Viene de aquí:
Como el concienzudo y constante
militar que era, Sertorio seguramente había estudiado las tácticas del lusitano Viriato contra los romanos, que habían sido incapaces de derrotarlo en campo
abierto y solo habían conseguido acabar con el asesinándolo a traición.
Como Viriato, Sertorio no iba a
exponer su infantería pesada hasta que no estuviera seguro de que no iba a
caer en una emboscada. Para ello utilizaría su infantería ligera y su
caballeria, y sobre todo, su perfecto conocimiento del terreno que iba a pisar.
Para la mayoría de las tribus iberas,
el caballo no era solo un instrumento para la guerra o algunas labores agrícolas,
era un animal casi divino, al que reverenciaban incluso despues de muerto, como
la diosa celta Epona,protectora de los caballos y los jinetes.
Diosa Epona.
Ya Estrabon escribia de la
importancia que el caballo tenia para los habitantes de las montañas lusitanas:
“Todos los habitantes de la
montaña son sobrios: no beben sino agua, duermen en el suelo, y llevan cabellos
largos al modo femenino, aunque para combatir se ciñen la frente con una banda.
Comen principalmente carne de cabrón; a Áres sacrifican cabrones, y también
cautivos y caballos; suelen hacer hecatombes de cada especie de víctima, al uso
griego”.
Geografía de Estrabon: Iberia,
capítulo 3,7.
Estrabon también afirmaba que, “los caballos celtiberos son muy
similares a los caballos partos, y no
solo son mas rápidos que los otros. Aunque menores en estarura, son excelentes
para transitar por terreno quebrado debido a su superior resistencia.”
Buena parte del territorio de
Hispania era perfecto para la crianza del caballo, sobre todo en el sur,y la
abundancia de caballos en muchas zonas de la península ibérica permitía una potente
caballería para sus pueblos y tribus,
tanto que una cuarta parte de las tropas ibero-hispanas iba a caballo. Y era
muy común que en cada caballo marcharan dos guerreros, que cuando llegaba el momento
del combate uno de ellos descabalgaba y luchaba a pie,formando una unidad mixta. Este tipo de unidades podía desplegarse o retirarse a mucha mayor velocidad a la que podía
moverse un manipulo o una cohorte.
Algunos jinetes llevaban espuelas
y bocados de bronce, pero no estribos, al igual que en el resto de los pueblos del Mediterraneo.Para los iberos, las monturas que usaban los jinetes romanos eran un mero lujo decadente que no servía
para nada, y utilizaban una pieza de tejido grueso, similar a una manta, a
menudo recubierta con pieles de animales.
Espuela y bocado de bronce,del yacimiento de Numancia.
Para el combate, los jinetes de
la caballería celtibera preferían la falcata, similar en forma a un kukri gurka
(aunque más largo ) o a un sable de caballería mas grueso. Los escudos eran del
tipo caetra, ligeros, y se colocaban sobre el lomo del animal cuando no se combatia.
Falcata .Museo de Teruel.
Como los caetrati, los jinetes de
la caballería ibero-hispana eran excelentes lanzadores de jabalinas, de los que
llevaban 3 o 4 antes de cada combate. La caballería galopaba frente a la línea romana,
lanzando jabalinas sin cesar, aunque el enemigo estuviera estático o en
movimiento.
Sertorio sabía que no era buena
idea convertir a los guerreros hispanos en una copia de los legionarios romanos
a los que iba a combatir.Las copias siempre son inferiores al original, y
tratar de variar el estilo de combatir
de los hispanos solo conseguiría negarles su potencial original. Lo que
pretendía Sertorio era conseguir un ejercito que aunara lo mejor de ambos
contingentes, lo mejor de los guerreros ibero-hispanos con la tradición militar
romana.
Necesitaba soldados con una gran
movildiad, que pudieran actuar autónomamente si era necesario, y que lucharan
con fiereza cuando llegara el momento. Todas estas cualidades ya las tenían los
guerreros hispanos, y Sertorio quería potenciarlas y mejorarlas, tratando de
evitar la tendencia casi suicida que tenían los hispanos por los ataques
frontales sin tener en cuenta ninguna táctica o consideración militar.
“Por estas hazañas miraban a Sertorio con grande amor aquellos
bárbaros, y también porque, acostumbrándolos a las armas, a la formación y al
orden de la milicia romana, y quitando de sus incursiones el aire furioso y
terrible, había reducido sus fuerzas a la forma de un ejército, de grandes
cuadrillas de bandoleros que antes parecían.”
Mientras Sertorio entrenaba a
su nuevo ejército no descuidaba otras tareas, como persuadir a las ciudades
iberas que se habían posicionado de lado de la republica romana. Fue probablemente
en esa época cuando Contrebia Leucade fue asediada por Sertorio, que
tras tomarla ordenó a sus habitantes ejecutar a los desertores de su ejercito que
allí se habian refugiado.
También dedicó parte de su tiempo
a terminar con la resistencia de la tribu de los caracitanos, tribu de origen
celtibero que vivía en Caracca, supuestamente en la zona del rio Tajuña, en una colina repleta
de cuevas (quizás el Risco de las Cuevas, en Perales de Tajuña ?).
Risco de las Cuevas,en Perales de Tajuña.
“Este es un pueblo situado más allá del río Tajo, que no se compone de
casas, como las ciudades o aldeas, sino que, en un monte de bastante extensión
y altura, hay muchas cuevas y cavidades de rocas que miran al norte. Era, por
tanto, imposible tomar por fuerza a estos bárbaros, porque cuando temían ser
perseguidos se retiraban con las presas que habían hecho a sus cuevas, y de
allí no se movían”
Plutarco, Vida de Sertorio,
capitulo XVII.
Otra ciudad que trató de resistir
a los sertorianos fue Lauro (antigua Edeta,actual lliria ), una ciudad situada cerca de
la costa mediterránea al oeste de Saguntum.Sertorio envió emisarios para conseguir la rendición de la ciudad, sin
éxito. Los habitantes de las ciudades de la costa mediterránea sabían que las
tropas romanas llegarían en primavera y Sertorio seguramente marcharía hacia el
interior para enfrentarlas.Si rendían la ciudad a Sertorio sin duda sufrirían
las represalias de los romanos, asi que se negaron y decidieron resistir a los
sertorianos.
Ruinas de Edeta-Lauro.
Sertorio sabía que no podía
mantener en Lauro un asedio consistente, ya que en cuanto llegaran los romanos debía
enfrentarse a ellos cuanto antes.Asi que dejo en la zona unos cuantos grupos de caballería
para acosar las líneas de aprovisionamiento de la ciudad y se retiro hacia el
interior.
Fue Marco Domicio Calvino, el
propretor de la Hispania Citerior, quien abrió
el fuego de la campaña romana contra los sertorianos,marchando desde Tarraco hacia el sur.
Sertorio decidió enviar a su lugarteniente Lucio Hirtuleio para lidiar
con Domicio Calvino, mientras esperaba la llegada de las tropas de Metelo Pio, nuevo gobernador de la Hispania ulterior.
Hirtuleio enfrentó a Domicio Calvo en las orillas del “rio de los patos”, el rio Anas (mas tarde, durante la
ocupación islámica, Wadi Anas, actual Guadiana).
No se sabe exactamente donde tuvo
lugar la batalla que enfrentó a los sertorianos de Hirtuleio y los silanos de
Domicio Calvo, aunque parece que los silanos se habian internado en Hispania
para marchar en ayuda de la ciudad de Consabura (actual Consuegra, en Toledo)
asediada por los sertorianos.
Presa romana de Consabura.
Cuando Sertorio tuvo conocimiento
de que se aproximaban las 2 legiones de Domicio Calvo, levantó el asedio de Consabura y marcho hacia el sur, atrayendo en su persecución a Domicio Calvo.
Según cuenta Frontino ,futuro gobernador romano de Britania un siglo despues,en sus "Estratagemas", Hirtuleio casi fue atrapado
por las legiones de Domicio Calvo en un estrecho camino entre dos
montañas.Hirtuleio ordenó construir una trinchera a lo largo de todo el frente
reforzado con una empalizada de madera, la hizo prender fuego, y aprovecho la confusión para escapar:
Sexto Julio Frontino, Estratagemas, libro I, capitulo 5, versículo VIII (en ingles).
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