martes, 22 de mayo de 2012

3ª Guerra del peloponeso.Derrota de Atenas.



 La aventura siciliana de Atenas había terminado de forma catastrófica. Había perdido 3000 hoplitas y 9000 tetes (infantería ligera), además de varios miles de auxiliares. También habían perdido dos terceras partes de su flota, más de 200 trirremes.

Para continuar la guerra con los espartanos y sus aliados peloponesos, le quedaban alrededor de 10.000 hoplitas y un número similar de thetes.Y unos 100 trirremes que tenían de reserva, varados en el puerto del Pireo, muchos de ellos en malas condiciones para navegar.

El problema para los atenienses era que no tenían forma de sustituir sus perdidas humanas. Anteriormente habían contado con el apoyo de sus aliados, pero la catástrofe de Siracusa hizo pensar a las polis griegas aliadas de Atenas que quizás era hora de cambiar de bando.

Y la derrota ateniense había dado a los peloponesios nuevos ímpetus para construir una gran flota, construida con dinero persa. Esparta no cobraba tributo y tampoco tenía minas de ricos metales para financiar su flota, así que pacto con los persas. Cuando Darío II de Persia conoció la derrota de los atenienses en Sicilia, ordeno a los sátrapas de las regiones occidentales del Asia menor que volvieran a exigir tributo a las ciudades jónicas. Y para mantenerlos a raya, los sátrapas entablaron negociaciones con los espartanos. Para perjudicar a los atenienses, los espartanos no tuvieron escrúpulos en sacrificar a sus compatriotas de las ciudades jonias, pactando con su tradicional enemigo persa.


Aconsejados por el traidor Alcibiades, se pusieron a disposición de los persas a cambio de dinero. Con la nueva y poderosa flota, los espartanos esperaban no solo dominar el mar Egeo, sino amenazar las principales rutas comerciales atenienses con el mar Negro.

A este conflicto, básicamente marítimo, se le dio el nombre de guerras jónicas, aunque de hecho se trataba de la tercera guerra del Peloponeso, cuyo epicentro se había desplazado al Asia menor.

Atenas dependía del grano del mar negro, y su armada era la responsable de la protección de sus puestos comerciales, sobre todo los que estaban situados más allá del Helesponto (Dardanelos).


Los atenienses hicieron frente a esa nueva coalición con un valor encomiable, mientras que la desunión y los problemas comenzaron muy pronto en el bando contrario. Los espartanos comenzaron a tener serios conflictos con Alcibiades, que se atrajo muchas enemistades.Sobre todo, con el rey espartano Agis, a cuya esposa Alcibíades sedujo, jactándose además de ello. No le movía la belleza de la reina espartana, sino la posibilidad de ver reinar en Esparta a un bastardo suyo.

 Rey Agis II de Esparta.

Así que los espartanos decidieron acabar con la vida de un invitado tan poco fiable. Alcibíades supo lo que se tramaba y se refugió en Sardes, junto al sátrapa Tisafernes.

Allí empezó a maquinar contra los espartanos, para congraciarse de nuevo con los atenienses. Convenció al sátrapa Tisafernes para que redujera la paga a los marinos de la flota espartana, y mantuvo a la flota sin actividad durante muchos meses. Los marinos perdieron el espíritu combativo, comenzaron a murmurar contra sus jefes y Alcibíades supo canalizar el descontento hacia Tisafernes.

Alcibíades entro entonces en contacto con el jefe de la flota ateniense, y le prometió atraer al bando ateniense a Tisafernes si le perdonaban su anterior traición.

Los soldados atenienses lo proclamaron jefe por aclamación. Bajo su mando, la flota ateniense consiguió una victoria tras otra, y obligo a los espartanos a pedir la paz.

Pero el personaje más influyente en Atenas era tan inepto política y estratégicamente como su predecesor Cleon.

Se llamaba Cleofon, y era fabricante de instrumentos musicales. Era un demócrata convencido, que odiaba a Esparta y suspiraba por su destrucción total.Neciamente, rechazo las condiciones de la paz que había propuesto Esparta,que eran bastante favorables para Atenas. El pueblo ateniense estaba convencido que Atenas, con Alcibíades al mando, conseguiría la victoria total.

Al principio, el desarrollo de la guerra pareció dar la razón a Cleofon y los suyos. Alcibíades consiguió nuevas victorias y reconquisto importantes territorios. En 408 a.c., regreso a Atenas, la ciudad que lo condenara a muerte 7 años antes.La población lo recibió en triunfo, llamándolo salvador de la patria. Los atenienses lo nombraron comandante supremo de las fuerzas de mar y tierra  y le confiaron la dirección del estado. Alcibíades permaneció varios meses en Atenas, gozando de su ilimitado poder.

Pero durante ese tiempo, las cosas cambiaron en el este.los espartanos habían convencido a Darío II que una victoria ateniense serviría a los intereses persas, y que, al contrario de Atenas, Esparta reconocía  la dominación persa en el Asia menor.

 Moneda de plata con la efigie de Dario II.

Los espartanos confiaron el mando de sus tropas a Lisandro, un excelente estratega. Ambicioso y astuto, todos los medios le parecían buenos, el soborno, el engaño, la mentira, etc.

El duelo entre Alcibíades y Lisandro fue el último de la guerra y el más espectacular. Alcibíades pretendía un enfrentamiento definitivo en el mar.Pero, gracias al dinero persa, los espartanos podían permitirse el lujo de esperar y dejar que los atenienses agotaran sus reservas.

Alcibíades se vio obligado a buscar fondos y suministros para sus tropas. Condujo parte de su flota a lo largo de la costa del Asia menor para saquear las ciudades jonias. Confió el resto de la flota a un subordiando, prohibiéndole luchar contra los espartanos cuando estos fueran superiores en número. Pero el subalterno de Alcibíades cayó en la trampa de Lisandro y fue derrotado en Notion.

Alcibíades podía haber superado este revés fácilmente, pero sus enemigos en Atenas no se lo permitiron.La autoridad de Alcibíades se basaba en su reputación de invencibilidad. Los atenienses pensaron que si Alcibíades no había vencido era porque no lo deseaba, y, por tanto, era un traidor comprado por el enemigo.

Alcibíades fue exiliado de Atenas, esta vez para siempre. Su ausencia se noto de inmediato.

En el verano de 406, toda la flota ateniense quedo atrapada en el puerto de Lesbos. Los atenienses reaccionaron de nuevo, y rápidamente consiguieron construir otros cien trirremes.Todso los hombres útiles embarcaron, y con la ayuda de los pocos aliados que les quedaban consiguieron una rotunda victoria en Arginusae sobre los espartanos.

 Batalla de Arginusae.

Pero los atenienses sufrieron graves pérdidas. Tras la batalla se desencadeno una fuerte tormenta, que causo mas de mil muertos. Seis jefes de la flota ateniense fueron citados ante el tribunal y condenados a muerte. Según la costumbre ateniense fueron sentenciados a beber cicuta, y sus bienes fueron confiscados por el erario público.

Los espartanos volvieron a proponer la paz, que los atenienses rechazaron de nuevo. Lisandro llevo la guerra al Helesponto para impedir que los atenienses recibieran trigo del mar negro, y estableció un bloqueo sistemático para sitiar por hambre a Atenas.

Alcibíades intento, una vez más, recuperar la estima de sus conciudadanos. Se declaro dispuesto a reclutar tropas entre sus amigos tracios para ayudar a los atenienses, siempre que se le diera el mando. Aunque la situación era critica, esta vez Atenas no escucho a Alcibíades.

Lisandro capturo la práctica totalidad de la flota ateniense ceca de Egospotamos, en Tracia. Con las arcas vacias, Atenas no podía construir ya una nueva flota. Su suerte estaba echada.

Lisandro se dirigió hacia Atenas para asestar el golpe de gracia. No tenía prisa, la victoria era segura. Cerco la ciudad y se puso a rendirla por hambre.Cuando los habitantes de Atenas empezaron a sufrir el hambre, Atenas pidió la paz.

Ante la asamblea espartana, los negociadores atenienses tuvieron que vérselas no solo con los espartanos,sino también con los corintios y los tebanos,que odiaban a los atenienses tanto que exigieron arrasar Atenas y vender a sus ciudadanos como esclavos.

Pero los espartanos se negaron, ya que los atenienses habían salvado a gracia en la guerra contra los persas, y no merecían tal destino.

Los términos del tratado de paz obligaban a los atenienses a abandonar sus posesiones más allá de sus fronteras, a destruir sus murallas y entregar toda su flota, menos 12 de sus barcos. También debían ayudar a los espartanos cuando fuera necesario, por mar y por tierra.

La paz se pacto con estas condiciones en el 404, y Atenas sufrió entonces su mayor afrenta, cuando Lisandro y su ejército penetraron en la ciudad y destruyeron los muros largos al son de las flautas.

La guerra del Peloponeso había terminado.Y Esparta habia vencido.


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