lunes, 23 de septiembre de 2019

1915 : Gurkas : 1ª guerra mundial ( 5ª parte )





Viene de aquí:


La escarpada naturaleza del terreno iba a convertir el avance sobre la colina Q en una tarea harto dificultosa. Piedras de gran tamaño sobre un terreno repleto de matorrales de grandes espinos, empinados laderas con enormes raíces surgiendo del suelo, anchos barrancos de paredes casi verticales, etc


  A las 6 de la mañana, la brigada hindú salió de sus posiciones de partida y avanzó hacia su objetivo. Sin mapas adecuados y sin haber reconocido el terreno previamente, fue casi un milagro que con las primeras luces de la mañana, los soldados de la 29ª brigada hindú lograran alcanzar las estribaciones de las colinas de Sari Bari.


  Pero las ordenes del alto mando aliado, que ordeno a varias unidades detenerse varios cientos de metros antes de llegar a su objetivo,causaron una gran confusión, sobre todo a los batallones gurkas que participaban en la operación.


  Seguramente un violento ataque  en las primeras horas de la mañana hubiera podido romper las lineas turcas.Pero la confusión y el retraso con el que algunas unidades llegaron a las estribaciones de las colinas permitió a los turcos ocupar sus trincheras a pesar incluso del bombardeo naval de los buques aliados.


  El asalto sobre las trincheras otomanas no se produjo hasta las 10:30 de la mañana, y con los turcos preparados, muy pronto el numero de bajas  aliadas comenzó a incrementarse rápidamente. Según pasaba la mañana, la resistencia turca no hizo mas que endurecerse,y el asalto aliado se detuvo.


  Tras llegar a menos de 500 metros de su objetivo, la cima de la colina Q, el primer batallón del 6º regimiento de  gurkas había sufrido 76 bajas entre muertos y heridos.


 Los siguientes días, los gurkas se limitaron a fortificar sus posiciones recientemente tomadas, hasta el día 1 de agosto.Ese día, a las 5 de la mañana, comenzó un fortísimo bombardeo naval sobre las trincheras turcas,usando todo tipo de proyectiles; metralla, incendiarios, explosivos, etc.A las 5 y 20 el bombardeo finalizó, y de nuevo comenzó el asalto.Este vez, los gurkas consiguieron llegar hasta las trincheras turcas. Tras unos minutos de combate cuerpo a cuerpo, los turcos supervivientes huyeron.


  Los oficiales aliados decidieron aprovechar la ocasión, y en vez de atrincherarse y mantener las posiciones recien tomadas ordenaron avanzar hacia Mardos.Pero apenas habían avanzado  300 metros caundo recibieron una descarga de no menos de  6 proyectiles lanzados por los navíos aliados, convirtiendo así una valiosa victoria en un desastre  lamentable.


  Los apenas 50 gurkas que habían sobrevivido a la andanada naval volvieron sobre sus pasos y ocuparon posiciones defensivas en la colina Q.Los turcos seguían manteniendo en su poder el resto de las colinas de Sari Bari, pero la toma de la colina Q había abierto una brecha.


  Solo había que intentar aprovecharla, pero en la colina Q ya no había ningún oficial ingles con vida, quedando el mando del batallón a cargo del subteniente gurka Gambirsing Pun,  que no entendía el lenguaje ingles y tenía que utilizar al médico del batallón como intérprete.


  La situación era insostenible, con pocas opciones para recibir refuerzos, sin efectivos suficiente para avanzar, y con el líder del batallón incapaz de comunicarse con sus superiores, el alto mando aliado decidió retirar a los gurkas de la colina Q. La totalidad de Sari Bari volvió entonces  a manos de los turcos, que ya no la abandonarían.12.000 soldados aliados se contabilizaron como bajas, mientras los turcos sufrieron  mas de 8.000 muertos y 10.000 heridos.


  La llegada del invierno deterioró aun mas la situación, y entre los días 26 y 28 de noviembre una fuerte tormenta causó graves daños en los buques de la escuadra aliada, además de dañar la infraestructura en las playas de desembarco. Barcas, transportes, tiendas, muelles, casi todo quedo destruido o muy dañado. Pocos días después otra tormenta dejo inundadas las instalaciones, sobre todo las trincheras situadas en la parte baja de la península, que recibía el agua que se deslizaba por las colinas.


 Invierno en Gallipoli.

   Como en el frente occidental, el agua y el viento removían la tierra sacando a la superficie centenares de cadáveres semienterrados.


  Bajo esas terribles condiciones climatológicas, los soldados de ambos bandos buscaron refugio en las trincheras situadas en las zonas con mayor altitud, y, unos a tiro de fusil de los otros, durante unos días  olvidaron toda intención ofensiva y se limitaron a  intentar sobrevivir a la nieve y el frio. En el lado aliado, mas de 10.000 soldados sufrieron de congelación en algún miembro, y un par de centenares sufrieron alguna mutilación.


  Los gurkas que anteriormente habian servido en las durísimas condiciones del frente occidental  el año anterior apenas sufrieron bajas por el frio, pero los gurkas  que no habían sufrido tal experiencia, como los soldados del 2º batallon del 10º regimiento gurka, tuvieron 450 casos de congelación.


  La aventura de los aliados en Gallipoli estaba llegando a su fin. Tras comprobar por sí mismo las penosas condiciones en las que se encontraban los aliados en la peninusla, lord Kitchener, el ideólogo de la operación, ordenó la evacuación general.


  Pero no iba  a ser el general Hamilton el encargado e planear y ejecutar la evacuación de las tropas aliadas de Gallipoli. Lord Kitchener lo había relevado del mando  en octubre. Los encargados fueron el general Sir Charles Monro, nuevo comandante en jefe de las tropas aliadas en Gallipoli, y el teniente general William Birwood, al mando de las tropas ANZAC.


  Al contrario que el resto de la campaña aliada en Gallipoli, la evacuacion de  las tropas aliadas fue todo un ejemplo de organización y destreza. Los primeros elementos de la brigada hindú abandonaron la península durante la noche del 18 al 19 de diciembre, completándose la evacuación de las cabezas de puente de Suvla y ANZAc la noche siguiente.

 Evacuando Gallipoli.


  Como era previsible, los últimos soldados en abandonar Gallipoli fueron algunos soldados gurkas, que paseaban por las trincheras para engañar a los turcos mientras sus camaradas evacuaban.


  Excepto un cabo gurka que se separo del resto de las tropas, todos los gurkas pudieron abandonar las trincheras y marchar hacia las playas para embarcar. Al amanecer, los turcos atacaron las abandonadas trincheras aliadas, siendo repelidos por la artilleria naval aliada.Cuando finalizo el bombardeo artillero, los turcos volvieron a  la carga, y fue solo entonces cuando se dieron cuenta que sus enemigos habían abandonado las trincheras la noche anterior.

 Muñecos utilizados para hacer creer a los turcos que aun habia soldados aliados en las  trincheras.

Fusiles "Drip" utilziados para hacer creer a los turcos que aun habia soldados defendiendo las trincheras aliadas de Gallipoli. 

  Los gurkas fueron evacuados y transportados hasta al isla  de Mudros,desde la que navegarían hacia Alejandría para tomar parte en la campaña aliada en Oriente Medio. Del grupo original de 800  gurkas que había llegado a Gallipoli en mayo de 1915 solo quedaban un oficial ingles y 79 soldados gurkas.


  En total, 75 oficiales britanicos y 750 suboficiales y soldados gurkas murieron en Gallipoli, y 1.500 fueron heridos, además de los enfermos y los que habían sufrido graves congelaciones.


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