Dios Oceano. |
Imágenes sobre el terreno cortesia de Enrique y Guadalupe.
En un caluroso día de julio de 1983, un joven pastor de Carranque, en la Mancha toledana, hizo un descubrimiento que iba a cambiar su vida e iba a poner la ciudad toledana en el mapa de la historia arqueológica mundial.
"Mi corazón latía cada vez más fuerte, cuando empecé a buscar bajo el monton de paja y comenzaron a aparecer un azulejo tras otro. Con el palo que usaba para pastorear las vacas raspe el suelo y me di cuenta que había encontrado un gran mosaico”.
La familia de Samuel López llevaba trabajando la tierra alrededor de Carranque, y unas ruinas, se decía de antiguo origen, dominaban una de las parcelas de labor.
Ayudando a su padre en las tareas agrícolas desde niño, Samuel había encontrado varios objetos abandonados en la finca familiar. Fragmentos de cerámica y metal aparecían cerca de las ruinas, pero el descubrimiento del joven Samuel en 1983 iba a superar por mucho esos encuentros.
Tras llamar a varios de sus hermanos para ayudarle a descubrir más sectores de mosaico, Samuel alerto al museo de Santa Cruz, en la ciudad de Toledo.
Tras los exámenes iniciales, los arqueólogos confirmaron que las ruinas bajo las tierras de cultivo de la familia López eran los restos de una opulenta finca romana.
Las ruinas de piedra eran parte de una pared de una estructura palaciega de origen romano del siglo IV. Al sur se alzaba una villa, villa Maternus, según aparece grabado en el umbral.
Las excavaciones revelaron obras de arte mucho más grandes, representando escenas mitológicas. Buena parte de ellas estaban casi intactas, incluido el impresionante mosaico del dios Océano con su barba larga y fluida.
Floreciendo en un último estallido de gloria, la España romana fue invadida en el siglo V por los pueblos llamados “barbaros”, y villa Maternus era producto del esplendor romano de gran poder y riqueza.
Los mosaicos proporcionan una rica vision de esos años, pero la identidad del propietario de la villa es un misterio.
Tras derrotar a los cartagineses en el siglo II a.c., Roma se había apoderado de la península ibérica. Controlaba asi el Mediterráneo occidental y las minas de plata del sur de la península, cuyas riquezas iban a servir para financiar nuevas campañas militares , contribuyendo decisivamente a transformar la republica romana en el mayor centro de poder de la antigüedad.
Las excavaciones que comenzaron en Carranque en 1985 confirmaron que las ruinas bajo la finca de los López tenían una larga y compleja historia.
Se encontraron restos cerámicos datados en los siglos I y II.Posteriormente, en las últimas décadas del siglo IV, el complejo había recibido una serie de importantes renovaciones, convirtiendo a la villa en las impresionantes estructuras y el plano de planta que se puede ver hoy.
Estas últimas e importantes renovaciones del siglo IV quizás tuvieron que ver con la importancia que adquirieron las elites hispano-romanas bajo el reinado del emperador Teodosio, nacido en Cauca, actual Coca (Segovia).
Los estudios arqueológicos establecen que la estructura de la villa contaba de un jardín central rodeado de un peristilo, una terraza con columnas. Alrededor del jardín se situaban el comedor y las salas de recepción de invitados.
Costosa mampostería importada, incluyendo el pórfido y el mármol adornaban las paredes. Pero lo más impresionante de todo son los suelos de mosaico, unos de los más complejos y mejor conservados de todo el arte hispano-romano.
Se descubrieron mosaicos procedentes de tres talleres diferentes, algo seguramente muy costoso. En ellos se recrean escenas de la mitología, así como de animales y vegetales ( perdices, jabalís, perros, cestas de flores y frutas,etc.)
Inscripcion en mosaico encontrada en el cubiculum, que dice : " Hirinius, del taller de ( ilegible), pinto este cubiculo para disfrute de Maternus"
En la esquina oriental de la villa se encuentra el cubiculum, los dormitorios, colocados alrededor de un espacio denominado atrium. En el mosaico que da entrada a este espacio aparece el nombre de Maternus, aparentemente el nombre del dueño de la casa.
En el mosaico central aparece la figura de una mujer ricamente vestida, con su cabeza rodeada por un halo, mostrando grandeza y virtud. Quizás pudiera tratarse de la señora de la casa, o de una alegoría referida a la virtud de la mujer romana, la matrona.
Las figuras que lo rodean son referencias a obras clásicas: figuras mitológicas, como Atenea y Hércules, y otras escenas que representan pasajes de la Metamorfosis del poeta Ovidio, del siglo I ; En una, la diosa Diana se baña mientras una ninfa peina su cabello, mientras Acteon observa escondido. Diana castigaría a Acteon convirtiéndolo en ciervo, para ser perseguido por los cazadores y muerto por ellos.
Diana se baña , mientras Acteon observa.
La fusión entre la caza y el erotismo tambien aparece en el mosaico del triclinio, el comedor, un lugar publico diseñado específicamente para impresionar a cualquier invitado.
En ese mosaico aparece Adonis, el amado de Venus, peleando con un jabalí ante los ojos de la aterrorizada diosa. Aparecen también dos perros heridos, quizás por el jabalí. O quizás simplemente sean retratos de perros reales, propiedad del dueño de la finca.
Adonis peleando con un jabali.
En el oecus, la zona de recepción de los invitados, otro mosaico muestra la entrega a Aquiles de la niña Briseida, durante la guerra de Troya. De nuevo, la violencia se mezcla con el erotismo, a través de la Ilíada de Homero.
Briseida siendo entregada a Aquiles.
Frente a la entrada del oecus se encuentra un nicho, que en aquellos años contendría una fuente. Encima, el mosaico representa al dios Océano, cuya imagen con su barba fluida y sombría y sus piezas que crean un efecto de ondulaciones se ha convertido en la imagen emblemática del sitio de Carranque.
Con mas de 50 años, Samuel López ha pasado media vida estudiando las excavaciones que el mismo descubrio y saco a la luz. Las ruinas son ahora conocidas como una de las más significativas villas hispano-romanas encontradas.
Situada muy cerca de una calzada romana que unia las ciudades de Toletum y Complutum, dominaba el terreno a su alrededor de manera ostentosa, mostrando su riqueza a quien pasara por allí.
Durante muchos años los historiadores han tratado de identificar quien era Maternus su poderoso y rico dueño. Hay quien afirma que Maternus era Maternus Cinegius, un importante asesor de origen ibérico del emperador Teodosio, que seguramente poseía la riqueza sobrada para construir tan impresionante villa.
Pero hay problema. Maternus Cinegius era cristiano, y había colaborado con el emperador Teodosio en la represion de paganos por todo el imperio. Así que es poco probable que un cristiano decorase su propia villa mostrando dioses y mitos de la antigua religión romana.
En el siglo V, visigodos y vándalos invadieron Hispania y terminaron con el largo dominio de Roma. Pero la estructura de la villa de Maternus sobrevivió, y fue adaptado a edificio de culto cristiano hasta su abandono.
Gran parte de la piedra utilizada en su construcción fue esquilmada y usada en edificios privados, hasta que apenas un muro sobrevivió Los mosaicos quedaron enterrados por el paso del tiempo, escondido bajo la tierra de cultivo de Castilla, hasta aquel caluroso día de julio de 1983, cuando un joven pastor interesado en la historia vio algo en el suelo y se tomó la molestia de apartar la tierra para descubrir parte del pasado.
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