"Combate de los 30", obra de Octave Penguilly. |
El 26 de marzo de 1351, en el ducado de Bretaña, al oeste de Francia, dos grupos de caballeros, escuderos y hombres de armas se enfrentaron en un campo a medio camino de los castillos de Josselin y Ploermel.
En plena primavera, aún lejos de los más cálidos días del verano, el sudor corría por el rostro de los allí reunidos.
En ambos bandos, hombres equipados con armaduras de 15 kilos de peso valoraban las fuerzas de sus oponentes. Jean de Beaumanoir, gobernador francés del castillo de Josselin y líder de la casa de Blois, reclamando el dominio del ducado, se dirigió al centro del campo de batalla, para desafiar formalmente a su máximo oponente, sir Robert Bemborough, capitán ingles del castillo de Ploermel, y líder de la casa de Montfort, que también reclamaba el ducado.
Cada uno de ellos habia reunido a 30 de sus mejores caballeros en ese día predeterminado para presentar batalla en lo que se conocería como el combate de los 30. El resultado del choque no resolvería la guerra de sucesión bretona, simplemente iba a ser una cuestion de honor entre caballeros.
La guerra de sucesión bretona había estallado en 1341, tas la muerte de Juan III, duque de Bretaña, que no había dejado heredero, pero si había nombrado dos sucesores para su título ducal.
Batalla de Caen, 1346. |
Una era su sobrina, Jeanne de Penthievre, esposa de Charles de Blois, sobrino del rey de Francia Felipe VI.
El otro era su medio hermano menor, Juan de Montfort. Con un ejército de mercenarios para respaldarlo había obtenido el apoyo, o al menos la sumisión, de la mayoría de las ciudades bretonas, así como el control de tesoro ducal.
Una asamblea de ciudadanos y nobles de bajo nivel había reconocido a Monfort como duque de Bretaña, pero la alta nobleza se había negado mayoritariamente a respaldarlo.
Pugnando por el apoyo del ejército de la corona francesa en un esfuerzo por controlar Bretaña, Monfort, Jeanne y su esposo Charles pidieron ayuda al rey Felipe. Al mismo tiempo, Monfort negociaba con el rey ingles Eduardo III su apoyo.
Recientemente, Francia e Inglaterra habían firmado una tregua en su interminable guerra de los 100 años (1337-1453), que se había centrado en tratar de solucionar el reclamo de ambas partes sobre el ducado de Aquitania, sobre todo tras la muerte del rey francés Carlos IV, que tampoco había dejado heredero.
Así, la crisis sucesoria en Bretaña iba a dar al rey Eduardo una excusa para reanudar las hostilidades y abrir otro frente contra el rey Felipe, minando los recursos franceses y proporcionando a los ingleses un punto de apoyo en el oeste de Francia.
La noticia de las negociaciones de Montfort con los ingleses llego a la corte francesa, y el rey Felipe decidió reconocer formalmente a Jeanne y Charles de Blois como duques de Bretaña, proporcionándoles algunas tropas.
A principios de octubre, Charles de Blois dirigía un ejército de 5.000 soldados franceses, 2.000 mercenarios genoveses y un contingente de bretones contra las fortalezas de Juan de Monfort.
Aunque Monfort habia recibido promesas de recibir ayuda militar inglesa, no llego a tiempo, y, tras ser derrotado en Champtoceaux el 26 de octubre y en Nantes el 2 de noviembre, Monfort era capturado y encarcelado en París.
El periodo que siguió al encarcelamiento de Monfort fue denominado la Guerra de las dos Jeannes, ya que enfrento a los seguidores de Jeanne de Penthiviere con los seguidores de Jeanne de Flandes, esposa de Juan de Monfort.
Jeanne de Flandes. |
La guerra de las dos Jeannes no fue bien para los seguidores de Monfort, que perdieron todos sus puntos fuertes menos la ciudad de Brest, aunque quedo bajo el asedio de las tropas de Charles de Blois
La posterior llegada de los refuerzos prometidos por el rey Eduardo no hicieron mas que ampliar el ámbito territorial de la guerra de sucesión bretona, convirtiéndola en una guerra por poderes entre Inglaterra y Francia.
A principios de agosto de 1342, el conde de Northampton, William de Bohun, zarpaba del puerto de Portsmouth con 1350 soldados ingleses a bordo de 260 pequeñas barcas, a quien seguirían poco despues otros 800 hombres bajo el mando del noble bretón Robert de Artois.
A la llegada de la flota inglesa a Brest, Charles de Blois levantó el asedio y huyo de allí con sus tropas.
Tras conseguir el refuerzo de otros 700 milicianos bretones que ampliaron su ejército hasta los 3.000 hombres, Northampton se internó tierra adentro para sitiar la fortaleza de Morlaix, uno de los puntos fuertes de Charles de Blois.
Aunque el tamaño e los ejércitos en liza no se conoce con exactitud, Charles de Blois habia reclutado un potente ejército compuesto de soldados franceses, mercenarios genoveses y levas bretonas hasta reunir 5.000 hombres, con los que ataco para romper el asedio y liberar Morlaix.
El resultado del enfrentamiento del 30 de septiembre en la batalla de Morlaix no resultó concluyente, y, tras el primer choque, los ingleses retrocedieron hasta alcanzar la seguridad de un frondoso bosque, para escapar al acoso de la poderosa caballería francesa.
Pero los franceses habian sufridos severas perdidas, 50 caballeros entre ellos, y no persiguieron los ingleses.
A la batalla de Morlaix siguió una intensa actividad diplomática, con el papa Clemente VI actuando de mediador para conseguir la tregua de Malestroit, con la que esperaba que Francia e Inglaterra pudieran resolver sus diferencias en Bretaña antes que en septiembre de 1346 expirara la tregua entre ambas naciones con motivo de la guerra de los 100 años.
Pero la tregua no duro mucho, debido en gran parte a las constantes y sangrientas escaramuzas ente partidarios “bloisistas” y “monfortistas”. Y la ejecución de varios importantes cautivos monfortistas por orden del rey Felipe en 1344 tampoco ayudo a calmar las aguas.
Juan de Montfort enferma de gravedad y muere el 26 de septiembre de 1345, mientras Carlos de Blois es hecho prisionero por los ingleses tras la batalla de la Roche-Derrien en 1347. Pero ninguno de estos hechos pudieron detener la sangría.
Aunque Charles de Blois paso 9 años encarcelado en la Torre de Londres, sus seguidores continuaron la lucha, al igual que los seguidores del difunto Monfort, que se pusieron a las ordenes de Jeanne de Flandes, su viuda.
En la primavera de 1351, tras años de ataques y represalias mutuas, y tal vez por aburrimiento por la naturaleza monótona del conflicto, un noble francés, Jean de Beaumanoir lanzo un desafío al noble ingles Sir Robert Bemborough :
“Creo que sería mejor ajustar nuestra diferencia de esta manera. Por combate mortal en el campo de batalla, en algún día señalado. Treinta contra treinta, y tu y yo juntos lucharemos, armados, y en nuestros corceles, y el Cielo proclamara el vencedor”
"El combate de los Treinta", balada bretona siglo XIV.
Bemborough acepto el desafío rápidamente, y los duelistas acordaron el lugar del encuentro en un campo entre los castillos de Josselin y Ploermel, marcado por un solitario árbol llamado Chene de Mi Voie, “roble a medio camino”. Los combatientes también acordaron ceñirse a las reglas e ideales caballerescos, no habría tretas o engaños, no habría refuerzos, y la lucha solo terminaría cuando hubiera un claro vencedor.
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