Tras escapar del campo de batalla
de Arbela-Gaugamela, Dario se había dirigido a Ecbatana (actual Hamadan), en
las montañas del Kurdistán iraní. Su primera intencion fue esperar a Alejandro
allí, en las montañas, mientras sus generales reclutaban tropas en la parte más
oriental del imperio persa.
Pero cuando supo de la salida de
Alejandro y su ejército de Persepolis, decidió huir a través de Hircania, una
satrapía cuyos territorios montañosos se extendían sobre las costas del mar Caspio,
y desde allí, pasar a Bactriana (región al norte del actual Afganistan,
sur de Turkmenistán y Uzbekistan ).
Satrapia de Hircania,aprox.
Darío tenia la intención de
practicar la táctica de tierra quemada, asolandolo todo a su paso para imposibilitar
el avance del ejército macedonio.
Cuando se encontraba a mitad de
camino entre Persepolis y Ecbatana, sobre el 15 de mayo aprox., Alejandro fue informado
que Darío no había conseguido reunir un ejercito suficiente para combatirlo y que
en su huida se encontraba en la ciudad de Rhagae, actual Reys, cerca de Teherán),
acompañado solo de 6.000 infantes y 3.000 jinetes. Y llevaba consigo el tesoro
de los medos, unos 7.000 talentos de oro.
Alejandro dudo. Sus opciones eran
girar al este y dirigirse directamente hacia Rhagae, o dejar marchar momentáneamente
a Dario, y tomar Ecbatana, la capital del antiguo imperio medo.
Con un ejército tan pequeño, Dario no significaba una amenaza en ese momento. Y la captura de Ecbatana se presuponía
fácil. Y ya tendria tiempo en el otoño para
continuar la persecución de Dario.Asi que se decidió por la segunda opción, y a
primeros de junio entraba en Ecbatana, sin encontrar ninguna oposición.
En Ecbatana, antes de reanudar la
persecución, Alejandro aprovecho el tiempo para poner un poco de orden en su ejército.
Los jinetes tesalios y los
mercenarios griegos, que habían salido con él desde Grecia hacia 4 años,
comenzaban a murmurar en su contra. Creian que se habia cumplido el objetivo de la expedicion,terminar con el imperio persa,y querían volver a su país.
Alejandro les propuso
dos opciones: reengancharse de nuevo en el ejercito, consiguiendo una prima especial,
o volver a Grecia, con la totalidad de su sueldo, para convertirse allí en
tropas de guarnicion, ya que comenzaban a oírse ruido de sables entre las polis
griegas descontentas con el rey macedonio.
Los que eligieron volver a Grecia
marcharon hasta la costa del mar Negro, donde unos trirremes los llevaron a Grecia.
Los que se quedaron en Ecbatana
pasaron unas semanas de descanso. Gracias a la altitud de la ciudad, unos 2.000
metroas, el clima era fresco en verano.
El ejercito fue después divido en
dos .Parmenio se dirigió hacia Hircania, con la mayoría de las tropas.Alejandro
se quedo con la caballería de los compañeors, hetairoi, los mercenario griegos
y los arqueros, con el objetivo de atrapar a Dario.Antes,habia puesto a buen
recaudo el tesoro conseguido en Susa y Persepolis, que dejo en Ecbatana bajo la
guardia de Harpalo, su amigo desde la niñez,acompañado por una guarnición de
6.000 soldados.
A mediados de junio, Alejandro partía
hacia Rhagae, adonde llegaba a finales de mes. Pero Darío ya no estaba allí.
Acababa de pasar hacia solo un par de días, e iba acompañado de algunos de sus nobles,
como el general Artabazo o los sátrapas Bessos (sátrapa de Bactriana ) y Barsaentes (sátrapa de Aracosia, actual Kandahar).
Alejandro decidió descansar en Rhagae durante cinco días. Luego, reemprendieron el camino hacia Partia,
llegando al día siguiente a las Puertas Caspias,dodne acampo.
Allí recibió la visita de varios
nobles babilonios, que le informaron que varios de los acompañantes de Darío
(Nabarzanes, Bessos, Barsaentes, etc) se habían unido y habían arrestado a Darío.
Alejandro redoblo la velocidad de
su marcha, llevándose con el solo a la caballería de los compañeros , parte de
la caballería ligera y un pequeño grupo de infantería seleccionados por ser muy
fuertes y ligeros de pies, que apenas tuvieron tiempo de coger sus armas y
provisiones para dos días.
Después de marchar toda la noche
y la mañana del día siguiente, llegaron a un campamento donde los persas habían
acampado la noche anterior. El contingente persa se había dividido.
Artabazo y los mercenarios
griegos que aun permanecían fieles a Darío se había separado del grupo
principal persa y marchaba hacia las montañas por su cuenta, negándose a ser cómplices
de Bessos y sus partidarios, los que habían traicionado a Darío y le habían
arrestado.
El grupo principal persa estaba
ahora mandado directamente por Bessus, elegido para tal cargo por la caballería bactriana y
las tropas del este, y se dirigía a Bactria.
Alejandro pregunto a los
habitantes de la zona si sabían de un camino más corto para dar alcance a los fugitivos.
Respondieron los nativos que si existía tal camino, pero que era un atajo a
través de un desierto totalmente falto de agua.
Alejandro se dio cuenta que la
infantería que le acompañaba no podría seguir el ritmo si marchaba a toda velocidad,
como era su deseo. Así que hizo desmontar a parte de su caballería ligera, y
monto en los caballos a la infantería.
Alejandro salió a toda velocidad,
y tras viajar más de 80 kilómetros por la noche, alcanzaron al grupo principal persa
justo antes del amanecer, cerca de la actual ciudad de Damghan, en Iran.Iban
sin ningún orden y sin armas, y cuando divisaron a Alejandro huyeron en todas
direcciones.
Al verlo Bessus y sus complices,
que marchaban en cabeza del grupo junto al carro en el que marchaba Darío encadenado,
lo apuñalaron repetidas veces y huyeron al galope.
Así murió, a los 50 años de edad,
el último de los reyes aquemenidas, a mediados de julio del año 330 a.c.
El cadáver de Darío fue descubierto
por un grupo de soldados macedonios, que avisaron inmediatamente a Alejandro.
Alejandro se quito su manto de purpura y cubrió el cuerpo de Dario, le dio un
beso en la frente llorando, mientras decía “te juro que yo nunca quise este
final”.
El cuerpo de Darío fue
introducido en un ataúd improvisado y trasladado con una guardia de honor a Ectebana, donde fue embalsamado y más tarde enviado a Persepolis, donde se
celebraron con toda dignidad y respeto sus funerales.
( Continuara...)
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