viernes, 27 de diciembre de 2013

331 a.c: Alejandro en Egipto (2ª parte)




A mediados de diciembre de 332 a.c., Alejandro y sus tropas llegaron a las puertas de la fortaleza de Pelusio.

Mazaces, el sátrapa persa de la región, se había enterado de la derrota de su rey en Issos y cómo Alejandro haba conquistado Siria, Fencia y Palestina. Apenas tenía tropas, y sus líneas de comunicación estaban rotas. No tenía ninguna posibilidad contra Alejandro y los suyos

Decidió salir al encuentro de Alejandro ,y le autorizo a instalar una guarnición en Pelusio, lo que de hecho significaba que le abria las puertas al país.

Alejandro ordeno inmediatamente a su flota remontar el Nilo hasta Menfis, adonde se dirigió con su ejercito,pasando por Heliopolis.Por cualquier pueblo o ciudad por la que pasaba era recibido recibido por la población como un liberador, y las autoridades locales le rendían pleitesía.


 Alejandro era consciente de la enorme importancia de la religión en Egipto.Visitaba los templos, ofrecía sacrificios a los dioses, sobre todo al dios toro Apis, que había sido gravemente profanado por los persas unas décadas atrás, bajo el reinado de Cambises.

 Cambises profanando al dios toro Apis.
 
Según algunas fuentes (Pseudo Calistenes, obra literaria del siglo III, que trata la vida de Alejandro bajo un punto de vista mitológico) ,Alejandro fue entronizado faraón del alto y bajo Egipto, y se puso el pschent.Su gira le llevo dos meses, y termino con la peregrinación al santuario de Zeus-Amón en Siwah en abril de 331 a.c.

Tras permanecer unos meses en Menfis, Alejandro descendió el Nilo hasta el puerto de Canopus.Desde ahí, al lago Mareotis, un lago separado del Mediterráneo por una lengua de tierra de rocas y arena, lo suficientemente ancha para construir allí una ciudad.

Alejandro recordaba el sitio de Tiro, y se dio cuenta que resultaría muy útil para el comercio y la defensa naval el disponer de un puerto fácil de defender allí, en el mediterraneo.Tras la destrucción de Tiro, hacía falta un puerto comercial y un almacén lo suficientemente grandes para acoger todas las mercancías provenientes de Arabia, que antes eran recibidas en Tiro.

El emplazameinto al lado del lago Mareotis era ideal, fácil de defender y conectado con Menfis y la factoría griega de Naucratis, y a menos de 2 kilómetros de la costa se encontraba la isla de Pharos, que serviría a la perfección de rompeolas natural  entre el mar y el nuevo puerto que se iba a construir.


 Alejandro siempre llevaba consigo a su arquitecto predilecto, Deinocrates, y lo llevo hasta el emplazamiento de la futura ciudad, para mostrarle como debía ser construida.

Como no tenia tiza para trazar las líneas, hubo que fijar los límites con harina, indicando por donde discurriría la muralla, donde se situaría el palacio,donde finalizaría la gran avenida de la ciudad ,la avenida de Canope,( de 3.000 metros de largo y 30 de ancho ),a lo largo de la cual se construirían un templo al dios marino Poseidon,una biblioteca,la universidad,un teatro,etc,todo lo que cualquier ciudad griega tenia.

 Deinocrates pregunto a Alejandro como se llamaria la ciudad, aunque ya intuía la respuesta
 
"Alejandropolis, que suplantara  Atenas por su lujo y su ciencia, se convertirá en capital del mundo y estará habitada por griegos de Europa y asia, egipcios, cilicios, judíos ,sirios, etc, que tendrán sus propias casas y vivirán en paz unos con otros.

Y es aquí donde enterraran mi despojos cuando haya finalizado mi vida terrestre."

Según Plutarco, en ese momento apareció una enorme bandada de pájaros de todo tipo, “que oscureció el cielo como una gran nube”, acabando por posarse donde se había dibujado el plano de la ciudad.

Los pájaros se comieron toda la harina utilizada para marcar las líneas, lo que Aristandro, el adivino de Alejandro, interpretó como un presagio muy favorable, Alejandroplis seria prospera y gloriosa.

Y asi, con todos los presagios a favor, se decidio que las obras para la construccion de Alejandria darian comienzo oficialmente  el 30 de marzo de 331 a.c.

 
 Pero Alejandro no estaba allí para verlo. Se había ido a visitar al dios Amon, al oasis de Siwah, en el desierto de Libia. Poco antes, Hegeloco, uno de sus generales ,habai llegado a Egipto desde Asia menor, con grandes noticias: Farnabazo, el almirante de la flota persa,habia sido sorprendido en las cercanías de la isla de Quíos y había sido capturado. 

Los pueblos de las islas de Lesbos y Cos habían expulsado a sus reyes y se habían pasado al campo macedonio.Alejandro ya no corría el peligro de verse aislado de su base en Macedonia.
 
A principios de febrero de 331 a.c., Alejandro partió hacia Siwah, llevando una reducida escolta, en dirección al puerto de Paratonio, a unos 250 kilómetros de la futura ciudad de Alejandría.


Allí fue recibido por los embajadores de la colonia griega de Cirene (actual Libia), que le regalaron 300 caballos, dos lujosos carros y una corona de oro.

Alejandro giro hacia el sur, internándose en el desierto libio. Al principio, tuvo suerte, y cayo una gran tormenta. Pero poco después se levanto un terrible simun, el viento fuerte y calido del desierto, que borro todas las huellas y puntos de referencia que tenían sus guias.Se habían perdido.

Pero entonces se produjo el milagro.Dos serpientes surgieron de la arena, y huyeron ante los caballos. Toda la expedición siguió la dirección de las serpientes, y al poco llegaron al oasis de Siwah, morada del santuario de Zeus-Amón.

 Oasis de Siwah.

El oasis ocupaba unas 2.000 hectareas, con multitud de palmeras y olivos, y una fuente cuya agua tiene la particularidad de estar fresca de día y cálida de noche. Entre las palmeras se encuentra un pequeño templo servido por sacerdotes egipcios, cuya misión era transmitir a los visitantes las instrucciones del dios Zeus-Amon, siempre a cambio de un buen puñado de monedas.

“Alejandro fue introducido por los sacerdotes en el interior de templo, y se arrodillo ante el dios. El profeta, un anciano, avanzó hacia el –Salud, hijo mio, recibe este saludo como procedente del dios-

Alejandro tomo la palabra y dijo –si, acepto tu oráculo, padre mío, ¿me darás en el futuro el dominio de la tierra entera?-

El sacerdote avanzo entonces hacia el recinto sagrado y los porteadores levantaron la estatua del dios y la movieron de acuerdo a ciertos sonidos.El profeta proclamo entonces que el dios le concedería todo lo que pedia”.

Diodoro Sículo, libro XVII, capitulo 51, seccion 2

 Alejandro orando ante Amon,relieve del templo de Luxor.

(Continuara...)


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