Tras la peregrinación a Shiwa,
Alejandro volvió a Menfis.Le había llegado la noticia de que Darío había
reunido un enorme ejercito,que acampaba en Babilonia,al lado norte del rio Éufrates.
Antes de marchar, nombró como
máximos dirigentes del alto y bajo Egipto a dos gobernadores del país, Doloapsis y Petisis, en Tebas y Menfis, respectivamente.
Pero, según el historiador Flavio Arriano,Petisis
declino tal honor y todo Egipto quedo bajo el mando de Doloapsis.
Alejandro puso al frente de la administración
tributaria a dos griegos, y dejo dos guarniciones, las de Menfis y Pelusio a
cargo de dos de sus más fieles compañeros Pantaleón y Polemon.
Además, se crearon otras dos
jefaturas fronterizas, Arabia y Libia, que fueron confiadas a Apolonio y Cleomenes,
un egipcio de origen griego de Naucratis.
A principios de primavera, las
tropas de Alejandro cruzaban el Nilo y se dirigían hacia Tiro. Llego allí al
mismo tiempo que su flota. Mientras por toda la ciudad se celebraban magníficos
festejos en su honor, llego al puerto la galera oficial de Atenas, la Pàralo, un trirreme que transportaba a los embajadores de todas
las ciudades griegas, que llegaban a Tiro para desear a Alejandro el cumplimiento
de todos sus deseos y orar por el éxito de la campaña que iba a comenzar.
Alejandro le dio las gracias y
devolvió la libertad a todos los mercenarios de las ciudades griegas que habían
luchado del lado persa en la batalla del rio Granico y habían sido capturados
allí.
Alejandro envió su flota al mar Egeo,
con la misión de vigilar las ciudades griegas que tenían guarniciones
espartanas en la zona del Peloponeso, para evitar el riesgo de levantamientos
cuando Alejandro estuviera en el interior de Asia.
La ruta más corta entre Tiro y la
zona del Éufrates donde se suponía estaba el ejército de Darío era la antigua ruta de
los caravaneros, que desde tiempos inmemoriales comerciaban con mirra e
incienso procedente de arabia del sur destinado a los soberanos y sacerdotes de
Mesopotamia y Egipto.
Principales rutas caravaneras con origen en Arabia.
Antes de internarse en el
desierto sirio, Alejandro se informo sobre cual sería el mejor momento para
cruzarlo y para franquear el rio Éufrates.
El final del invierno, cuando los
días son más frescos en el desierto y el rio estaba más bajo de nivel y se podía
pasar a pie o a caballo, era la mejor época. Pero Alejandro tenía prisa, y
salió de Tiro a comienzos del verano.
Debería atravesar el desierto sirio en el periodo mas calido, con una
temperatura mínima de 30 grados y una máxima que podía llegar a los 50, un
desierto sin oasis y sin apenas vegetación. Debería atravesar el desierto en
menos de un mes, a un ritmo de 20 kilómetros diarios con pocos víveres y menos
agua.
Y cuando su ejército llegara a Tapsaco, debería construir puentes para cruzarlo, ya que en verano el Éufrates
alcanza allí el máximo de su altura.
Alejandro envió a Tapsaco como vanguardia
un regimiento de pontoneros e ingenieros, protegido por mercenarios griegos,
para construir dos puentes sobre el eufrates.
Pero los persas lo
impedieron.Dario había encargado a uno de sus generales, Maceo, montar guardia
en la orilla izquierda del rio, con 3 mil jinetes y 2 mil infantes.
La vanguardia griega fue puesta en fuga.
Pero cuando Maceo supo que el ejército completo de Alejandro se acercaba a su posición,
huyó con sus tropas.Entonces, se pudieron construir los puentes, y Alejandro
cruzo el Eufrates, a principios de junio de 331 a.c.
Lo más lógico hubiera sido tomar
la ruta hacia el sur, a lo largo del rio hasta llegar a Babilonia y encontrarse
a las tropas de Darío.
Pero Alejandro había leído la Anabasis, las correrías de Jenofonte y
sus diez mil, y conocía lo difícil que sería aprovisionar sus tropas y el calor que sufriría su ejercito si
tomaba esa ruta sur.
Por eso, Alejandro tomo la decisión
de girar hacia el noroeste y dirigirse hacia el Tigris por Harran y por Nisibis
(hoy Nusaybin),bordeando las montañas de Armenia por el sur, donde sin duda
haría menos calor y encontraría alimento para sus caballos con mucha más
facilidad.
A finales de agosto de 331, el ejército
de Alejandro vadeaba el Tigris, pasando a continuación dos o tres semanas de
descanso en su ribera.
El 20 de septiembre, se produjo
un fenómeno que sumió en el pánico al ejército macedonio, y estuvo a punto de
mandar al traste la campaña de Alejandro.
Un eclipse lunar llevo la más
completa oscuridad al campamento macedonio.Los centinelas dieron la alarma, los
soldados salieron de sus tiendas, cundió el pánico por todo el campamento.
Aristandro, el astrologo y
adivino personal de Alejandro, fue convocado con urgencia a la tienda del rey.
Allí explico que la luna era el astro favorito de los persas, y que el eclipse de
luna anunciaba que los persas serían vencidos. Por tanto, era un excelente
augurio.
Aristandro ofreció un sacrificio
a las divinidades de la luna, el sol y la tierra. Inspeccionó las entrañas de
los animales sacrificados, y aseguro a Alejandro que conseguiría la victoria
sin ninguna duda.
Los augurios y las profecias de Aristandro tranquilizaron a los soldados,y al dia siguiente, 21 de septiembre,
el ejercito de puso en marcha hacia las ruinas de Nínive (cerca de la actual ciudad
de Mosul), alejándose de la orilla derecha del rio Tigris y dejando a la izquierda
los montes armenios.
Tres días más tarde, Alejandro fue
informado por sus exploradores de vanguardia que habían divisado en plena
llanura asiria a un número indeterminado de jinetes enemigos, en número
inferior a un millar.
Alejandro tomo a su guardia real
y una escuadra de caballería y cargo directamente sobre los jinetes enemigos,
que huyeron a toda velocidad, excepto un puñado que fueron capturados e interrogados
por el mismo Alejandro.
Los prisioneros informaron que el ejercito de Darío no estaba lejos, y que
acampaba en una llanura en un lugar llamado Gaugamela (actual Tel Gomel, una
llanura a 35 kilómetros al noreste de Mosul).
Los prisioneros también informaron
del tamaño y composición del ejército de Darío:
“40.000 jinetes, un millón de infantes,
doscientos carros con hoces en las ruedas y 15 elefantes.”
(Continuara…)
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