New York en 1860,aprox.
Viene de aquí:
La noticia de la primera victoria
policial contra los alborotadores en la Quinta Avenida llevó algo de calma a
la ciudad.Algunos de los alborotadores decidieron marchar a sus casas, y otros
decidieron cambiar de bando momentáneamente y colaborar con las fuerzas del
orden para evitar la destrucción
de propiedad privada, principalmente la suya propia.
Pero en las primeras horas de la tarde,
los alborotadores se reorganizaron y atacaron diversos objetivos en el bajo Manhattan.
Un grupo atacó e incendio el hotel Allerton en la calle 43, y en la avenida
Lexington se destrozaron las maquinas de la oficina de la compañía americana de
telégrafos. En la Segunda Avenida, un grupo de manifestantes tomaron momentáneamente
el control de una armería, y las armas comenzaron a repartirse entre los alborotadores.Pero no habia municion,y cuando un pelotón
de policía llegó para recuperar el edificio y las armas que aun quedaban en su interior,
los alborotadores prendieron fuego al edificio.
En el lado oeste de la ciudad,los
manifestantes se concentraron en atrapar a afroamericanos que vivían entre las
calles Broadway y la calle 29.A las 4 de la tarde, la multitud atacó el Asilo para
huérfanos de color de la 5ª avenida. Los 237 huérfanos que residían permanentemente
en el asilo pudieron ser evacuados sin sufrir daño físico, pero el edificio fue saqueado y después ardió hasta los cimientos.Algunos de los manifestantes que trataron de oponerse
a la destrucción del asilo fueron apaleados por la multitud.
El Asilo para huerfanos de color,dias antes de su saqueo y destruccion.
Tras el incendio del asilo de huérfanos,
los alborotadores atacaron otras organizaciones similares, como el Asilo de la Madalena en la calle 88 y la misión metodista de Five Points.La turba tambien atacó los bloques de
edificios del Lower East End que estaban habitados por marineros afroamericanos
acogidos por Albro Lyons,líder de una organización denominada Sociedad Africana
para la Ayuda Mutua, que se dedicaba no solo a ayudar económicamente a
afroamericanos pobres, sino a ocultar y mantener esclavos huidos del sur. Los edificios fueron
saqueados, y los alborotadores obligaron a los residentes a huir.
Los miembros de la elite
afroamericana de New York tampoco se libraron de la ira de los manifestantes.
Varios de sus domicilios fueron saqueados y quemados, y algunos fueron
linchados por la multitud.
Las agresiones a los afroamericanos
y a los blancos excesivamente bien vestidos (se consideraba que quien iba bien vestido era sin duda republicano )
continuaron toda la tarde y la mayor parte de la noche. Poco después del anochecer,
líderes demócratas y republicanos se reunieron con el alcalde Opdyke para
consensuar medidas para detener la violencia. Pero el consenso fue imposible de
lograr. Los republicanos exigían que el
alcalde impusiera la ley marcial y llamara en su ayuda al ejército de la Unión.
Pero los demócratas se resistían tomar
medidas que consideraban “excesivas”. El alcalde Opdyke, republicano, se posicionó
de lado de los demócratas, asegurando que se reservaba la opción de utilizar
tropas federales si las condiciones no mejoraban en los días siguientes. Y se
negó a aplicar la ley marcial explicando que “su imposición hubiera exasperado
a los alborotadores, hubiera hecho aumentar su número y el resultado hubiera
sido el saqueo de la ciudad al completo y la muerte de muchos de sus habitantes.”
Descontentos con el resultado de
la reunión y la actitud pusilanime del alcalde, varios líderes republicanos apelaron al
presidente Lincoln, enviando varios telegramas. Pero no recibieron respuesta, y
decidieron reunirse en el hogar de un prominente republicano a esperar lo que sin duda sería una noche larga y sangrienta.
Varios grupos de manifestantes se
habían reunido a las puertas de los periódicos New York Times y New York Tribune,protestando por el apoyo que ambos diarios de tendencia republicana daban a las políticas del
presidente Lincoln. Visto el cariz que estaban tomando los acontecimientos, el editor
del Tribune, Horace Greeley, decidió proteger las instalaciones del periódico
colocando fardos de papel de impresión
en puertas y ventanas y acumulando rifles de donde pudieron encontrarlos.Mientras,
el editor y fundador del New York Times, Henry Raymond, fue un poco más lejos en
su intención de defender su propiedad y decidió colocar tres ametralladoras Gatling en las ventanas de su edificio.
A las 11 de la noche, un grupos de
alborotadores comenzó a acercarse al edifico del Tribune.Los trabajadores del
periódico comenzaron a cargar sus fusiles, para descubrir que las cajas de munición
que les habain enviado desde Gobernor Island era munición para pistola,
absolutamente inútil para los rifles.
Los alborotadores, alrededor de
300 , y vestidos con camisas rojas, se fueron acercando al edificio, mientras
gritaban que iban a colgar al editor Greeley de un manzano. Cuando la turba comenzó
a derribar las puertas, aparecieron 110 policía liderados de nuevo por el
inspector Daniel Carpenter.
La carga policial tardo un par de
minutos en disolver a los manifestantes, y desplegar un cordón para defender el
edificio de nuevos intentos violentos por parte de la multitud. Una
fuerte tormenta comenzó a caer poco después de las 23:00, y los alborotadores
abandonaron las calles para pasar a
llenar las licorerías.
El día siguente, martes 14 de julio,
amaneció tan cálido y húmedo como los días anteriores.La violencia que se iba a
desatar y la pérdida de vidas humanas iba a superar con creces lo ocurrido el
lunes.
Con la esperanza de apoderarse de
varios miles de carabinas, una multitud se reunió frente a la armeria situada en la esquina de la calle 22 y la 2ª Avenida. El
edificio estaba protegido por 200 oficiales de policía liderados por el inspector
Dilks.Un contingente de 150 soldados de infantería y una batería del 11º regimiento
de voluntarios de New York llego para ayudar a la policía.
Para disolver a los manifestantes, el coronel H.T. O’Brien ordenó descargar dos de los cañones de su munición de
fogeo, y ordenó cargarlos con fuego real, indicando a los artilleros que debían
disparar sobre las cabezas de los alborotadores. Asi lo hicieron los artilleros, y la metralla atravesó las ventanas de los edificios aledaños,
matando a 7 personas (2 de ellos niños) que no estaban participando en la manifestación.
Esa misma tarde, el coronel
O´Brien pago muy caro su error. Fue reconocido por una mujer como el oficial
que mandaba a los soldados, y le lanzó una piedra. El coronel saco su pistola reglamentaria
y disparó, hiriendo en el hombro a la mujer.Inmediatamente un grupo de
alborotadores cayó sobre él, y lo mató a palos, en una paliza que duro seis horas, hasta que alguien termino con su sufrimiento machacándole la cabeza con un adoquín.
Y los periódicos de tendencia demócrata
de la ciudad avivaban el fuego contra el gobierno: especialmente el periodista Mantón Marble del periódico pro-demócrata New York World, (que no fue atacado por los alborotadores en ningún momento de los
disturbios).
“cualquier nuevo intento de
reanudar el sorteo tendrá aun una más seria oposición “
“la voluntad del insensato gobierno
de Lincoln se verá obligada a escuchar nuestra voz”
Las caricaturas de los periódicos
de tendencia demócrata insinuaban que el único interés del gobierno republicano
de Lincoln era “el mestizaje” con las mujeres de color;
El baile de la mezcla de razas.
Y por otra parte, avisaban de las
consecuencias ("mutaciones monstruosas") a
las que podia llevar la unión sexual entre hombres de color y mujeres blancas ;
Los frutos de la mezcla
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