El 10 de junio de 1940, Benito Mussolini,
vestido con el uniforme negro de la MVSN
(Milizia Volontaria per la Sicurezza Nazionale, las milicias del partido
fascista italiano), apareció en el balcón de la plaza Venecia de Roma, para dirigirse
a la multitud que lo aclamaba.
“una hora marcada por el destino
late en los cielos de nuestro país…..ha llegado la hora de tomar decisiones
irrevocables….la declaración de guerra ya ha sido entregada a los embajadores de Inglaterra y Francia”
La multitud comenzó entonces a
gritar los nombres de los territorios que Italia había perdido en 1860, tras el
fin de la monarquía italiana y la reunificación del país con Garibaldi:
“Niza, Saboya, Corcega, Tunez”
80 años antes,y tras dos guerras de independencia,
la Francia de Napoleón III habia aportado su ayuda al nuevo reino italiano en su lucha
contra Austria, ayuda que resulto decisiva en las batallas de Solferino y Magenta.
La cuestión sobre el status
político que adquiririan los Estados Pontifios y la ciudad de Roma llevó a ambos países al
enfrentamiento en la batalla de Mentana, donde las tropas franco-papales
derrotaron a las milicias italianas de Garibaldi, en noviembre de 1867.
Tras la firma del tratado de Plombieres en 1858, se acuerda la transferencia del condado de Niza y la Saboya
italiana a Francia, a cambio de la ayuda militar francesa contra Austria.
Los problemas entre Francia e Italia aumentaron aún más a partir de la
firma del tratado del palacio del Bardo, en Tunez,en 1881 , por el que la
antigua colonia italiana se comprometía a aceptar la instauración de un
protectorado francés.
El nacionalismo italiana empezó a
tomar un cariz anti-frances, que se vio acrecentado en 1882 por las violentas manifestación
anti italianas en las llamadas Vísperas Marsellesas o en Aigues-Morte, donde fueron linchados
decenas de italianos (150, según la prensa italiana de la época).
Esta situación llevo a Italia a
alinearse con Alemania y con su atávico enemigo Austria para formar la Triple Alianza de 1882.
Italia abandonó la Triple Alianza
por la Entente Cordiale a principios de la 1 guerra mundial, con la promesa no
escrita por parte de sus aliados de que recuperaría los territorios perdidos ante los austriacos: Trentino,Istria, Trieste, Dalmacia, etc.
Esa promesa aliada se confirmó por
escrito en el pacto de Londres de 1915, por el que Italia se comprometía a entrar en la guerra en el plazo de un mes, al
lado de los países de la Entente (Francia, Rusia, Gran Bretaña ).
Pero con la 1ª guerra mundial
terminada, ninguna de las reclamaciones territoriales italianas fue aceptada,
basándose los vencedores en el derecho de autodeterminación de los pueblos.
Para muchos italianos, Francia se
había negado a premiar los enormes sacrificios que las tropas y la poblaci0n italiana
había hecho durante la guerra.
"Bizerta en manos francesas es una pistola apuntanto a Sicilia"
Los años siguientes, la
italofobia francesa se hacía patente en libros, periódicos, obras de teatro,
etc.,y las relaciones entre ambos países se fueron deteriorando. No fue hasta la
llegada de Pierre Laval a la presidencia del consejo de ministros francés en
enero de 1935 cuando se produjo una disminución de la tensión, gracias en buena
parte al tratado de Stresa.
Pero la intervención italiana en Etiopia en 1935, seguido de sanciones económicas por parte de la sociedad de naciones,
la guerra civil española y la llegada al poder del frente popular en Francia
provoco de nuevo un grave deterioro de las relaciones diplomáticas, incluso con
la retirada del embajador francés de Roma.
En previsión de una posible
acción ofensiva por parte de Francia, Mussolini ordeno la construcción de la línea
fortificada Valle Alpino del Littorio, para proteger los cerca de 500 kilómetros
de frontera entre ambos países.
Se trataba de una linea de
defensa discontinua, con algunas de sus estructuras integradas en las montañas,
pero el alto coste y la falta de acero no permitió a los ingenieros italianos
construir algo similar a la línea Maginot.El armamento defensivo consistía en cañones de 47/32 modelo 1935, una
variación italiana del cañón antitanque austriaco Bohler, y el cañón 75/27
modelo 06.
Cañon 47/32
Cañon 75/27
Las tropas enviadas para ocupar
el valle alpino y asegurar su defensa fueron el cuerpo de guardia de frontera,
un cuerpo de reciente creación (abril de 1937).El plan PR 12, plan de
despliegue número 12 del ejercito italiano, adoptado en 1938 y actualizado en
1940, preveía que dicha unidad debía
encargarse de la defensa de todo el arco alpino.
Cartel de reclutamiento de la Guardia de Fronteras.
Mussolini había regresado de la
conferencia de Múnich, en septiembre del 38 ,muy satisfecho consigo
mismo,creyendo que había desarrollado un importante papel en las negociaciones
y que había sido capaz de convencer a Hitler para que no ocupara Checoslovaquia.
La presencia de Mussolini en Múnich
había sido solicitada por el premier británico Chamberlain, y fue aceptada a regañadientes por Hitler,
que se limito a usar a Mussolini como traductor oficioso, ya que el líder
italiano hablaba correctamente francés y alemán.
Durante la crisis de Danzig en
julio de 1939, el embajador ingles en gran Bretaña, sir Percy Loraine, pidió
de nuevo a Mussolini para que intercediera ante Hitler. Mussolini envió a su
yerno Galeazzo Ciano, a la sazón ministro de asuntos exteriores, a Salzburgo, a
negociar con el canciller alemán Ribentrop.
Las entrevistas entre ambos
fueron muy tormentosas, y Ciano se dio
cuenta rápidamente que los alemanes no tenían la mas mínima intención de respetar
los acuerdos del Pacto de Acero entre Italia y Alemania, cuyas clausulas
obligaban a Alemania a consultar a su aliado italiano en caso de decidirse a ir
a la guerra.
Firma del Pacto de Acero,mayo de 1939.A la izquierda Galeazzo Ciano,a la derecha Joachim Von Ribentrop.
Alarmado, Ciano solicito
entrevistarse directamente y en persona con Hitler, a quien advirtió que Italia
no estaría preparada para la guerra antes de 1942.
Conocedor del estado del ejército
italiano, Mussolini quería ganar tiempo, y para no quedar en evidencia, se le
ocurrió una brillante idea:
Envió a Hitler una larguísima
lista de los materiales y materias primas que necesitaría para poner al ejército
italiano en orden de batalla. No había en toda Alemania vagones de tren
suficientes para transportar la enorme cantidad de material que Mussolini
solicitaba.
Como ultimo intento, Mussolini
propuso a Hitler una conferencia en San Remo el 31 de agosto de 1939,pero ya
era demasiado tarde. Hitler ni siquiera respondió a la oferta, ya que ya tenía
previsto invadir Polonia.
Al conocer las noticias del
comienzo de la invasión, se celebro una reunión de urgencia del gobierno italiano
y los más altos jerarcas del partido fascista: se llego al acuerdo (en contra
de los deseos de Mussolini), de declarar a Italia como país no beligerante.Todos
eran conscientes de la debilidad del ejercito itali¡iano, además que la guera en Etiopia y la guerra civil española habían vaciado prácticamente los arsenales italianos
Pero cuando Francia estaba a las
puertas de la derrota con Alemania,Mussolini,desoyendo a la mayoría del estado
mayor italiano y al mismo Hitler, decidió entrar en la guerra,buscando su parte del pastel y
creyendo que los franceses opondrían
poca resistencia.
(Continuara...)
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