Viene de aquí:
Mientras las tropas del ejercito
del marqués de Montcalm se preparaban para partir desde fort Carillón el 1 de agosto, el comandante
en jefe de las tropas británicas en fort
Henry,teniente coronel George Munro, no había perdido el tiempo. Varios prisioneros
británicos que habian escapado de fort Carillon a finales de junio habían
informado a Munro de las intenciones de Montcalm ,de la dimensión de su
ejército y de los preparativos para su partida.
El 23 de julio, Munro envio a 300 colonos en dos barcazas y una veintena de
canoas para atacar y destruir los aserraderos que los franceses tenían en el lago George, para evitar o al menos ralentizar la construccion de barcos por los franceses.Pero los
exploradores indigenas de Montcalm,de la tribu Abenaki,perfectos conocedores del terreno, descubrieron la flotilla británica y prepararon una
emboscada.
La mañana del dia 24, una fuerza de
500 indios y milicianos canadienses masacró a los colonos de Munro, apenas 50 de ellos pudieron regresar a fort Henry
para dar parte de lo sucedido.
Cuando los supervivientes
regresaron a fort Henry encontraron al general Webb,en su primera visita de inspección
por los fuertes britanicos.Cuando Webb escuchó las malas noticias de los colonos supervivientes, se puso nervioso,
y ordenó la construcción inmediata de una fortificación en la cima del monte Titcomb ( a apenas un kilometro al este del fuerte ) para colocar allí a los milicianos,
mientras dejaba en el fuerte solo a los soldados regulares britanicos.Tras
dar las ordenes,Webb marchó de inmediato hacia Fort Edward, a 25 kilómetros
de distancia,no sin prometer el envió inmediato de refuerzos.
Mientras esperaba, el coronel Munro se dispuso a la defensa.
Fort Henry disponía de unas
razonables fortificaciones para resistir el ataque francés, al menos un tiempo,
hasta que llegaran los refuerzos prometidos.Los muros del fuerte formaban un
cuadrado irregular, con poderosos bastiones en las esquinas, construidos a base
de madera, gravilla y tierra apisonada, que lo convertía en casi inmune a las
balas de mosquete y ofrecía una razonable protección al fuego de artillería.
Para su defensa, contaba con 13 cañones giratorios (similares a las culebrinas o falconetes de la artilleria naval, aunque de un calibre algo mayor ), dos morteros y un obus, colocados a lo largo de sus cuatro muros. Para la defensa de la fortificación aledaña, a menos de un kilometro al este del fuerte y donde se iban a tratar de defender las milicias ,se habían instalado seis antiguos cañones de bronce y 4 cañones giratorios, protegido todos ello por una barricada construida a base de grandes piedras y troncos. Munro tomo el mando personanalmente del fuerte, dejando la fortificacion aledaña al mando del mayor Eyre.Desobedeciendo la orden del general Webb, Munro solo dejo 50 soldados británicos en el fuerte acompañados de 400 milicianos ,mientras enviaba al grueso de su ejercito regular a la fortificacion.
En la noche del día 2 de agosto, los centinelas britanicos informaron de tres grandes fuegos que ardían a 10 kilómetros al oeste del lago.El coronel Munro envió dos canoas para investigar, pero ninguna volvió.A la mañana siguiente, oficiales britanicos divisaron a traves de sus catalejos a la flota de Motcalm dirigiéndose hacia la costa al este del lago, donde comenzaban a desembarcar gran número de cañones.
Tras recibir estas noticias, Munro envió un mensajero urgentemente a Webb, suplicándole por el envío inmediato de los
refuerzos prometidos. Munro y el resto de los oficiales britanicos en fort Henry
sabían que la presencia de un gran número de cañones franceses solo podía
deberse a una cosa: el ataque sobre el fuerte no lo llevaría a cabo un grupo de milicianos o indios, como había ocurrido
otras veces; esta vez se iba a tratar de un asedio al estilo “europeo”, llevado
a cabo por un ejercito profesional.
Esa misma mañana, las tropas de Montcalm dieron comienzo al asedio de fort Henry. El encargado de la primera operación ofensiva contra el fuerte fue el brigadier general François Gastón de Levis, que había llegado a la zona un día antes (habían sido sus hogueras las que habían sido divisadas por los centinelas del fuerte la noche anterior).Montcalm había ordenado a De Levis que bloqueara la carretera que unía fort Henry con fort Edward, por donde se suponía deberían llegar los refuerzos a los británicos.
De Levis despachó a un grupo de indios y milicianos canadienses, mandados por Saint-Luc de la Corne,un oficial canadiense de gran predicamente entre los indios, para tomar el control de la carretera, arrebatándosela a un grupo de milicianos coloniales que huyeron hasta el bastión atrincherado.El fuego graneado de los milicianos canadienses,expertos cazadores,comenzó a causar bajas entre los defensores del bastion,obligando a Munro a retirar parte de la guarnicion y retirarla hacia el fuerte.
Eran alrededor de las tres de la
tarde cuando Montcalm y su estado mayor llegaron a las proximidades de fort Henry.
Al estilo de las guerras europeas, lo
primero que hizo el general frances fue enviar un mensajero con una bandera blanca al fuerte
conminando a la rendición honrosa;
“Apelo a su humanidad para que se rindan.De momento, puedo retener a los
salvajes y hacerles respetar los términos de una capitulacion, pero no se
cuanto tiempo podré hacerlo y en que circunstancias.Una defensa obstinada por
su parte solo conseguirá retrasar lo inevitable unos días y pondrá en peligro a
la guarnición y los civiles que se encuentran en el interior del fuerte. Dado
que la guarnicion no será relevada ni recibirá refuerzo alguno, y en
consecuencia con las órdenes recibidas, exigo una respuesta a mi demanda en una
hora.”
Munro rechazó el ultimátum,
afirmando que todos los integrantes de la guarnición britanica, incluido
el mismo, lucharían hasta su ultimo aliento.Y disparó todos sus cañones al mismo tiempo, para dar más fuerza a sus palabras.
Montcalm decidió emplear el tipo
de asedio standar de los campos de batalla europeos del siglo XVII. El 4 de
agosto los ingenieros franceses comenzaron
construir la primera línea de trincheras.A pesar del constante fuego artillero
del fuerte, los ingenieros lograron terminar sus primeras fortificaciones a base
de madera y tierra apisonada en solo dos días.Inmediatamente llevaron hasta
allí la primera batería de artilleria,que comenzó a devolver el
fuego.Pronto,los muros de madera de fort Henry comenzaron a desintegrarse en
una lluvia de astillas debido al eficaz fuego de artilleria francés.
Mientras Montcalm y Munro
intercambiaban salvas artilleras, el general Webb, ya de vuelta en fort Edward,
estaba perfectamente al corriente de lo
que pasaba en fort Henry, ya que el sonido de la artilleria se podía escuchar
desde la distancia de 25 kilómetros.
Pero Webb no quería sacar la guarnición de fort Edward para marchar en auxilio de fort Henry, por el temor a dejar abierto el camino a New York a una posible invasión francesa.
Tras apoyar el ataque británico
contra Louisburg, a Webb apenas le quedaban 2 regimientos de regulares britanicos y
5.000 milicianos coloniales para proteger la frontera.
Webb estab en muy serios problemas,y pronto demostró que no estaba capacitado para el cargo que ocupaba.Envió mensajeros
por toda la región para llamar a la milicia en su auxilio, con toda la urgencia
que fuera posible. La milicia,que empezaba a sospechar que Webb era un tanto cobarde, tardo en responder, y Webb,agobiado y cada vez con mayor temor, envió un mensajero a Munro, explicándole que no iba a poder enviar ningún
tipo de refuerzo, y que si la defensa del fuerte se hacía imposible, debía
buscar una acuerdo honroso y rendir fort Henry a los franceses.
El mensajero del general Webb
partió hacia fort Henry,pero nunca llegó a
entregar su mensaje. Uno de los indios del contingente de La Corne mató al mensajero
en las cercanías de fort Henry, y el mensaje fue a parar a manos del general Montcalm.Varios días después,
el mensaje fue entregado a Munro, su destinatario original, bajo bandera de
tregua.
Pero Montcalm ya conocía el texto
del mensaje, y ya sabía hasta donde podía presionar para provocar la rendición
de Munro, que tras leer el mensaje de Webb aun seguía negándose a la rendición. Pero a partir del día 8,la
moral de la guarnición había decaído en gran medida, sobre todo debido a que
los poderosos cañones franceses se habían ido acercando hasta solamente 500
metros de fort Henry, y bombardeaban el fuerte día y noche sin apenas oposición.
El día siguiente, 9 de agosto, el coronel Munro se dió cuenta que cualquier
resistencia iba a ser inútil, y ordenó izar una bandera blanca en el mástil del
fuerte, mientras un tambor tocaba a parlamento y un oficial británico salía del
fuerte a entrevistarse con Montcalm.
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