Viene de aquí:
Manio Aquilio ordeno a Nicomedes
IV que llevara su ejército en dirección a Sinope, mientras saqueaba todo el
reino al paso de sus tropas. Pero ambos ignoraban las amistades y las alianzas de Mitridates con otros pueblos de la zona, que permitían que el rey del Ponto pudiera
reunir un enorme ejercito, que según Apiano constaba de 250.000 soldados a pie y
50.000 jinetes.
Mitridates ,con cerca de 45 años
de edad, tenía escasa experiencia de combate. Para la batalla que se avecinaba,
el rey del Ponto tomo el mando personalmente de las tropas que se estaban
reuniendo en Sinope, otorgando al general Dorileus el mando de la falange de
los mercenarios griegos.
Según Apiano, la riqueza del
reino se reflejaba en las armas y armaduras del ejército del Ponto: cascos y
petos de bronce forjado, espadas con empuñaduras ricamente adornadas, escudos
adornados con valiosa pedrería, etc.
Arqueros, honderos, peltastas
(infantería ligera armada con espadas cortas y jabalinas), caballeros de la
nobleza persa y Capadocia, arqueros a caballo escitas y sármatas, etc,una variada gama de contingentes reforzaba la poderosa infanteria pesada del Ponto.
Tigranes II, aliado de Mitridatres, aporto a su ejército 10.000 jinetes armenios montados en corceles
de origen parto. Y los 300 buques de la flota de Mitridates se vieron reforzados por
100 birremes piratas ,que mostraban sus proas decoradas con piezas de bronce y oro.
No se escatimaron medios para
presentar un ejército vistoso a la vista: se trataba de impresionar a la
ciudadanía del Ponto y de intimidar al enemigo.
Como comandante supremo de su
ejercito, Mitridates iba a decidir qué estrategia se iba a seguir y qué actitud
tomar en la batalla, aunque contaba con la colaboración de dos de sus mejores generales;
Arquelao, que tenía cierta experiencia en combate con los romanos, y Neptolemo,
que había derrotado a los escitas en su propio territorio.
En un gesto de confianza con su hijo
Arcatius, le puso al mando de la codiciada caballería armenia.Normalmente, los
reyes de la época no colocaban a sus familiares directos al mando de sus propias
tropas de elite, para que no tuvieran tentaciones de volverlas en su contra.
Mitridates se dirigió al rio Amnias, (actual rio Gok), donde
pensaba presentar batalla a la coalición romana-bitinia, al mando de una parte
de su ejercito, 40.000 soldados de infantería y la caballería armenia.
Sabía que iba a ser superado numéricamente,
pero Mitridates contaba con arma secreta: 130 carros con guadañas girando de
sus ruedas, al modo de los carros persas de Dario o Ciro el grande.
Los carros habían vuelto a popularizarse tras la conquista de Grecia por los romanos, y aparecían a menudo en la
iconografía de la republica romana. Pero no como carros de guerra, sino utilizados
para desfiles y para carreras en los juegos, en donde a menudo eran tirados por
tigres o avestruces en vez de caballos.
Como aficionado a las carreras de
carros y caballos y perfecto conocedor de la historia de sus antepasados, Mitridates sabía que los carros no habían dominado un campo de batalla desde
los tiempos de Alejandro y Darío III en el siglo III a.c.En aquella ocasión, en
la batalla de Gaugamela, la infantería de Alejandro había estado perfectamente
preparada para combatir a los carros falcados del rey persa. Los soldados
macedonios simplemente abrieron sus líneas en el momento justo para dejar pasar
a los carros persas, y luego atacarlos por la retaguardia, donde los carros
eran absolutamente vulnerables.
El éxito de la táctica anti-carro
de Alejandro y sus macedonios había puesto punto y final a la era de dominación
del carro en los campos de batalla de todo el mundo conocido.
Pero en la orilla del río Amnias,
200 años después de la victoria de Alejandro, el rey Mitridates esperaba que
sus enemigos hubieran olvidado la táctica del rey macedonio.
La batalla del rio Amnias comenzó
con un intento por parte de ambos ejércitos por ocupar una colina rocosa
situada en el centro de la llanura. Más rápidos que la infantería pesada de Nicomedes, los arqueros y honderos de Mitridates la ocuparon.
Los generales Neptolemo y Arquelao, al mando de ambas alas, avanzaron lentamente, para no perder la
formacion.Sorprendentemente, la caballería armenia de Arcatius cargó directamente
sobre el centro del ejercito bitinio, sobre la falange. La maniobra parecia calcada a la
de la caballería de Alejandro en la batalla de Queronea, en el año 338 a.c.La intención
parecía ser usar la formidable caballería armenia para mantener ocupada a la
falange bitinia hasta la llegada de la infantería póntica.
Los primeros en tomar contacto
con la falange bitinia fueron los
infantes del general Neptolemo, que apenas pudieron aguantar unos minutos antes
de perder la formación y comenzar a retroceder. Al mismo tiempo, los arqueros bitinios
y la infantería ligera evitaban que el flanco mandado por el general Arquelao
tomase contacto con la falange bitinia.
La caballería armenia de Arcatius
comenzó a flaquear .Era el momento de los carros falcados de Mitridates. Cada
uno con cuatro caballos, un conductor y un arquero, los 130 carros se lanzaron
al galope sobre la ya muy cansada y desordenada falange bitinia.
El choque fue brutal, las cuchillas
curvadas de los carrros, que giraban el triple de la velocidad de las ruefas,
causo una gran mortandad en los falangistas bitinios, que tardaron muy poco en
abandonar sus armas y huir del campo de batalla. La caballería bitinia, con el centro del campo de batalla en poder de las tropas de Mitridates, inició
también su retirada junto con el rey Nicomedes, dirigiéndose hacia el
campamento de Manio Aquilo, en la frontera entre Bitinia y el Ponto.
Apiano describe la batalla del rio Amnias (en ingles ) :
La infantería bitinia no tuvo
tanta suerte. Permaneció en el campo de batalla luchando con las tropas de Mitridates.
Pero fueron derrotados y prácticamente exterminados, menos un pequeño
contingente que se rindió al rey del Ponto al anochecer.
La caballería de Mitridates entro sin problemas en el abandonado
campamento de Nicomedes y se hizo con buena parte del tesoro del rey de Bitinia,
grandes cantidades de oro y plata, tesoro que las tropas de Nicomedes habían
saqueado en sus incursiones en Armenia y el Ponto.
Encantado con su victoria, Mitridates hizo llevar a su presencia a los varios miles de prisioneros que sus
tropas habían capturado.En un sorprendente gesto, decidió ponerlos en libertad y
permitir que volvieran a sus hogares. Entregó a cada uno de ellos provisiones,
ropas y algunas monedas para facilitarles el viaje de regreso.
Sorprendidos por el benevolente
acto de Mitridates, los prisioneros recién liberados aclamaron a Mitridates
como Eupator, "buen padre", y volvieron a sus hogares preocupándose de gritar a
los cuatro vientos el comportamiento clemente del rey.
Tetradracma de plata con Mitridates VI en el anverso,en el reverso aparece la inscripcion Basileus Mitridates Eupator,sobre Pegasus,el caballo alado, y el cometa que anuncio su llegada.
Varios cientos de los prisioneros
liberados eran mercenarios de Galatia y Frigia, y no deseaban volver a Bitinia
para seguir a las ordenes de Nicomedes o Manio Aquilio, asi que aceptaron la oferta
de Mitridates y se unieron al ejercito del rey del Ponto.
Bitinia y Paflagonia habían caído
bajo control de Mitridates. Noticias de la espectacular victoria sobre las tropas de Nicomedes y la consiguiente liberación
de prisioneros convencieron a varias ciudades indecisas para unirse a la causa
de Mitridatres, recibiéndole como salvador.Las poblaciones de numerosas
ciudades de Anatolia se vistieron con túnicas blancas para rogar al rey del Ponto que les liberarse del yugo romano, mientras le aclamaban como a un dios sobre la tierra.
(Continuara…)
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