Viene de aquí:
Los enviados del rey Tigranes habían
prometido al tribuno Apio Clodio guiarle
hasta Antioquia, en donde afirmaban se encontraba oculto Mitridates.Pero los guías
sirios de la expedición parecían incapaces de encontrar la ruta adecuada, y el grupo
de romanos pasó un par de meses deambulando por la zona.Finalmente, un esclavo
sirio condujo al grupo de Apio hasta Antioquia.
Pero Mitridates no estaba allí, y el rey Tigranes se encontraba en una
expedición de castigo contra los rebeldes fenicios.
El tribuno Apio esperó en
Antioquia nuevas noticas, ya fuera de Tigranes o Mitridates, pero nada ocurrió
durante un año.Finalmente,el rey de reyes Tigranes II el Grande se dignó en
aparecer y conceder al tribuno la primera audiencia que un rey de Armenia
concedia a un alto dignatario romano.
El tribuno Apio no pareció
impresionarse por el lujo y la riqueza del salón de audiencias del palacio real
de Antioquia, y tampoco se dejo impresionar por los opulentos ropajes del rey y
sus cortesanos.
Apio comenzó su discurso afirmando que era el enviado de Lúculo, el
Imperator del ejército romano y gobernador de la provincia romana de Asia.A
continuacion, exigió la entrega de Mitridates; en caso contrario, Roma
declararía la guerra a Armenia.
(Capitulo XXI)
Según Plutarco, nadie había
hablado de tal manera al rey Tigranes en sus 25 años de reinado, y su rabia se
desató,replicando a Apio Clodio que nunca entregaría a Mitridates, y que si Roma
declaraba la guerra, el rey de reyes lideraría a toda Armenia contra el
invasor.
Tetradracma de plata de Tigranes II.
Apio Clodio volvió a Sinope a
darle a Lúculo las noticas de la negativa a colaborar del rey Tigranes.Llevado
por la rabia, el orgullo y el deseo de conseguir mas gloria,Lúculo decidió
poner de nuevo en pie a sus legiones y
cumplir con su amenaza, invadiendo Armenia.
Pero el senado romano no había
concedido a Lúculo autoridad para extender la campaña contra Mitridates mas allá
del rio Eufrates.Y los senadores populares llevaban muchos meses acusando a Lúculo de extender innecesariamente la campaña
contra Mitridates por interés personal. Si Lúculo cruzaba el Éufrates e invadía Armenia se convertiría en agresor, y estaría peligrosamente cerca de ser colocado
fuera de la ley por el senado romano . Los cónsules de aquel año, Cneo Pompeyo y Marco Licinio Craso, se
asegurarían de ello.
A principios del año 69 a.c., dejando en el Ponto a sus dos legiones
menos confiables, Lúculo marchó a través de Capadocia y cruzo el rio Éufrates a la altura de Tomisa, e invadió Armenia con 12.000
legionarios y auxilares.
Cruzó la cordillera del Antitauro
en las cercanías del lago Golcuk y se dirigió hacia el sur. Su objetivo primario
era ocupar la costa de Cilicia y el norte de Siria, territorios que el rey Tigranes había arrebatado anteriormente a los partos y a los reyes seleucidas
sirios.Lúculo tenía la esperanza de reclutar allí un gran número de soldados,
además de garantizarse una vía marítima de aprovisionamiento totalmente segura.
Desde allí, se dirigió
directamente sobre Tigranocerta, en Mesopotamia, la nueva capital de Armenia
construida por el rey Tigranes, situada a 50 kilómetros al este de
la antigua ciudad de Nisibis.Lúculo dejó un pequeño contingente haciendo los
preparativos iniciales del asedio a la ciudad,mientras el grueso del ejercito acampaba en la llanura
cercana.
Tigranes, haciendo caso omiso de los avisos de sus consejeros militares, decidió buscar una batalla decisiva y atacar de frente a las tropas de Lúculo.En vez de mantenerse a la defensiva y esperar que el paso el tiempo minara las fuerzas romanas, reunió un enorme ejército y se dirigió hacia su capital.
Según Plutarco, las tropas de Tigranes totalizaban más de 250.000 soldados, incluyendo 20.000 arqueros
bactrianos y 55.000 jinetes, de los cuales más de 15.000 eran catafractos.
Algunos miles de sus infantes
estaban entrenados al modo hoplita, aunque la gran mayoría eran infantería
ligera procedentes de innumerables tribus y pueblos de los dominios del rey de Armenia : Siria, Media, Mesopotamia, Mardia, Arabia, Partia, Fenicia, Bactria,etc,armados al modo oriental, sin armadura de ningún tipo y protegidos por un pequeño
escudo de cuero y madera. Decenas de lenguajes y centenares de dialectos, una autentica
pesadilla para la transmisión y la comprensión de las órdenes dadas.
Tigranes había decidió actuar de inmediato
por que en Tigranocerta se encontraba el harem real y ,sobre todo, Zosimé, la
concubina preferida del rey.Tigranes realizó el primer movimiento, enviando una
fuerza de 6.000 jinetes nómadas a la ciudad, que atravesaron fácilmente la débil
línea romana que asediaba Tigranocerta, rescataban a las concubinas, a sus
hijos y el tesoro real, y volvían victoriosos al campamento del rey.
Desde una colina sobre el rio Tigris, Tigranes y sus generales observaban el ejército romano al otro lado del
rio. Hacían bromas sobre la aparente debilidad de las tropas de Lúculo y su
escaso número. Allí fue donde Tigranes pronunció la frase que le haría entrar
en la historia.
“Si los romanos vienen como embajadores,
son demasiados. Si vienen como un ejercito, son muy pocos”.
Lúculo atacó rápidamente, antes de
que los 20.000 arqueros de Tigranes pudiesen desplegarse adecuadamente.Y envió
a su caballería ligera tracia y gálata sobre la retaguardia de los catafractos armenios.
Tigranes y sus generales estaban asombrados de que los romanos, numéricamente
muy inferiores, hubieran decidido atacar en vez de adoptar una estrategia
defensiva.
Lúculo dividió sus legiones en manipulos, unidades aun más manejables. Y ordenó a los hombres cargar sobre el
flanco de los catafractos, atacando a los caballos que montaban. Con la caballería
ligera romana a su retaguardia, y los legionarios atacando su flanco, los
catafractos rompieron su formación y
retrocedieron desordenadamente sobre sus propias líneas de infantería ligera,
desarmandola por completo.
Por una vez, los legionarios de Lúculo
obedecieron sus órdenes y dejaron el saqueo del campamento armenio para más
tarde, dedicandose en cambio a masacrar a las tropas de Tigranes en su
huida.La matanza duró hasta el anochecer, y según las fuentes de la época, las pérdidas
del rey Tigranes oscilarían entre 10.000 y 100.000 hombres.
Conmocionado por la derrota
contra una fuerza muy inferior numéricamente, el rey Tigranes partió con su hijo
y sus consejeros hacia las montañas. Para no ser reconocido y capturado por los
destacamentos de caballería ligera que Lúculo había enviado en su busca, Tigranes entrego su tiara real a un esclavo de su confianza, encomendándole la
tarea de ocultarla y protegerla con su vida.
Tigranes se dirigió hacia el norte,
y en el camino se encontró con Mitridates y su fuerza de 12.000 jinetes, que llegaba
tarde al combate por qué no había esperado que los romanos atacaran primero.
Ambos unieron sus fuerzas y se dirigieron al norte de Armenia.
Las tropas de Lúculo pasaron los
siguientes días dando caza a los fugitivos y asediando Tigranocerta, que no
resistió más de una semana. Sus habitante no sufrieron daño, pero fueron
enviados a Cilicia, Siria y Grecia.Para comenzar a desmembrar el reino de Tigranes y privar al rey de sus apoyos, Lúculo cedió el gobierno de Antioquia a Antioco, descendiente de los
antiguos reyes seleucidas, que rápidamente reclamo (y obtuvo) el control de toda Siria. Varios príncipes de Arabia renegaron de sus alianzas con Tigranes y juraron lealtad a Lúculo, cediéndole varios
miles de jinetes para su ejercito.Los lideres locales de la provincia de Sofene rindieron pleitesía
al nuevo gobernante, y los ciudadanos de Corduene, en el actual Kurdistan,
ejecutaron al gobernador armenio Zarbienos, y enviaron su cadáver a Lúculo en
muestra de arrepentimiento por su anterior rebelión contra el gobernador romano
de la ciudad.
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