lunes, 23 de marzo de 2015

1930-1945: Espías rusos en EEUU: El proyecto VENONA (1ª parte )



Viene de aquí:


  Julius Rosemberg, un ingeniero eléctrico nacido en Nueva York en 1918 había abandonado el partido comunistas de los EEUU en 1943 para pasar a convertirse en agente  en activo de la NKGB.

  Julius Rosemberg (nombre en clave Antena) y su esposa Ethel (Greenglass de apellido de soltera) comenzaron a prestar un gran servicio al centro de espías soviéticos en Moscú.


 Julius y Ethel Rosemberg.

  Rápidamente crearon una red de agentes del NKGB en EEUU para tratar de completar los detalles técnicos de la bomba atomica. Uno de esos agentes era  David Greenglass (nombre en clave  Abejorro), uno de los hermanos de Ethel que trabajaba como mecánico especialista en Los Alamos.

 David Greenglass y su hermana Ethel.

  Se cree que Greenglass fue además el responsable de pasar a los soviéticos los primeros bocetos y datos  del sensor fotovoltaico del misil Sidewinder, el primer misil que “seguía” el calor que despedíam los motores de un avión y explotaba en su cercanía, sin necesidad de acertar de pleno en el avión.

 Primera version del misil Sidewinder.

  Su contacto con la residentura soviética en Santa Fe era también Harry Gold, con quien se reunió en varias ocasiones  en una casa de huéspedes en Alburquerque, en la calle High Street 209, hoy reconvertido a "Spy house bed and breakfast".


  Las informaciones aportadas por Greenglass en relación al dispositivo de implosión de la bomba de uranio sirvieron al espionaje soviético para confirmar plenamente las anteriores informaciones de Klaus Fuchs y Theodore Hall.

  La confirmación era fundamental para los sovieticos, que estaban muy preocupados ante la posibilidad de alguna operación de desinformación por parte del servicio secreto norteamericano, que ya estaba tras la pista de algunos de los agentes soviéticos.

  Las purgas estalinistas de los años 30  se habían dirigido en primer lugar sobre los servicios de inteligencia sovieticos, primero sobre la NKGB y después sobre el GRU, la inteligencia del ejercito soviético.Como era lógico, con las purgas aparecieron los primeros desertores, primero oficiales de bajo rango y más tarde  agentes de importancia.

  Uno de esos primeros desertores fue Ignace Poretsky, Ignace Reiss, (nombre en clave Ludwig) un importante agente que había operado en París, Viena y Berlín y que tenia gran facilidad para codearse con la alta sociedad de los países occidentales.

 Ignace Reiss.

  Tras huir a suiza, fue asesinado por agentes soviéticos en 1937.Otro alto cargo de la GRU que deserto fue Walter Krivitsky, general del ejército rojo y amigo personal de Poretsky, que huyo a Francia en 1937 y a EEUU un año después.

  Tras escapar de varios intentos de secuestro y asesinato, finalmente Krivitsky fue encontrado muerto en su domicilio en febrero de 1941, con un disparo en la sien derecha y nada menos que tres notas diferentes de suicidio.

 Walter Krivitsky.

  Aunque la investigación oficial (perfecta conocedora de los métodos estalinistas) avalo la tesis del suicidio, todos en los servicios secretos norteamericanos sabían la verdad.

  Al igual que la sabían los agentes soviéticos en EEUU, que al tener conocimiento de las purgas en la URSS y los asesinatos de los agentes soviéticos comenzaron a ponerse muy nerviosos.

  El que más nerviosos se puso fue Whitakker Chambers un editor y escritor norteamericano afiliado al partido comunista de los EEUU que había pasado dos décadas editando literatura y propaganda comunista.Habia comenzado a trabajar para el GRU a mediados de los años 30,encabezando una célula con agentes que trabajaban en altos cargos de la administración federal norteamericana.

 Whitakker Chambers,declarando ante el comite del senado norteamericano, acusado de actividades antinorteamericanas.

  En los primeros meses que siguieron a la operación Barbaroja, la invasión alemana de la URSS en 1941, el jefe del GRU, Golikov, viajo a Washington para reunirse con la administración del presidente Roosevelt, para acercar posturas y concretar objetivos de guerra.

 Mariscal Pilipp Ivanovich Golikov.

  Pero otra parte de su misión permanecería oculta, ya que su intención era restablecer la red de agentes de la GRU en EEUU. Debido a las simpatías izquierdistas de buena parte de la administración Roosevelt y la entonces estrecha alianza entre Moscú y Washington contra el nazismo, la nueva red del GRU no tuvo apenas dificultades para concretarse.

  Pero en 1943, Edgar J. Hoover, jefe del FBI, recibió una carta anónima que detallaba la red de espionaje soviética en EEUU. Según todos los indicios, la carta había sido enviada por el residente de la KGB en la embajada soviética  de Washington, el teniente coronel Vasily D. Mironov.

 Vasily Mironov.

  En la carta, desclasificada en 1996,el anónimo autor informa de decenas de agentes soviéticos en todas las ciudades industriales de EEUU, y afirma que se robaron secretos militares  e industriales durante toda la guerra.

  Ademas, la carta contenía la primera información sobre la masacre que los soviéticos habían cometido en el bosque de Katyn, cuando asesinaron a sangre fría a más de 20.000 oficiales y funcionarios del estado polaco, en la primavera de 1940.

 Para muchos historiadores, la carta fue el verdadero comienzo de la guerra fría.La constatación por parte americana de que “el amigo soviético“ llevaba años espiando en EEUU, y que los soviéticos habían cometido un numero incierto de masacres en la Europa ocupada no los hacía muy diferentes de los nazis.
 
  La carta sorprendió al FBI, que tardo en reaccionar. Pero la carta también alentó los esfuerzos del FBI para participar en un programa secreto que estaba llevando a cabo el SSA (Agencia de Seguridad del Ejército, el antecesor del actual NSA, agencia de seguridad nacional).

  Los criptoanalistas del SSA estaban trabajando para desencriptar telegramas soviéticos que habían sido interceptados según iban siendo enviados desde las sedes diplomáticas soviéticas en EEUU en dirección a Moscu.El proyecto mas tarde tomaría el nombre en código VENONA.

  Con el tiempo, el proyecto VENONA daría  a los norteamericanos una vista completa y detallada de la mayor parte de los agentes soviéticos en EEUU y que daños habían causado.

Documentos desclasificados sobre el proyecto VENONA :


  En 1945, Elizabeth Bentley ,una agente del NKGB  (nombre en clave “buena chica “) se entregó al FBI. Sus revelaciones causaron sensación en la agencia, y poco a poco la magnitud de la infiltración soviética en EEUU comenzó a salir  a la luz.

 Elizabeth Bentley.

  El conocimiento que del proyecto Manhattan tenían los soviéticos se puso de manifiesto cuando el responsable de la GRU de la embajada soviética en  Canada, Igor Gouzhenko desertó en 1946.

  Gouzhenko entrego al FBI, al MI6 britanico y a los servicios de inteligencia canadienses 190 documentos que mostraban la tremenda brecha de seguridad que existía en el proyecto Manhattan.Los documentos de Gouzenhko confirmaron las transcripciones obtenidas con el proyecto VENONA y añadieron los nombres reales de los ciudadanos americanos que espiaban para los sovieticos, de los que hasta entonces solo se conocían los nombres en clave.

  Gouzenhko consiguió que las relaciones entre americanos y soviéticos se deterioraran rápidamente, y las precauciones de seguridad  que los americanos mantenían en Europa occidental se endurecion de tal modo  que de la cooperación entre rusos y americanos se paso a una desconfianza total, permitiendo entre otras cosas la huida de un buen número de oficiales nazis a medio oriente, ya que a partir de entonces el intercambio de información sensible entre ambos servicios de inteligencia fue prácticamente nulo.

 Gouzhenko,en una entrevista para la radio canadiense.

(Continuara…)

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