La etapa final de la retirada del ejercito napoleónico hacia Egipto
era la más corta, y debía ser la más fácil, en teoría.
Pero no fue asi.El día 1 de junio,
parte del ejercito se despistó entre Jan Younes y Al Arish y comenzó a
internarse en el desierto,jalonado de colinas en donde se encontraban bandas de
beduinos prestos a caer sobre cualquier rezagado.
Cuando el grueso del ejercito llegó
a un oasis y se hizo un rápido recuento,Bonaparte se dio cuenta de lo que había ocurrido, y ordenó disparar varios cañonazos, que avisaron a la mayoría de los despistados.
Pero unos cuantas decenas de soldados ,los más débiles e incapaces de mantener el ritmo de marcha, fueron asesinados por los beduinos.
Descanso en un oasis.
Al llegar a Al Arish, Bonaparte
dejo un fuerte contingente, ya que era el puesto avanzado francés más alejado
de Egipto. El ejercito permaneció en Al Arish un día de descanso antes de
continuar en dirección a Katia, donde el ejercito se detuvo de nuevo para
prepara la entrada “triunfal” en el Cairo.
En el viaje entre Katia y el Cairo, que duró 10 dias, la sed fue de
nuevo el mayor problema. Los soldados se desmayaban a causa del cansancio, y
algunos no volvieron a despertar, ya que las bandas de beduinos aprovechaban
el más mínimo descuido para asesinar a los despistados y rapiñar sus escasas
pertenencias.
Algunos soldados perforaron la
bolsa en donde creian que los camellos acumulaban agua ( no es realmente agua,sino grasa que los camellos metabolizan) , y otros que no pudieron resistir
la tentación y probaron alguna gota de los muchos pozos insalubres que
jalonaban el recorrido contrajeron la disentería, que los debilito aun mas.
Finalmente, la mayoría del ejercito
francés del Oriente llego al Cairo.Durante la marcha habían perdido la mayoría
de su equipacion,y prácticamente todos estaban descalzos.De los 13.000 soldados
que habían marchado sobre Siria,8.000 estaban aun en unas condiciones aceptables,
y tras ser reabastecidos con uniformes y
botas nuevas, fueron los elegidos para participar en la entrada “triunfal”
puesta en marcha por Bonaparte, con la inestimable colaboración del Diwan de El Cairo,a quien se le ordenó que dieran las instrucciones adecuadas a la población
del Cairo para que recibiera al ejercito francés como héroes.
La entrada en el Cairo se
convirtió en un desfile militar, como si hubieran
logrado la victoria. Entraron por la puerta Bab-el Nasr el 14 de junio,
mientras la multitud aclamaba al ejército con hojas de palma.El desfile duró 5 horas,
aunque tenía truco. Según los soldados pasaban por la puerta de Bab el Nasr,
salian por otra puerta y volvían a unirse al desfile. Bonaparte quería dejar claro
a posibles espías y agentes extranjeros que sus fuerzas seguían siendo realmente
potentes.
La Puerta Bab El Nasr en los años 30.
Así terminó la expedición a Siria, que había durado 4 meses y medio.
Aunque la entrada del ejercito en el Cairo estaba destinada a ocultar la
derrota,no engañaron a nadie.
El fracaso de la expedición redujo
en gran medida el prestigio que el ejercito frances tenia entre el pueblo egipcio, y
marco el limite de las conquistas territoriales de Bonaparte en Oriente.
Para el mundo musulman, la
retirada de Siria había sido una derrota francesa inapelable. Las victorias napoleónicas en
monte Tabor, o en Jaffa o Al Arish, solo adquirieron relativa importancia cuando los periodistas franceses las dieron a
conocer en Europa.
El prestigio francés como fuerza
de combate casi invencible también se vio afectado, sobre todo entre los turcos,
que antes habían considerado una alianza y tras la expedición francesa a Siria había cambiado de opinión, y decidieron seguir aliados a los britanicos, sobre todo por
su flota.
Peor aun fueron las pérdidas en
vidas humanas en combate o por enfermedad. Más de 2.000 soldados franceses
habían muerto, la mitad debido a la peste,pero otros 2.500 estaban gravemente
enfermos.En otras palabras, más de la tercera parte del ejercito que había
entrado en Siria había muerto o estaba incapacitado para el combate.
La elite del ejercito francés había
caído en las murallas de Jaffa y San Juan de Acre, perdidas que no podrían ser reemplazadas hasta que la flota británica
no abandonara las aguas del Mediterráneo oriental.
Se habían sufrido grandes pérdidas
materiales: artilleria, caballos y suministros de todo tipo habían quedado en
los desiertos de Siria, y la flota francesa en el Mediterráneo era casi inexistente
tras la derrota en la bahia de Abukir.
Bonaparte envío varias misivas al Directorio de Seguridad Pública de París, solicitando refuerzos y suministros.Pero el directorio ya había decidió abandonar cualquier idea de reforzar
el ejercito francés del Oriente y deseaba reclamarlo para que volviera a Europa.
A tal efecto se enviaron instrucciones
detallados a Bonaparte el 26 de mayo de 1799,aunque se dejaba la decisión final
en manos de Napoleon.Pero las instrucciones nunca llegaron a manos de Bonaparte , ya que ninguno de los mensajeros enviados por el
directorio de París logró llegar a
Egipto.
Mientras esperaba noticias de Europa, Bonaparte se dispuso a reorganizar su ejercito ; se construyeron nuevos
hospitales y se reforzaron las fortificaciones, en previsión de un posible ataque
anglo-turco, se formaron columnas móviles para intervenir en las zonas mas alejadas,
se crearon grupos de exploradores, la artilleria se dividió entre los
regimientos de infantería, y se requisaron todo tipo de barcazas y botes.
Para completar las filas de su ejercito y cubrir las bajas al menos temporalmente, Bonaparte valoró la opción de
comprar esclavos en el Sudan, para ser utilizados en labores de transporte y
contruccion de fortificaciones.Pero estaba falto de fondos,y la idea no se llevó a cabo.
Aparte de la reorganización del ejercito, Bonaparte dedicó gran cantidad de energía para reafirmar la presencia
francesa en Egipto, lo que significaba incrementar las medidas represivas sobre
la población civil.Todos los magrebíes que habían llegado a Egipto atraídos por la llamada a la guerra santa contra
los franceses fueron ejecutados, al igual que los mamelucos que, tras ser
liberados por los franceses tras la batalla de las Pirámides a cambio de no
volver a Egipto, habían vuelto a el Cairo.
Entre el 19 y el 22 de junio, Bonaparte ordenó la ejecucion de mas de 300
prisioneros: el general Dugua, encargado de llevar a cabo la direccion de las ejecuciones, solicitó a Bonaparte
sustituir el fusilamiento por la decapitacion, para ahorrar munición.
Asímismo, decenas de prostitutas
fueron decapitadas y sus cuerpos arrojados a las aguas del Nilo, acusadas de
extender diversas enfermedades venéreas entre los soldados franceses.En ese caso,
Bonaparte tenía de su lado las leyes islamicas, que prohibian terminantemente a las mujeres relacionarse con los infieles.
Los soldados de Bonaparte comenzaron
a culparle de todo: la falta de
suministros, la falta de mujeres, la pobre organizacion, la peste y la
falta de medidas para mitigarla, etc.Todos comenzaron a exigir a Bonaparte el
regreso a Francia.
Pero aun les quedaba una última batalla en Egipto antes de poder volver a Europa.
El 11 de julio, una flotilla
turca compuesta de 5 buques, 3 fragatas y 50 barcos de transporte anclaba en las
cercanías de Alejandria.En la guarnición de Alejandría no había más de 300 soldados
franceses protegidos por unas pobres fortificaciones medio derruidas. El 14 de
julio, el ejercito otomano desembarcaba en Abukir y tomaba la ciudad con facilidad.
A su vuelta de Siria, Bonaparte había
declarado que la campaña había tenido éxito en destruir o dispersar a las tropas
turcas que amenazaban con invadir Egipto. Pero la aparicion de una flota turca en Alejandría desmentía ese presunto
éxito francés en Siria.
Era evidente que los turcos no habían
sido derrotados en Siria, al menos no
hasta el punto de impedirles montar una ofensiva contra Egipto.
Era imprescindible para el
prestigio de Bonaparte derrotar a los turcos y expulsarlos de Alejandria.Cualquier cosa que no fuese una clara victoria francesa incitaría
sin duda a la población civil egipcia a un nuevo levantamiento.
(Continuara…)
(Continuara…)
Gracias
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