campaign in first world war – Anthony Bruce.


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