Viene de aquí:
Habiendo superado Somosierra el 30 de noviembre, las tropas francesas no tenían ya ningún obstáculo para llegar a Madrid.
Con el emperador frances a las puertas, el pueblo de Madrid ocupo las calles de la capital y exigió defender la ciudad. Aterrorizados por la intensidad del odio al frances del populacho, las autoridades decidieron crear una junta de defensa de la ciudad que debía obtener todas las armas que pudiera, además de ordenar la construcción de barricadas y fosos. Durante unas pocas horas, todo fue actividad.
La capital presentaba un espectáculo grandioso.Hombres y mujeres de todas las edades corrían, unos para llevar ladrillos a las improvisadas barricadas, otros para cavar fosos, transportar piedras, etc. Solo hizo falta una peticion de un oficial para que se comenzaran a lanzar desde las ventanas todo utensilio de cocina disponible y mantas de lana o algodón para hacer balas con ellas. Las ventanas se taparon con colchones, mientras las calles eran bloqueadas con muebles de todo tipo y tamaño.
Pero eran solo gente del pueblo, y la mayoría de las defensas habían sido pobremente planeadas y peor ejecutadas. Tampoco se tomó ninguna medida para ocupar las colinas que rodeaban la ciudad. Los soldados disponibles para defender la ciudad estaban mal armados,y tenían la típica propensión a desmandarse en cuanto perdian a su oficial al mando.
Algunos de esos soldados lincharon a uno de los miembros de la Junta de Defensa,el marques de Perales, con el pretexto de que las cargas de mosquete que les habían entregado no tenían polvora,sino arena.
La Junta Suprema Central envió peticiones de auxilio, pero los supervivientes de las batalla en Gamonal y Somosierra no estaban en condiciones de prestar ninguna ayuda, y las tropas del general Castaños se encontraban demasiado lejos para servir de ayuda.
El baño de sangre que se avecinaba se pudo librar gracias a que Napoleón no deseaba comprometer al rey José si no era necesario. Si podía obtener la rendición de la ciudad sin excesivo derramamiento de sangre, quizás los madrileños y mas tarde el resto de españoles respetarían algo más al rey francés.
Napoleón ofreció a la junta términos de rendición aceptables, en repetidas ocasiones, pero la excitación el pueblo impidió que la junta siquiera pudiera valorar los términos.
Tras varias escaramuzas en las calles de Madrid, el 3 de diciembre, como ultima opción antes de atacar, Napoleón ordeno una demostración de su artillería contra la ciudad ( bombardeando parques vacíos ). El resultado no pudo ser mas predecible. La mayoría de los ciudadanos armados que debían defender las barricadas no se presentaron, y los que si lo hicieron no tardaron en marcharse a sus hogares.
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"Bombardeo de Madrid, 4 de diciembre 1808", obra de Edme Bovinet, |
Napoleón se limitó a tomar las alturas que dominaban el Parque del Retiro, en el centro de la ciudad, y, al día siguiente, la Junta de Defensa capitulaba, aunque no antes de que las tropas regulares que debían defender la ciudad marcharan hacia el sur.
Ya que no se iba defender la ciudad, los ciudadanos comenzaron a desmantelar las barricadas, llevándose los muebles a sus hogares, y volvieron a pavimentar las calles con los adoquines previamente arrancados.
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Parque del Retiro, con la fortaleza que Napoleon ordeno construir en el. |
Como era previsible, la caída de Madrid produjo un colapso generalizado de las tropas españolas en el centro de la península. Lo que quedaba del ejercito del centro, que había perdido mas de la mitad de sus efectivos en la retirada desde Tudela, se encontraba el 2 de diciembre en Guadalajara.
Su anterior jefe, el general Castaños, habia recibido la orden de marchar a Aranjuez para hacerse cargo del comité de generales que asesoraba a la Junta Central, asi que el mando lo tomo el general Manuel Lapeña, que intentó un movimiento para acercarse a la ciudad de Madrid y reconquistarla.
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General Manuel Lapeña. |
Pero tras unos días de marcha, sin saber muy bien como habia llegado hasta allí, lo que quedaba del ejercito del centro apareció al sur de la capital. Sin saber qué hacer, el general Lapeña dirigio a sus hombres hacia Cuenca, donde fue apartado del mando, pasando este al duque del Infantado.
Los restos del ejército del norte, en Segovia, marcharon hacia el sur, hacia Talavera de la Reina, en donde se reunieron con los contingentes que habían escapado de Somosierra y Madrid.
Los miembros de la Junta Central habian abandonado Aranjuez el 1 de diciembre, acompañados por no menos de 14.000 ciudadanos de Madrid que habían abandonado la ciudad. Marcharon en primer lugar hacia Extremadura, al oeste, y finalmente hacia el sur, hacia Sevilla, adonde llegaban el 17 de diciembre.
En el camino, habían visto carros de transporte de munición abandonados, cañones destruidos, soldados vestidos con diferentes uniformes de distintos colores y de distintas unidades. Grupos de entre 100 y 200 soldados desharrapados y desarmados, liderados por un sargento o un cabo, mientras grupos de media docenas de oficiales se hacía acompañar por sus sirvientes, que tiraban de carros llenos de cerámica, ricos ropajes,etc.
Pero el fracaso del ejercito del centro no iba a ser el único. En Cataluña, también los franceses habían pasado a la ofensiva.
En agosto de 1808, los invasores habian pasado por serias dificultades en el noreste de la península, con la mitad de sus tropas bloqueadas en Barcelona y el resto atrapados en las cercanias de Figueres. Napoleón, cuando había planeado su contraataque, no se olvido de ellos.
Se formaron 3 nuevas unidades a base de varias unidades del ejercito frances y de las repúblicas italianas aliadas. Así, más de 18.000 soldados de refuerzo llegaron al frente catalán, al mando del experimentado mariscal Gouvion Saint Cyr.
Consciente de la dificultad de formar un nuevo ejército regular en Cataluña, donde el reclutamiento era odiado por razones históricas, la Junta Central ordeno el envío de una division de reciente formación al mando de Palafox y otra formada en Granada, a base de nuevas levas y contingentes de veteranos del ejercito de Castaños. Pero esas tropas aun iban a tardar en llegar a Cataluña. Y el desastre pendía sobre la cabeza de las tropas españolas en la region, lideradas por el anteriormente capitán general de las islas Baleares, Juan Miguel de Vives.
La ofensiva francesa comenzó en noviembre con un ataque sobre Rosas, cuyo excelente puerto era una base para los navios españoles . El asedio comenzó el 7 de diciembre, y la defensa fue formidable, hasta el 5 de de diciembre, cuando los ingenieros franceses lograron abrir brecha en las murallas y forzaron la rendición de la guarnición.
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"Asedio de Rosas y el castillo de la Trinidad". |
El siguiente objetivo frances era la propia capital catalana, Barcelona, y el 11 de diciembre un nutrido contingente se puso en marcha hacia el sur. Marchando hacia Barcelona, Saint Cyr se arriesgaba a quedar rodeado, ya que los españoles tenían una considerable ventaja numérica.
Pero gran parte del ejercito español en Cataluña se quedó de guarnicion en Barcelona, y apenas 10.000 soldados se enfrentaban a los franceses en Cardedeu, el 16 de diciembre, siendo derrotados.
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Batalla de Cardedeu. |
Otro contingente de cerca de 20.000 soldados españoles esperaba en la zona de Molins de Rei, protegidos por el rio Llobregat, pero al amanecer del 21 de diciembre fueron flanqueados y puestos en fuga, dejando atras todos sus cañones y provisiones.
Así finalizaba la contraofensiva francesa en España. Madrid, Burgos, Santander y Bilbao habian sido reocupados, y los franceses habian conseguido importantes victorias en Gamonal, Espinosa, Tudela, Somosierra y Cardedeu. Los ejercitos del este y el oeste habian sido practicamente desmantelados, y el ejercito del centro había sido dividido en tres ( los supervivientes de Somosierra en Talavera, las divisiones andaluzas de Castaños, en Cuenca, y las divisiones valencianas y el ejercito de reserva, en las cercanías de Zaragoza.
Miles de soldados y milicianos españoles habian muerto , cientos de cañones e incalculables cantidades de material habian caido en manos francesas. El nuevo gobierno español estaba en fuga, y la población civil, obligada a combatir prácticamente en solitario en las ciudades, no tenia opción.
Tan pronto como Madrid cayo en manos francesas, sus ejercitos se dirigieron hacia el sur y el oeste, para completar la ocupación de la península. Todo parecía perdido para los españoles, pero aun quedaba en la península ibérica un ejercito que no había sufrido ninguna derrota, y contaba prácticamente con todo su potencial.
Desconocida su presencia para los franceses, el cuerpo expedicionario británico en España estaba preparado para entrar en acción. Y quería pasar a la ofensiva.
(Continuara…)
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