Viene de aquí:
Durante los siguiente cuatro años, ambas compañías automovilísticas germanas monopolizaron prácticamente todos los pódiums de las carreras de Grand Prix, cumpliendo una de las promesas de Hitler del año 1933 en el Motor Show de Berlín.
Ni los fabricantes italianos (Maserati, Alfa Romeo, etc ) ni los franceses (Bugatti, Delage, etc) consiguieron diseñar y construir algún aparato que pudiera rivalizar minimamente con las fechas plateadas alemanas.
Alfa Romeo tenia muy pocas opciones contra las flechas de plata.
En Alemania, cientos de miles de fanaticos de las carreras automovilísticas marchaban a los circuitos de Grand Prix ansiando poder contemplar la nueva generacion de automóviles de carreras que había engendrado su “fuhrer”.
Las carreras tenían entonces toda la pompa y el boato de los mítines de nacionalsocialistas en Nuremberg.Interminables líneas de grandes banderas con la esvástica ondeaban sobre las cabezas de los asistentes, mientras los soldados y miembros de la ss desfilaban por la recta de meta al ritmo que marcaban las bandas de música, mientras los Stuka sobrevolaban el circuito.
Richard Seaman, vencedor del Grand Prix de Alemania de 1938.Fue uno de los pocos pilotos britanicos en pilotar un Mercedes de Gran premio, junto a Sterling Moss y Lewis Hamilton.
Y el jefe de grupo Hunhlein siempre estaba en cada carrera, jefe supremo del automovilismo nazi, con su uniforme tachonado de medallas.
Hunhlein supervisaba todos y cada uno de los aspectos que involucraban las ambiciones del III Reich en las carreras de Grand prix.
Antes de cada inicio de temporada, se reunía con los ingenieros de Daimler Benz y Auto-Union para tratar un programa de carreras que asegurara en lo posible la victoria de los automóviles alemanes.
Hunhlein decidia que carreras disputar y en que circuitos, con que número de automóviles, cuanto “afecto” podían mostrar sus pilotos con sus mujeres o novias mientras estaban en pista, y como debian promocionar siempre que pudieran la NSKK como la “caballería del futuro”, a que ferias y eventos políticos debían asistir obligatoriamente, etc.
Hitler felicitando a los pilotos de Mercedes, con Hunhlein a su lado.
Joseph Goebbels, ministro alemán de propaganda, aprovechaba cada ocasión que tenia para anunciar el dominio del país en los grandes premios: “las carreras son y siempre serán la máxima encarnación del automovilismo, y por lo tanto, el mayor logro de la nación en cualquier competencia internacional”.
Los representantes de la industria automotriz alamana tampoco se quedaban atrás en sus elogios; El presidente del club automovilístico más importante de Alemania declaró que “la destreza de las flechas de plata era el punto de referencia para la capacidad industrial de todo el pueblo alemán”.
El director general de Auto-Union, baron Klaus Von Oertzen, describia a los trabajadores e ingenieros que construían sus automóviles de carreras como “una comunidad de hombres prodigiosos,nacidos de la sangre y la tierra alemana y, que con voluntad tenaz, corazón feroz y energía ilimitada, trabajaban por el Reich alemán,marchando orgullosamente a la cabeza”
Cuando las flechas de plata arrasaron en la copa Vanderbilt de 1937 en el circuito de Long island, en New York, la maquinaria publicitaria de Goebbels se puso en funcionamiento a pleno rendimiento:
“La bandera con la esvástica colgó del mástil de la victoria del circuito durante mas de 4 horas”.Uno de los comunicados de prensa afirmaba que los pilotos estadounidenses eran simples "cowboys del motor", mientras los pilotos alemanes eran considerados como caballeros que mostraban un orden impecable y una disciplina constante. “las flechas de plata han demostrado que la tecnología alemana era muy superior a cualquier cosa que pudieran presentar sus rivales".Y los pilotosos de las flechas plateadas, Rudolph Caracciola y Bernd Rosenmeyer fueron presentados como "soldados de primera linea en la batalla de los circuitos”.
Salida de la Copa Vanderbilt de 1937.
Sus victorias en el exterior impulsaron el crecimiento de la NSKK en su “batalla por la motorizacion de Alemania”.Rapidamente, Hunhlein se apoderó de todos los clubes del automóvil que se repartían por todo el territorio alemman,organizo decenas de escuelas de conducción y recluto a miles de nuevos miembros para la organización.
Para Daimler-Benz y los otros fabricantes alemanes, aquellos días fueron realmente brillantes.Las cifras de producción y de ventas crecían cada año con cifras de dos digitos, las exportaciones aumentaban al mismo ritmo, y los beneficios eran abundantes.
El proyecto nacional de construcción de autopistas también daba grandes pasos. Cientos de miles de trabajadores, flotas de camiones y maquinaria pesada, toneladas de hierro y acero y suficiente hormigón como para llenar 100.000 vagones de ferrocarril se destinaron a la construcción de más de 7.000 kilómetros de las “autopistas de Hitler”, un Hitler que también avanzaba en su sueño de proporcionar a cada familia alemana su propio automóvil en propiedad, el Volkswagen, un proyecto encomendado a Ferdinand Porsche.
Hitler, en la ceremonia de comienzo de las obras de la Reichsautobahn en 1933.
La relación entre Daimler-Benz y el gobierno nacional-socialista se estrechó aun más cuando Hitler desafió abiertamente los terminos del tratado de Versalles que le prohibían rearmar su ejército.
Pero antes de eso, Hitler ya había dirigido la industria alemana para que le proveyera de las herramientas para hacer la guerra. Daimler-Benz se puso rápidamente a la tarea, e incrementó la producción de camiones militares, vehículos acorazados,chasis para aviones, etc.
Se pusieron en funcionamiento nuevas fábricas, y los ingenieros de Daimler compartieron sus avances en la tecnología de automóviles de competición con los ingenieros de muchas otras empresas: un aumento en la potencia de un motor de competición o un nuevo avance en aerodinámica podría usarse en algun avion de combate.
Ferdinand Porsche mostrando a Hitler la maqueta del futuro Volkswagen.
Cuando Hitler llevó al mundo a la guerra, su apoyo a la industria automotriz alemana rindió sus frutos.Mercedes Benz se convirtió en uno de los principales productores de armamento motorizado del Reich.Motores de avión, camiones pesados, vehículos blindados y todas las piezas de repuesto necesarias para su funcionamiento.
Se construyeron masivamente nuevas plantas fabriles en Alemania, y se requisaron otras fábricas en los países ocupados. Los ejecutivos de Daimler Benz no pusieron ningún inconveniente en utilizar decenas de miles de trabajadores forzosos extraídos de la población de los paises ocupados, prisioneros de guerra y reclusos de los campos de concentración.
Por supuesto, el nuevo y motorizado ejército alemán iba a necesitar conductores y mecanicos.Gracias la avalancha de reclutamiento durante el apogeo deportivo de las flechas de plata, el NSKK proporciono a la Werhmacht más de 187.000 conductores. Aunque algunos bromeaban diciendo que NSKK quería decir Nur Saufer,Keine Kampfer (solo borrachos, no soldados), la organización fue muy eficaz en su desempeño, proporcionando gran número de conductores y mecánicos para las divisiones de infantería motorizada de la Werhmacht.
Por eso, tras la muerte de Hunhlein por causas naturales en 1942, Hitler le otorgó la Orden de Alemania, la tercera condecoración en importancia del III Reich.
Las flechas plateadas se dirigen hacia linea de meta, tras superar la curva Melbourne, una de las mas famosas del circuito de Donington Park.
Racing the Silver Arrows – Chris Nixon
Hitler´s motor racing battles, the Silver Arrows under the swastika – Eberhard Reuss
Hitler´s Grand prix in England – Christopher Hilton.
Magnífico trabajo, en la línea de los últimos que estoy leyendo.
ResponderEliminarSaludos