domingo, 26 de enero de 2025

JUEGOS DE GUERRA : 1ª parte .

 


  En los años de la segunda guerra mundial, cientos de juegos de mesa fueron puestos en circulación por las naciones contendientes. Los juegos se hacían básicamente para dar a conocer  a niños y jóvenes aspectos referidos a lo militar. Como es evidente, los mayores productores de este tipo de  juegos fueron británicos, alemanes y estadounidenses, que fabricaban productos especialmente diseñados para niños.

 Siguiendo a la declaración de  guerra que dio comienzo a la guerra mundial, los niños fueron “bombardeados" con diferentes tipos de juegos, especialmente durante los primeros años de la contienda.

  Inspirándose en las fuerzas armadas y los hechos de  guerra de cada país, los juegos mostraban gran creatividad en su diseño, a pesar de la escasez de materias primas debido a la economía de guerra.

  Prácticamente todos los juegos tenían un considerable valor de propaganda, incorporando impactantes dibujos para atraer la atención del posible comprador, y con temas que iban desde la evacuación de niños londinenses debido a los bombardeos alemanes, hasta el lanzamiento de las bombas atómicas en el verano de  1945.

 

 Durante los primeros años de la guerra, Gran Bretaña y Alemania invirtieron fuertemente en juegos para entretener, educar y “atrapar” a su respectiva juventud. Tras entrar en el conflicto en 1941, EE.UU. produjo una considerable variedad de juegos que de una u otra manera, reflejaban su estatus como la nación mas rica y desarrollada del mundo.

 

  Juegos de tablero, de cartas, puzzles, etc., fabricados al principio de  la guerra con madera, baquelita , goma e incluso metal, según progresaba el conflicto pasaron a fabricarse con papel y cartón, ya que la escasez y las restricciones gubernamentales lo hacían necesario.

  Así, a partir de 1942, los gobiernos britanicos y alemán controlaban estrictamente todo lo relacionado con los juegos de mesa, mientras en EEUU se fabricaban libremente y en masa numerosos juegos.

  Desde el  comienzo de  la guerra, la juventud había sido objetivo prioritario para ambos bandos, con los respectivos gobiernos reclutando y entrenando a los jóvenes en diferentes tareas. En Gran Bretaña, el entrenamiento  los jóvenes incluia trabajar en fábricas y trabajar el campo, en sustitución de  los adultos que habian marchado a combatir. Recoger chatarra para reciclarla ,ayudar a la defensa civil  durante los ataques aéreos alemanes y unirse a los boy scouts y otras organizaciones juveniles eran otras de las tareas asignadas. 

Scouts practicando el transporte de heridos.
 

 En la Alemania de 1939 ya existía una ley para reclutar  a los niños de entre 10 y 14 años  para ingresar en el Jungvolk ( para los niños) o el Jungmadel ( para las niñas ), y cuando llegaban a los 14 años pasaban a  formar parte del Hitlerjugend ( para los niños) o la Bund Deutscher Madel ( liga de las jóvenes alemanas).

Chicas de la Bund Deutscher Madel.
 

 Todos formaban parte del esfuerzo bélico alemán, ya fuera en labores de apoyo a los militares o organizando campañas de ayuda a los mas necesitados, como la Wintershillwerk des Deutschen Volkes, para proporcionar alimento, ropas o carbón a los más necesitados.

 

 Aunque en buena parte de los EEUU los civiles a menudo no tenían la sensación de estar en guerra, debido a su lejanía geográfica con el conflicto, muchos jóvenes se alistaron en organizaciones juveniles para reunir chatarra, gastar sus monedas en comprar bonos de guerra y ayudar en la fabricación de municiones y vehículos militares.

  La propaganda dirigida a la juventud se realizaba en variadas maneras y utilizando diferentes medios, desde la radio, , libros, juguetes, películas cinematográficas, revistas, etc. Pero los juegos de mesa tenían una importancia vital, ya que permitían jugar a toda la familia, que en numerosas ocasiones llevaban jugando a determinados juegos durante generaciones.

 Durante las decadas de 1920 y 1930 en Alemania , asolada por una terrible crisis económica que no permitia a los alemanes gastar su magro sueldo en cines o teatros, los juegos de mesa se convirtieron en un modo para olvidar los problemas durante unas horas sin gastar dinero . Y los fabricantes se dedicaron a producir una extraordinaria variedad de juegos de mesa, puzzles y juegos de cartas que iban desde el juego de bolos a la escalada del Everest.

 Pero la llegada de  la segunda guerra mundial obligo a los fabricantes a modificar esos juegos y convertirlos en juegos de guerra, que intentaban mostrar la realidad del conflicto en vez de presentarlo como una divertida aventura. Algunos de los juegos animaban a los jóvenes a “hacer su parte” en la guerra, pero otros tenían una motivacion mucho más sinestra :  adoctrinar a los jóvenes en el odio al enemigo.

  En particular, los nacionalsocialistas alemanes llevaron los juegos de mesa a un nuevo nivel, exaltando el patriotismo de los jóvenes y su orgullo por las conquistas de su ejército.

  Mientras los juegos de esa época exigían a los jóvenes competir contra el enemigo, de hecho los fabricantes se preocupaban de  amañar las reglas para que los alemanes no perdieran nunca.

  Mas allá de la falta de fair play de los fabricantes germanos, Alemania tenía una larga y exitosa historia de fabricar gran número de juegos de mesa de gran calidad desde el siglo XIX.

  La histórica ciudad de Nuremberg era el centro de la producción de juguetes y juegos, con algunos de  los mas exitosos  fabricantes siendo de origen judío. Así, cuando los nazis llegaron al poder en 1933, se dispusieron a "desjudeizar" la industria del juguete, haciendo la vida imposible  los empresarios judíos para que abandonar sus negocios.

  Uno de los primeros damnificados fue la empresa J.W. Spear & Sons. Fundada en 1879 por Jakob Wolf Spier decidió germanizar su apellido y transformarlo  a Spear, para ocultar sus raíces judías y poder mantener su nivel de ventas.

  Para 1930, la empresa se había convertido en una de las mayores empresas productoras de juegos de mesa superventas, no solo en Alemania, sino en todo el mundo, tanto que abrieron una factoría subsidiaria en Inglaterra, que no solo fue un astuto movimiento comercial sino una manera de salvar alguna vida años después.

 A principios de  1938, Spear & Sons estaba dirigida por dos hermanos, Richard y Hermann. Pero , tras la Kristallnacht (Noche de los Cristales Rotos ) en noviembre, los nazis obligaron a los hermanos a vender su negocio por una pequeña parte de su valor real a un emprendedor alemán llamado Hanns Prost.

 

Kristallnacht.
 

  Como el nombre de  la compañia era muy conocido por toda Alemania, Prost decidió mantenerlo, pero paso a fabricar juegos que promovieran la ideología nacionalsocialista, como el juego naval Kurs ost Nordost.

 

  En respuesta a la hostilidad nazi contra la comunidad judía, Richard emigro a Inglaterra para dirigir la factoría de la empresa allí establecida. Pero su hermano decidio permanecer en Alemania para supervisar la transferencia de los activos de su compañía al nuevo dueño.

  Por su fidelidad a su familia y su empresa, Hermann pago el precio mas alto, siendo deportado a Auschwitz y asesinado allí el 10 de julio de 1943.

 En total, una docena de miembros de  la familia Spear murieron en diferentes campos de exterminio.

  Tras la guerra, al compañía volvio  a manos de Richard y la viuda de Hermann, que continuaron fabricando juegos, pero ya nunca lograron igualar el éxito de ventas anterior a la guerra.


 

(Continuara…)

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