viernes, 22 de julio de 2016

460-468 : Vandalos ; Invasion fallida.





Viene de aquí:


  Tras conocer los planes imperiales para la invasión del norte de Africa, el rey vándalo Genserico comenzó a  mover sus peones. Envió embajadas a todos los aliados del imperio, para tratar de provocar la desunión entre ellos al mismo tiempo que abogaba  por la paz y se preparaba para la guerra.


  Envió incluso una embajada a parlamentar con el mismo emperador Mayoriano, aunque no tuvo ningún efecto, ya que el emperador era un mero titere en manos del magister militum Recimero,que estaba convencido que la única solución al problema vándalo era la desaparición del reino  del norte de África.


  Mientras esperaba que sus esfuerzos diplomáticos tuvieran éxito, Genserico no desatendió los esfuerzos militares, y como primera medida ordenó a sus tropas practicar una política de tierra quemada por todo Mauritania (el lugar de la prevista invasión romana), envenenando los pozos de agua de la región y reconociendo los posibles puntos fuertes para la defensa.


  Despues, decidió pasar a la ofensiva. La flota vándala, de 30 barcos, se dirigió hacia Cartago Nova (actual Cartagena ), a intentar destruir los 40 buques de la flota romana antes de que zarparan.


  Lo que pasó en la batalla y la destrucción de la flota romana no esta claro.Seguramente,los estrechos lazos que Cartago y el este de Hispania tenían desde hacía siglos tuviera algo que ver.Posiblemente,el rey Genserico se hubiera aprovechado de esos estrechos lazos, y buena parte de los marinos hispanos de la flota hubiera cambiado  de bando en el momento de la batalla.Lo cierto es que los vándalos consiguieron apoderarse de una docena de buques romanos que aun no habían zarpado del puerto de Cartagena, y que el resto de la flota romana fue destruida  y pocos barcos pudieron escapar y dispersarse.


  La prevista invasión del norte de África no se llevó a  cabo, y el emperador Mayoriano volvió a Italia.Habia decidido prescindir de su poderosa escolta de mercenarios barbaros, y pagó ese error con su vida.Recimero esperó al emperador en las cercanías de Piazenza, lo arrestó y lo hizo golpear y torturar. Con el apoyo del senado romano y las más influyentes familias del imperio,Recimero ordenó decapitar al depuesto emperador Mayoriano en las orillas del rio Iria el 7 de agosto del año 461.Supuestamente,los restos del descabezado emperador se encontrarían en el mausoleo de Mayoriano,en la iglesia de San Mateo de Tortona.

 Mausoleo de Mayoriano.


  La unica victoria imperial en la campaña contra el reino vándalo fue la ocupación de Sicilia por parte de las tropas del general Marcelino, magíster militum Dalmatiae.Pero Recimeor,celoso de los éxitos del general Marcelino y con la posibilidad que las tropas pasaran de Sicilia a Italia y amenazaran a la nueva marioneta imperial, el emperador Livio Severo, sobornó a parte de las tropas de Marcelino, que se volvieron contra él, viendose obligado a volver a sus dominios en Dalmacia.


  Sin ninguna fuerza competente capaz de oponerse, los buques vándalos reanudaron sus ataques por todas las costas del mediterráneo,y  las cortes imperiales de Constantinopla y Ravena se vieron obligadas a volver a la mesa de negociaciones con Genserico.


  En el año 462, el nuevo emperador del imperio romano oriental, León I el Tracio.,llegó a un acuerdo con Genserico, que devolvió a Ravena a las princesas rehenes Eudoxia y Placidia.Se reconoció la legitimidad del matrimonio entre la princesa imperial Eudocia y Hunerico, hijo de Genserico, y por fin la boda entre ambos pudo celebrarse.

                                      Solido de oro del emperador Leon I.

  Esta boda permitió a Genserico acceder al intrincado laberinto de relaciones de la alta política del imperio romano. La clausula más importante del tratado de paz del año 462 establecía que,cuando el trono del imperio romano  de occidente quedara vacante, ambos, vándalos y romanos orientales ,podrían proponer un candidato. Por supuesto, esta clausula entre vándalos y romanos orientales no hizo nada por mejorar las maltrechas relaciones entre vándalos y romanos occidentales.




  En el año 464, la situación cambió.Genserico utilizo su influencia (y su riqueza) para colocar como cónsul del año al aristócrata italiano Olibrio.Temiendo la influencia que los vándalos podrían conseguir en la corte imperial, Recimero hizo desaparecer al débil emperador títere Livio Severo (seguramente envenenado), y colocó en el trono del imperio romano occidental a su suegro, Procopio Antemio, poco dispuesto a los arreglos pacíficos y a la politica de cesiones.


  Genserico fue informado de la llegada al trono imperial del nuevo emperador Antemio, y la primera embajada enviada por Artemio lo fue a Cartago, a exigir a Genserico que cesara con los ataques a las ciudades italianas del mediterraneo.Genserico hizo oídos sordos a las exigencias del nuevo emperador, y ordenó una expedicion de  castigo que arrasó las ciudades del norte de Egipto, llegando incluso hasta Alejandria,.Al mismo tiempo, decidió intervenir en los asuntos de Hispania,tratando de sacar partido  de las disputas entre visigodos y suevos.


  En respuesta al ataque de los vándalos sobre Alejandria, el emperador León el tracio encargo al general Marcelino el dálmata la conquista de Cerdeña. En el año 466 se producía el ataque bizantino, y Cerdeña pasó a formar parte del imperio romano oriental.


  La situación inquietó a Recimero, que seguía teniendo las riendas del imperio romano occidental. Con los vándalos saqueando las ciudades del sur de Italia y los bizantinos ocupando Cerdeña, el imperio romano occidental se encontraba en una situación muy delicada. Pero el emperador Antemio maniobró diplomáticamente y encontró la solución: invadir el reino vándalo del norte de África con la mayor fuerza militar que se habia visto en las costas del mediterraneo : 1000 naves y 100.000 soldados.


  En el año 468 y tras largos preparativos, una enorme flota de invasión se puso en a las ordenes del magister militum del imperio romano de Oriente, Flavio Basilisco, que además era cuñado del emperador León I. 


  El plan consistía en desembarcar un enorme ejercito en las cercanías del Promontorium Mercurii (actual cabo Bon, en  Túnez) y desde allí dirigirse directamente sobre Cartago, la capital vándala. En Sicilia se fueron concentrando los contingentes de tropas, dirigidos por Recimero, al cargo de las tropas del imperio romano occidental, el general Marcelino, al mando de las tropas de los Balcanes e Illiria, y las tropas bizantinas mandadas por Basilisco.


  Al mismo tiempo, otro contingente formado por bizantinos y egipcios saldría  de Egipto al mando del general  Heraclio de Edesa y atravesaria Tripolitania hasta llegar a Tripoli, un punto fuerte  de los vándalos en la costa del Mediterráneo.


  El desembarco en el cabo Bon se produjo sin mayor incidentes, pero, inexplicablemente, las tropas de invasión permanecieron  allí cinco días, sin hacer ningún movimiento ofensivo contra Cartago, que se encontraba a apenas 60 kilómetros.


  Parece ser que Genserico había solicitado cinco días de tregua a Basilisco, para terminar los preparativos para su supuesta rendición. Pero Genserico no iba a rendirse, necesitaba esos cinco días para preparar un ataque por sorpresa sobre la flota de invasión.


  Basilisco cayó en al trampa, y al final del quinto día de espera, la flota vándala cayó sobre la flota de invasión. Después de un largo combate, un cambio en la dirección y la intensidad del viento permitió a Genserico lanzar sus brulotes cargados de brea y fuego griego sobre la flota imperial.


  Los efectos del fuego griego sobre los barcos imperiales fueron devastadores. Buena parte de los barcos ardió y se fue a pique, y el resto huyo y se dispersó.

  Mientras, las tropas de Heraclio de Edesa (que no conocía la derrota de la flota imperial) habían tomado Trípoli y se dirigían a Bizacena, con la intención de unir sus fuerzas a las tropas bizantinas de Basilisco. Pero finalmente, Heraclio tuvo noticia de la derrota, y, desmoralizado, decidió permanecer en Tripoli, ciudad que pudo mantener hasta finales del año 470.


  La oportunidad de tomar Cartago y terminar con el imperio vándalo del norte de Africa se había perdido.De momento.


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