Viene de aquí:
Finalmente, los supervivientes
del ejército terrestre de Mitridates llegaron a su destino en el campamento.
Con ellos llegaron unos cuantos desertores de Rodas, que solicitaron una
reunión con el rey. Los desertores llevaron al rey a una alta montaña que
se encontraba frente al amurallado templo de Zeus de la ciudad.Alli, la muralla
era un poco más baja, y Mitridates decidió actuar.
Secretamente, envió a la mitad de
sus tropas a embarcar en su flota, enviando la otra mitad frente a la muralla,
a cubierto de las miradas de los centinelas. A una señal luminosa desde la
montaña frente al templo de Zeus, se atacaría Rodas por mar y por tierra
simultáneamente.
Pero algunos centinelas de Rodas
detectaron el movimiento de las tropas de Mitridates y encendieron un fuego para
avisar a sus compañeros.
La flota y el ejército de Mitridates interpretaron erróneamente la señal, y atacaron antes de que cada
contingente estuviera preparado en el punto de partida indicado. Los defensores
de Rodas se percataron del caos y el desorden de las tropas atacantes y se
colocaron rápidamente en sus posiciones defensivas en la muralla. El efecto
sorpresa con el que contaba Mitridates había desaparecido.
Mitridates decidió entonces poner
en juego la sambuca. La enorme torre fue llevada hacia el muro exterior del templo
de Isis, que formaba parte del sistema de fortificaciones de la ciudad.
Al llegar al alcance del muro,
los marinos de la sambuca comenzaron a manejar el sistema de poleas que permitía
el movimiento de la pasarela superior, para alcanzar el muro con seguridad.Inmediatamente,
la infantería de Mitridates comenzó a subir por las escaleras interiores de la
torre.
De pronto, un grito de júbilo
surgió de los defensores de la ciudad. Debido al peso añadido de los soldados
en su interior, la estructura de la torre comenzaba a colapsar.
Los rodios eran expertos en el
uso militar del fuego y otras sustancias combustibles. Ya lo habían usado con
gran eficacia contra Demetrio Poliorcetes en el año 305 a.c., y las tropas de Mitridates también iban a sufrir sus efectos.
Los defensores comenzaron a lanzar sobre la sambuca grandes ánforas
llenas de brea y azufre, hasta cubrir gran parte de la superficie.Despues, las
flechas incendiarias hicieron el resto. La sambuca comenzó a arder como una tea,
mientras los soldados saltaban al mar para intentar salvar sus
vidas.
El asalto había fracasado, y Mitridates se dio cuenta que iba a ser imposible tomar la ciduad.Decidio dejar
una pequeña guarnición en las montañas y tomo su flota, para navegar hacia las
costas de Licia (suroeste de Turquía), dejando flotando en el agua los
churruscados restos de la sambuca.
En Licia, Mitridates y su general Pelopidas decidieron tomar la ciudad de Patara (la Arsinoe griega), un fiel
aliado de Rodas y de la republica romana. Cerca de Patara se encontraba otro de
los templos dedicados a Apolo, con un oráculo casi tan famoso como el de
Delfos.
Templo de Apolo,en Patara.
Pero el oráculo del templo de Patara tenía una curiosa forma de conocer el futuro.Valiendose de una flauta,
el oráculo y los adivinos lograban reunír en una pequeña laguna a un grupo de peces.
Cuando los tenían agrupados, lanzaban trozos de carne a las aguas de la laguna.
Si los peces se la comían, el futuro iría bien. Si los peces usaban sus colas
para alejar los trozos de carne, las cosas no transcurrirían bien en el futuro.
Por supuesto,los peces se comian siempre los trozos de carne,el futuro siempre era esplendoroso para quien consultaba al oraculo,y siempre dejaba buenos regalos y esplendidas limosnas.
Además del oráculo de Apolo,
Licia era el centro de culto de las “diosas madres” de la zona de Anatolia;
Cibeles, Eni,etc, y también era muy importante el culto a Leto, la diosa griega
madre de Apolo y Artemisa, que tenía un impresionante santuario (Letoum) en la
ciudad de Xanthos, muy cerca de Patara.
Letoum,el santuario a la Diosa Leto en Xhantos.
El santuario a la diosa Leto estaba
situado en medio de un enorme bosque, y Mitridates cometió el error de
ordenar a sus hombres talar los árboles, ya que necesitaba la madera para
construir nuevas maquinas de asedio. La diosa Leto se le apareció en sueños,
para reprenderle por talar los árboles. Mitridates no se tomo en serio el aviso
de la diosa, pero a la mañana siguiente comenzó a preocuparse, ya que fue informado
que otras islas habían abandonado su causa y se habían pasado al lado de la republica romana.
Mitridates comenzó a ponerse paranoico;
diosas enfadadas, mal tiempo, naufragios, malos presagios, etc,todo iba en
contra de su plan.Ademas, sus magos y videntes le advirtieron de que debía
empezar a preocuparse seriamente por las Erinias, las Furias, diosas vengadoras
que tenían por costumbre perseguir a los asesinos, especialmente aquellos que
habían asesinado a su madre o algunos de sus familiares, como era el caso de Mitridates.
Las tres Erinias (Alecto,Megera y Tisifone),eran muy conocidas y muy temidas en el mundo grecoromano.Famosos
héroes de la mitología griega se habían acercado peligrosamente a la locura debido a la persecución a la que las tres vengativas diosas los habían sometido,
con sus cabellos plagados de serpientes y con lagrimas de sangre.
Erinias acosando a Orestes.
Incluso el
emperador Nerón se vio obligado a llamar en su auxilio a varios brujos persas
para exorcizar a las Furias que le acosaban dia y noche tras asesinar a buena parte de su
familia.
Mitridates, perfecto conocedor de
la mitología griega y temeroso de todos sus dioses (y del pánico que podían
causar en sus tropas), se dirigió junto con sus magos a un bosque cercano a la
ciudad asediada. Allí se procedió a los sacrificios rituales, varias tórtolas
y una oveja preñada.
Según algún historiador romano (Livio)
los brujos de Mitridates no quedaron satisfechos, e incitaron a Mitridates a un
sacrificio humano, una muchacha virgen.
Al día siguiente, ya con la
muchacha en su poder, se volvieron a dirigir al bosque, y cuando el propio rey
se disponía a usar su cuchillo en el cuello de la víctima, la muchacha comenzo a
reír histéricamente, lo que fue considerado otro mal presagio para Mitridates,
que no vio necesario completar el sacrificio.
Parece que la historia del
sacrificio humano por parte de Mitridates podría ser simplemente un método utilizado
por los historiadores romanos para desprestigiar al rey del Ponto .Los
sacrificios humanos no eran comunes en aquella época en el mundo grecoromano,
pero tampoco eran desconocidos.
Cuando Jerjes invadió Grecia en
el 480 a.c., sus chamanes quemaron vivos a 9 niños griegos previamente secuestrados.
Al mismo tiempo, atenienses y espartanos habían asesinado a embajadores persas
en sacrificios rituales, y el rey Agamenón había sacrificado a su hija Ifigenia
a los dioses marítimos para asegurarse una buena travesía hasta las costas de Troya.
Sacrificio de Ifigenia.
Solamente en al año 97 a.c., una
década antes del ataque de Mitridates sobre Rodas, el senado romano había
decidió prohibir los sacrificios humanos, pero solo en la misma ciudad de Roma.
Los druidas en la Galia o Britania o los cartagineses seguían hasta entonces
practicando sacrificios humanos.Pero en la guerra contra Anibal, los romanos
habían quemado vivos a dos galos y dos griegos, siguiendo las instrucciones de
los adivinos que habían interpretado los Libros Sibilinos. Costumbre que
volvieron a repetir en la guerra contra Yugurta, volviendo a quemar vivos a
otros dos galos y otros dos griegos.
Mas allá de que el sacrificio de
la muchacha virgen no se llevara a cabo, Mitridates decidió abandonar el asedio
de Patara.Tenia la excusa perfecta para presentarla a sus generales; los dioses
se lo habían impedido.
Dejando al general Pelopidas
continuando la guerra en Licia, Mitridates ordeno al general Argelao conseguir
aliados “ya fuera por la persuasión o la fuerza” en las islas del Ageo.
El rey volvió a su capital, Pergamon, donde se dedico a fabricar armas, maquinas de asedio, trirremes y
reclutar más tropas y mercenarios para su campaña del siguiente año.Aparte del fracaso ante las murallas de Rodas, el imperio de Mitridates se extendía por todo el mar Negro y la mayoría del oeste de Asia menor,
y su armada dominaba el mar Egeo. Seguía recibiendo enormes cantidades de oro
de sus aliados y disfrutaba del apoyo total de su pueblo.
En ese momento, su mayor
preocupación se encontraba en las andanzas de sus tropas en Grecia.
(Continuara...)
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