Viene de aquí:
Mientras continuaban los
preparativos para la invasión de Gran Bretaña, las agrias disputas entre los
altos cargos de la administración imperial se hicieron algo común, tanto en Bruselas
como en la corte imperial. En Bruselas, los españoles con cargos importantes
ponían objeciones a que estuvieran al mando de las operaciones italianos como Farnesio.
En sus cartas a la corte imperial, acusaban a Farnesio de
colocar como comandantes de sus tropas en los Países Bajos
a oficiales de origen italiano antes que a oficiales españoles.Algunos funcionarios
de alto rango de la corte suplicaron al rey que la administración de los Paises Bajos debía volver a lo que había sido en tiempos del duque de Alba.
Los prejuicios anti-italianos
eran también comunes en la corte,aunque el rey Felipe siempre había trabajado
bien con consejeros y generales de todas las partes del imperio.Pero en la
corte madrileña, los partidarios del duque de Medina Sidonia,al mando de la
flota de guerra española, culpaban a Farnesio de cualquier cosa que pareciera ir mal,
y azuzaban a los funcionarios de alto rango contra el “ italiano Farnesio”,
conspirando para tratar de arrebatarle el poder.
El Consejo de Estado en Madrid,
máximo órgano consultivo de la corona española, apremiaba a todos los responsables involucrados en la preparacion de la invasión,”para que
la empresa se lleve adelante a la mayor ligereza, pues este es el camino de
asegurar todo lo que viene de las Indias, adema de librar de invasiones
nuestras costas y asegurar Flandes para la corona”.
La intendencia necesaria para formar,
armar y aprovisionar la flota no correspondió solamente a España,
practicamente todos los estados que formaban parte de la corona tomaron parte
de una u otra manera.
Además de la flota española,
buques construidos en Nápoles y Portugal formaron parte de la escuadra. Hubo
que importar alimentos, cañones y balas de cañon, además de cobre de Milan,
polvora de Alemania y bizcocho de Nápoles.
Las tripulaciones y los soldados
eran casi todos españoles (90%),ademas de un contingente de portugueses (7%) y algunos soldados
de los Balcanes, Alemania, Belgica, Francia, los Paises Bajos, etc.
Pero la mayoría no tenían formación
militar o marinera.Aunque la flota española superaba en tonelaje a la inglesa,
sus barcos eran menos maniobrables, iban peor armados y sus tripulaciones
eran mucho más inexpertas.
La mayoría de los barcos de la Armada no eran apropiados para las aguas del Canal de la Mancha, mientras los barcos
ingleses eran más rapidos y agiles . Asi, la armada que zarpó de la Coruña el 22 de julio
de 1588 al mando del duque de Medina Sidonia
con más de 130 barcos de todos los tipos,llevaba 7.000 marineros y
17.000 soldados, que debían unirse a los 17.000 soldados de Farnesio en las
costas de los Países Bajos.
Pero dicha unión nunca se
produjo.Los barcos ingleses acosaron a los buques más grandes de la Armada casi
desde el mismo momento en que zarparon de
la Coruña.El 6 de agosto, la Armada llegó frente a Calais,desde donde Medina Sidonia envío un mensajero a Farnesio, que
contestó que sus tropas no estarían preparadas para embarcar hasta 6 días
después.Ademas,no disponia de barcas para transportar a su infanteria desde la
costa a los buques de transporte, y estos no podían acercarse a la costa porque las aguas eran poco profundas.
La noche del 7 de agosto, los ingleses
enviaron 6 brulotes (barcos incendiarios) cargados hasta la borda de pólvora y
balas de cañon.Los galeones españoles fondeados en la costa cortaron amarras y huyeron
a toda prisa.
Al amanecer del día siguiente, la
escuadra española que aun permanecía en la zona divisó el grueso de la flota
inglesa en formación de combate.La batalla de Gravelinas fue realmente feroz y larga, mas de 9 horas: los barcos españoles
estaban en desventaja, con el viento en contra,y aunque pocos buques se
hundieron,las bajas humanas de la escuadra española fueron altas.Al final de la
jornada, la flota española se retiró hacia el norte, alejándose de las costas
de Flandes e internándose en las poco acogedoras aguas delMar del Norte.
Batalla de Gravelinas.
El objetivo principal de la
expedicion, transportar las tropas de Farnesio de Flandes a Inglaterra, habia
fracasado.Medina Sidonia decidió suspender todo
nuevo intento de volver a reunirse con las tropas de Farnesio e inicio el viaje de regreso a España
por el norte, rodeando el extremo septentrional de Escocia.
La mayor parte de la “Felicísima Armada” más de 110 navios,seguía intacta, y a mediados de agosto se encontraba en
pleno océano Atlántico, bordeando las islas Orcadas,donde los pescadores
escoceses afirmaban haber visto más de un centenar de barcos monstruosamente
grandes en dirección oeste y con viento a favor.
Al llegar a costa irlandesa, Medina Sidonia dio órdenes a sus capitanes para poner rumbo sudoeste. A partir
de ese momento ocurrió el desastre: gran cantidad de barcos se hundieron, victima
de los temporales que azotaban el Atlantico, o al estrellarse en costa irlandesa,
donde los locales los capturaron, se llevaron buen botín y demostraron muy
poco piedad con los náufragos,asesinandolos para quedarse con los andrajos que llevaban.
Hasta la tercera semana de
septiembre no llegaba Medina Sidonia al puerto de Santander, con ocho de sus galeones:
otros 27 barcos consiguieron arribar a otros puertos del norte de la península.
Es posible que algo meos de la mitad de los barcos de la flota que habían zarpado
de España (130),unos 60 barcos de todos los tipos y tamaños lograra regresar a España.Pero las pérdidas en vidas humanas eran inasumibles: más de 15.000
marineros y soldados habían muerto.
Inmediatamente después que la
noticia de la catástrofe llegara a la corte imperial en Madrid, los partidarios
de Medina Sidonia culparon unánimemente a Farnesio, alegando que no había
tenido a sus tropas listas para embarcar
cuando había sido posible hacerlo.Algunos incluso acusaron a Farnesio de
evitar deliberadamente el embarque de las tropas por su presunta complicidad con la
reina de Inglaterra.
Indignado por las acusaciones, Farnesio hizo todo lo posible para protegerse de la hostilidad y las mentiras
de los cortesanos del rey Felipe. En octubre, a través de Juan de Idiaquez,uno de los principales consejeros de la corte,Farnesio envió una carta al rey:
En ella se defendía de quienes “con invenciones flacas, débiles y falseadas
sin fundamento, dan a entender al mundo una cosa y ponen macula donde no la hay
ni la habrá jamás. Se valen pues de la ocasión del suceso de la armada para cargarmelo no solo aqui, sino en Francia, Italia y todas partes”.
Tras escuchar los argumentos de Farnesio,
el rey Felipe II ordenó preparar un documento en el que se exoneraba por completo a Farnesio de cualquier culpa referente a lo ocurrido con la armada.
Quizas el rey sabia que parte de la responsabilidad por el fracaso de la Armada recaia en sus propios hombros,por desoir los consejos de parte de sus generales y almirantes.
Monolito en honor a los marinos y soldados de la Armada Invencible en el "Spanish Point",en el Condado de Clare,Irlanda.A la derecha,el Hotel Armada.
(Continuara…)
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