jueves, 10 de octubre de 2019

Bonaparte : La Tercera Coalición y el camino a Austerlitz ( 11 ª parte) ; La Grande Arrmee ( IV )



 Viene de aquí:


  La caballería  del ejercito revolucionario francés de finales del siglo XVII era la unica arma manifiestamente mejorable con la que se encontró Napoleón cuando tomo el mando.


  Antes de poder enfrentarse con posibilidades de éxito  a las otras caballerías del continente europeo iba a ser necesario un duro trabajo y una cuidadosa atención a los detalles.


 "La caballería es útil antes, durante y después de una batalla", escribió Bonaparte en una ocasión, y el corso tenía muy claras las cualidades que deseaba para su caballería “ la caballería necesita practica en las maniobras y audacia en el campo de batalla; sobre todo no debe ser dominada por un espíritu conservador que le incite a mantener lo conquistado; debe actuar siempre de modo ofensivo, gracias a una combinacion de velocidad, orden, formaciones  cuidadosamente mantenidas, y un uso correcto de las reservas ,pero sobre todos esos requerimientos debe prevalecer la disciplina."


  Las primeras reformas de la caballería napoleónica consistieron en separar la caballería pesada (coraceros y carabineros) de la caballería de línea (lanceros y dragones), y ambas separadas de la caballería ligera (húsares y cazadores).


En la Grande Armee , cada tipo de  caballeria iba a tener una tarea específica:


  Coraceros, caballería pesada, jinetes de gran fortaleza a lomos de grandes caballos, armados con espada recta (no sables) y un par de pistolas o una carabina. Para su protección vestían corazas y cascos de acero. En los últimos días de la Grande Armee napoleónica llegó a haber 14 regimientos de coraceros franceses, además de un regimiento de  holandeses, compuesto cada regimiento de 1040 jinetes divididos en cuatro escuadrones  de dos compañías cada uno.


  El segundo componente de la caballería pesada eran los carabineros, de los que había dos regimientos con  la misma organización y armados de la misma manera que los coraceros, tanto que cuando los carabineros adoptaron las corazas y los cascos de acero eran virtualmente imposibles de distinguir.


  Ambos grupos de  la caballeria pesada formaban la reserva, y su rol en batalla era superar la caballeria enemiga y aprovechar los huecos que el fuego de la artillería  dejaba en las lineas de infantería enemigas.


  La caballeria de línea disponía de unos 25 regimientos de  dragones. A finales del siglo XVIII, los dragones habían sido en realidad infantería montada, pero en la Grande Armee se convirtieron en la caballería de choque, los protagonistas de las cargas masivas contra la infantería enemiga. Aunque no abandonaron su forma de combatir desmontados, sobre todo en España y en los últimos años del imperio napoleónico, cuando había gran dificultad para encontrar caballos.


  Normalmente había 1.200 dragones en cada regimiento, repartidos en cinco escuadrones, pero a partir de 1812 cada regimiento estaba formado por 3 escuadrones a caballo y dos escuadrones a pie. Armados con un sable, un mosquete, bayoneta y dos pistolas, se protegian con coraza y casco de latón.


  Sus misiones eran variadas, ya que su capacidad como infantería desmontada los convertía en una tropa fácil de utilizar en distintos terrenos y en diferentes tareas. A menudo servían como exploradores cuando la Grande Armee estaba en marcha y solían ocuparse de proteger líneas de aprovisionamiento y comunicaciones.


  Numéricamente y en términos de  reputación, la mayor parte del arma a caballo del ejercito imperial francés era la caballería ligera.


 Husares,con los uniformes mas vistosos, los mas valerosos, los preferidos por las mujeres, se exigía a estas tropas mantener en el campo de batalla la bravura y el valor que demostraban fuera de el.


  La caballeria ligera se dividía en tres partes: entre 10 y 13 regimientos de húsares, 30 regimientos de cazadores a caballo y los lanceros. Al principio solo había dos regimientos de  lanceros, ambos integrados casi en su totalidad por jinetes polacos, denominados “ligeros” hasta 1809, año en el que incorporaron la lanza a su armamento, tras haber sufrido en sus propias carnes el buen uso que los cosacos rusos daban a sus lanzas.


  Asi, Napoleon convirtió en lanceros 3 regimientos de dragones franceses y uno de dragones alemanes. Armados con un par de pistolas y un sable, debían entrenarse constantemente en el uso de la lanza.


  Húsares y cazadores llevaban un equipamiento muy similar, sable, carabina y dos pistolas. Muy a menudo actuaban juntos, con cada regimiento compuesto de entre 1.200 y 1.800 hombres, divididos normalmente en 6 escuadrones.


  Ademas de húsares, lanceros y cazadores,habia otras unidades de caballería ligera de menor importancia como los exploradores (eclaireurs a cheval ) agregados a la Guardia Imperial; los gendarmes de elite, 300 jinetes seleccionados especialmente para formar la escolta del emperador; y los mamelucos, una tropa incorporada al ejercito republicano en 1803, que mantenía sus vestimentas orientales e iban armados con una cimitarra, pistolas y dagas, y que también formaban parte de la caballería de la guardia imperial.


  El rol que debía cumplir la cabelleria ligera era especialmente difícil. Debían ocuparse de la mayoría de las tareas de reconocimiento, y debían proteger los flancos.Cuando el grueso del ejercito tomaba contacto con el enemigo, la caballería ligera debía tratar de inmovilizar a la caballeria enemiga, con constantes ataques sorpresa sobre sus flancos, ocupar posiciones estratégicos lo antes posible y mantenerlas tanto como fuera posible.

 Cuando la batalla terminaba debían cubrir la retirada en caso de derrota ,y encabezar la persecución en caso de victoria, evitando que el enemigo en retirada pudiera reagruparse.


  Aparte de los dragones, las tácticas de la caballeria francesa se basaban en la carga frontal de grandes contingentes de caballos y jinetes, aunque la carga estaba cuidadosamente preparada y entrenada hasta la extenuación.


  Los escuadrones de caballería avanzaban al trote hasta que cubrían un tercio de la distancia total que les separaba de su enemigo, el objeto de la carga. Cambiaban el paso y aceleraban hasta llegar al galope hasta que llegaban a menos de 100 metros del enemigo,momento en el que dejaban que el caballo adquiriera su máxima velocidad.


  La maniobra requería una cuidadosa preparación, una oficialidad perfecta conocedora de las caballos y sus limitaciones y una disciplina estricta.Si la carga se lanzaba demasiado pronto era posible que los caballos se quedaran sin fuerzas antes de llegar al enemigo, y la potencia de su carga sería menor. Si por el contraria la carga se realizaba demasiado tarde, se corría el riesgo que los caballos y sus jinetes superaran su objetivo y quedaran aislados sin poderse reagrupar.


  Era extremadamente importante asegurar que cada carga de caballería contara con el apoyo de la infantería y la artilleria; la caballeria por si sola estaba en clara desventaja contra la infantería enemiga, y era absolutamente inútil contra una formacion en cuadro de una infantería bien entrenada.


  Lo que podia pasar cuando la caballería no tenía el apoyo de la artilleria fue ampliamente demostrado en Waterloo,donde las cargas masivas de la caballería de los generales  Kellerman y Milhaud sobre Quatre Bras  fueron rechazadas con grandes pérdidas y con relativa facilidad por los cuadros de infantes británicos y sus aliados.

 Infanteria britanica rechazando a la caballeria napoleonica en Quatre Bras.


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