Viene de aquí:
Tras conocer los planes
imperiales para la invasión del norte de Africa, el rey vándalo Genserico comenzó
a mover sus peones. Envió embajadas a
todos los aliados del imperio, para tratar de provocar la desunión entre ellos al mismo tiempo que abogaba por
la paz y se preparaba para la guerra.
Envió incluso una embajada a
parlamentar con el mismo emperador Mayoriano, aunque no tuvo ningún efecto, ya
que el emperador era un mero titere en manos del magister militum Recimero,que estaba convencido que la única solución al problema vándalo
era la desaparición del reino del norte
de África.
Mientras esperaba que sus
esfuerzos diplomáticos tuvieran éxito, Genserico no desatendió los esfuerzos militares,
y como primera medida ordenó a sus tropas practicar una política de tierra
quemada por todo Mauritania (el lugar de la prevista invasión romana),
envenenando los pozos de agua de la región y reconociendo los posibles puntos
fuertes para la defensa.
Despues, decidió pasar a la ofensiva.
La flota vándala, de 30 barcos, se dirigió hacia Cartago Nova (actual Cartagena ), a intentar destruir
los 40 buques de la flota romana antes de que zarparan.
Lo que pasó en la batalla y la destrucción de la flota romana no esta claro.Seguramente,los
estrechos lazos que Cartago y el este de Hispania tenían desde hacía siglos
tuviera algo que ver.Posiblemente,el rey Genserico se hubiera aprovechado de
esos estrechos lazos, y buena parte de los marinos hispanos de la flota hubiera
cambiado de bando en el momento de la
batalla.Lo cierto es que los vándalos consiguieron apoderarse de una docena de
buques romanos que aun no habían zarpado del puerto de Cartagena, y que el resto
de la flota romana fue destruida y pocos
barcos pudieron escapar y dispersarse.
La prevista invasión del norte de
África no se llevó a cabo, y el
emperador Mayoriano volvió a Italia.Habia decidido prescindir de su poderosa
escolta de mercenarios barbaros, y pagó ese error con su vida.Recimero esperó
al emperador en las cercanías de Piazenza, lo arrestó y lo hizo golpear y torturar.
Con el apoyo del senado romano y las más influyentes familias del
imperio,Recimero ordenó decapitar al depuesto emperador Mayoriano en las
orillas del rio Iria el 7 de agosto del año 461.Supuestamente,los restos del descabezado
emperador se encontrarían en el mausoleo de Mayoriano,en la iglesia de San Mateo
de Tortona.
Mausoleo de Mayoriano.
La unica victoria imperial en la
campaña contra el reino vándalo fue la ocupación de Sicilia por parte de las
tropas del general Marcelino, magíster militum Dalmatiae.Pero Recimeor,celoso de
los éxitos del general Marcelino y con la posibilidad que las tropas pasaran de
Sicilia a Italia y amenazaran a la nueva marioneta imperial, el emperador Livio Severo, sobornó a parte de las tropas de Marcelino, que se volvieron contra él, viendose obligado a volver a sus dominios en Dalmacia.
Sin ninguna fuerza competente
capaz de oponerse, los buques vándalos reanudaron sus ataques por todas las
costas del mediterráneo,y las cortes imperiales de Constantinopla y Ravena se
vieron obligadas a volver a la mesa de negociaciones con Genserico.
En el año 462, el nuevo emperador
del imperio romano oriental, León I el Tracio.,llegó a un acuerdo con Genserico,
que devolvió a Ravena a las princesas rehenes Eudoxia y Placidia.Se reconoció
la legitimidad del matrimonio entre la princesa imperial Eudocia y Hunerico,
hijo de Genserico, y por fin la boda entre ambos pudo celebrarse.
Esta boda permitió a Genserico
acceder al intrincado laberinto de relaciones de la alta política del imperio romano.
La clausula más importante del tratado de paz del año 462 establecía que,cuando
el trono del imperio romano de occidente quedara vacante, ambos, vándalos y romanos orientales ,podrían
proponer un candidato. Por supuesto, esta clausula entre vándalos y romanos
orientales no hizo nada por mejorar las maltrechas relaciones entre vándalos y
romanos occidentales.
En el año 464, la situación
cambió.Genserico utilizo su influencia (y su riqueza) para colocar como cónsul
del año al aristócrata italiano Olibrio.Temiendo la influencia que los
vándalos podrían conseguir en la corte imperial, Recimero hizo desaparecer al débil
emperador títere Livio Severo (seguramente envenenado), y colocó en el trono
del imperio romano occidental a su suegro, Procopio Antemio, poco dispuesto a
los arreglos pacíficos y a la politica de cesiones.
Genserico fue informado de la llegada
al trono imperial del nuevo emperador Antemio, y la primera embajada enviada
por Artemio lo fue a Cartago, a exigir a Genserico que cesara con los ataques a
las ciudades italianas del mediterraneo.Genserico hizo oídos sordos a las
exigencias del nuevo emperador, y ordenó una expedicion de castigo que arrasó las ciudades del norte de Egipto,
llegando incluso hasta Alejandria,.Al mismo tiempo, decidió intervenir en los asuntos
de Hispania,tratando de sacar partido de las disputas entre visigodos y suevos.
En respuesta al ataque de los
vándalos sobre Alejandria, el emperador León el tracio encargo al general
Marcelino el dálmata la conquista de Cerdeña. En el año 466 se producía el
ataque bizantino, y Cerdeña pasó a formar parte del imperio romano oriental.
La situación inquietó
a Recimero, que seguía teniendo las riendas del imperio romano occidental. Con
los vándalos saqueando las ciudades del sur de Italia y los bizantinos ocupando
Cerdeña, el imperio romano occidental se encontraba en una situación muy delicada.
Pero el emperador Antemio maniobró diplomáticamente y encontró la solución:
invadir el reino vándalo del norte de África con la mayor fuerza militar que se habia visto en las costas del mediterraneo : 1000 naves y 100.000 soldados.
En el año 468 y tras largos preparativos,
una enorme flota de invasión se puso en a las ordenes del magister militum del imperio romano
de Oriente, Flavio Basilisco, que además era cuñado del emperador León I.
El plan consistía en desembarcar
un enorme ejercito en las cercanías del Promontorium Mercurii (actual cabo Bon,
en Túnez) y desde allí dirigirse
directamente sobre Cartago, la capital vándala. En Sicilia se fueron concentrando
los contingentes de tropas, dirigidos por Recimero, al cargo de las tropas del imperio
romano occidental, el general Marcelino, al mando de las tropas de los Balcanes e Illiria, y las tropas bizantinas mandadas por Basilisco.
Al mismo tiempo, otro contingente
formado por bizantinos y egipcios saldría
de Egipto al mando del general
Heraclio de Edesa y atravesaria Tripolitania hasta llegar a Tripoli, un punto fuerte de los vándalos en la costa del Mediterráneo.
El desembarco en el cabo Bon se
produjo sin mayor incidentes, pero, inexplicablemente, las tropas de invasión
permanecieron allí cinco días, sin hacer
ningún movimiento ofensivo contra Cartago, que se encontraba a apenas 60 kilómetros.
Parece ser que Genserico había solicitado
cinco días de tregua a Basilisco, para terminar los preparativos para su
supuesta rendición. Pero Genserico no iba a rendirse, necesitaba esos cinco
días para preparar un ataque por sorpresa sobre la flota de invasión.
Basilisco cayó en al trampa, y al
final del quinto día de espera, la flota vándala cayó sobre la flota de invasión.
Después de un largo combate, un cambio en la dirección y la intensidad del
viento permitió a Genserico lanzar sus brulotes cargados de brea y fuego griego
sobre la flota imperial.
Los efectos del fuego griego
sobre los barcos imperiales fueron devastadores. Buena parte de los barcos ardió y se
fue a pique, y el resto huyo y se dispersó.
Mientras, las tropas de Heraclio de
Edesa (que no conocía la derrota de la flota imperial) habían tomado Trípoli y
se dirigían a Bizacena, con la intención de unir sus fuerzas a las tropas
bizantinas de Basilisco. Pero finalmente, Heraclio tuvo noticia de la derrota,
y, desmoralizado, decidió permanecer en Tripoli, ciudad que pudo mantener hasta
finales del año 470.
La oportunidad de tomar Cartago y
terminar con el imperio vándalo del norte de Africa se había perdido.De momento.
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