jueves, 16 de junio de 2016

1863: Gangs of New York (5ª parte); el sorteo.



 New York,Lower East Side,año 1870,aprox.

Viene de aquí:


  El censo de 1860, el ultimo realizado antes de la guerra civil, adjudicaba a New York (por entonces, solamente la isla de Manhattan) la cantidad de 813.670 habitantes, de los que algo más de la mitad eran de origen extranjero. La mayoría de los extranjeros, alrededor de 200.000 ,eran de origen irlandés, seguidos por los alemanes, unos 120.000.


  En el momento del estallido de la guerra de secesión, alrededor del 85 % de trabajadores de la ciudad eran  irlandeses, y el 74% de las empleadas del hogar  procedían de Irlanda.Mas de la mitad de los herreros, tejedores, albañiles, yeseros y canteros eran también de origen irlandés.


  Por comparacion, la comunidad de afroamericanos libres solo estaba compuesta de 12.000 individuos, hombres, mujeres y niños, representando apenas el 2% de la población total de la ciudad.


  En 1860,inmigrantes irlandeses, alemanes, judíos y negros libres compartían los mismos puestos de trabajo de baja categoría profesional, se emborrachaban en las  mismas tabernas y vivian en la misma zona, una pequeña área en el centro de la isla de Manhattan, una zona delimitada casi perfectamente por las calles 6ª,11ª 13ª y 14ª del Lower East Side.Poco a poco,las duras condiciones de vida comenzaron a  crear resentimiento entre las diversas comunidades,un resentimiento al que solo le faltaba una chispa para convertirse en violencia.


  Entre 1834 y 1863, se habían producido al menos una docena de graves incidentes, en los que los agresores solían ser los irlandeses y las victimas los afroamericanos.

 Disturbios de mayo de 1849.


  La ley de reclutamiento impulsada por los republicanos y el presidente Abraham Lincoln en  1863 solo iba a empeorar las cosas.


  Con 130 regimientos que iban a ser disueltos y sus integrantes devueltos a casa en los meses de mayo y junio de 1863, el ejercito de la unión iba a necesitar no menos de 300.000 nuevos reclutas para mantener sus filas en un número estable y aceptable. La nueva ley de reclutamiento llamaba a inscribirse a  todos los ciudadanos de sexo masculino entre las edades de 20 y 45 años, divididos en dos clases:


  En la primera clase irían incluidos los solteros entre 20 y 45 años y los casados entre 20 y 35  años.La segunda clase incluiría a los casados entre los 35 y 45 años. (La segunda clase solo seria llamada  a filas cuando y solo si la primera clase hubiese completado el reclutamiento).


  La oficina de la policía militar con sede en Washington, era la encargada de hacer cumplir la ley de reclutamiento.Actuando a las ordenes del brigadier general James Burnet  Fry, un veterano de la primera batalla de Bull Run y la batalal de las colinas de Shiloh, los agentes de la oficina comenzaron a llamar a las puertas de los domicilios de cada uno de los distritos durante mayo y junio de 1863 para registrar a todos los hombres elegibles.

 Brigadier General James Burnet Fry.


  Como agentes federales, los oficiales de la policía militar tenían amplios poderes para detener y perseguir a quien tratase de eludir su responsabilidad con la ley. Los inmigrantes recién llegados que hubieran declarado su intención de convertirse en ciudadanos norteamericanos tenían 60 días para abandonar el país, o serian considerados de hecho ciudadanos, y por tanto elegibles.


  En cambio, los afroamericanos que habian escapado recientemente de la esclavitud en el sur, ya que aun no eran considerados legalmente ciudadanos, no estaban sujetos al servicio militar obligatorio, y por tanto estaban exentos de participar en el sorteo .Al igual que aquellos varones  discapacitados física o mentalmente, o aquellos que eran el único sostén economico de padres ancianos , viudas o huérfanos.


  La disposición más polémica de la ley de reclutamiento era que cualquier recluta podía escapar del servicio proporcionando un sustituto que ocupara su lugar ,o pagar 300 dólares.


  En aquella época, la paga de un trabajador  de New York sin cualificación era de unos 6 dólares  a la semana, por lo que pretender reunir 300 dólares era, en la práctica, algo practicamente imposible.


  Los intentos de algunos políticos republicanos para justificar la tarifa de 300 dólares como un método para permitir que los hombres de negocios (los únicos que podían costeársela) pudiesen evadir el reclutamiento  y quedarse en casa y así  contribuir al esfuerzo de  guerra con el fruto financiero de sus negocios no convenció a quienes no tenían posibilidad de evadir el reclutamiento, justo los más pobres de la ciudad.


  Al mismo tiempo, los líderes demócratas creían que la ley era un intento de los republicanos para privar a New York de gran cantidad de votos demócratas (New York era una ciudad tradicionalmente de muy alto porcentaje de voto para los demócratas), ya que establecía una cuota extremadamente alta, debido a que la ciudad debía proporcionar más de 28.000 reclutas al ejercito unionista.



  El 3 de junio se celebro en New York la convención democrata,y allí el gobernador   Horatio Seymour,anunció su intención de entorpecer en lo posible el cumplimiento de la ley de reclutamiento, y tratar de cumplir las cuotas exigidas con voluntarios. Según otro orador demócrata, el presidente Abraham Lincoln había cometido “crímenes absolutamente condenables contra la libertad de la ciudadanía de la unión”. Y el ex alcalde de New York, el congresista Fernando Wood, concluyó la convención demócrata haciendo un llamamiento al alto el fuego y la apertura inmediata de negociaciones para la reconciliación nacional con la Confederacion.Ademas, anunció que si el gobierno insistía en la aplicacion de  la ley de reclutamientos "sin duda se producirían manifestaciones de descontento populares, cuyas consecuencias nadie podía preveer”.

 La propaganda de los democratas caracterizaba al presidente Lincoln como el "rey Africanus I".


  En caso de que se produjeran incidentes de especial gravedad, la ciudad de New York apenas estaba preparada.20.000 milicianos estatales que hubieran podido controlar la ciudad se encontraban en esos mismos días en Gettysburg,Pensilvania,donde las tropas de la unión dirigidas por el general Meade trataban de repeler la invasión de las tropas confederadas al mando del general Robert Lee.La seguridad militar de la ciudad de New York estaba al cargo del general John Wool,un veterano de la guerra contra Mejico,que disponía de apenas 500 hombres repartidos por las instalaciones portuarias y en diversos edificios de la ciudad.Ademas,en la ciudad se encontraba una unidad del cuerpo de invalidos,otra de la policía militar y un contingente de la reserva de veteranos. 

 Cartel de reclutamiento para el cuerpo de invalidos.


  Con el débil apoyo militar disponible, la fuerza que realmente se encargaba de la seguridad en New York y era el principal elemento para disuadir cualquier disturbio era la policía metropolitana.


  Seis años antes, el partido republicano había arrebatado el control del cuerpo a los demócratas, y lo había convertido en una extensión de las políticas republicanas en la ciudad, favoreciendo la integración de los afroamericanos y enfrentándose a quienes se oponían a ellos, los ciudadanos más pobres de la ciudad.


  El encargado del reclutamiento en Manhattan decidió dar el pistoletazo de salida al proyecto durante la segunda semana de julio. Era el coronel Robert Nugent, un irlandés que era perfectamente consciente de los malos sentimientos que sus compatriotas albergaban hacia el servicio militar obligatorio y la ley de reclutamiento.

 Coronel Robert Nugent.


  Para evitar problemas,decidió evitar las zonas más densamente pobladas del Lower East Side y llevar a cabo el sorteo en el menos densamente poblado sector norte, el Upper East Side.


  A las 4 de la tarde del día 11 de julio, sabado,los funcionarios de la oficina de reclutamiento introdujeron los nombres de un primer grupo de  1.200 ciudadanos susceptibles de ser elegidos en un enorme tambor cilíndrico que habían denominado sarcasticamente “la rueda de los desgraciados”. Los viandantes y curiosos habían presenciado el proceso con total tranquilidad, y nadie había tratado de perturbar o molestar a los funcionarios.


  Un tal William Jones, que vivía en la esquina de la calle 46 y la Decima avenida, fue el primer nombre “afortunado” en el sorteo.




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