jueves, 14 de enero de 2021

Heraclio, azote de Persia ( 13ª parte )

 


 Viene de aquí:

  Que el nuevo poder que iba a terminar con los poderosos imperios bizantino y sasánida en el oriente medio fuera de naturaleza nomada no era nada sorprendente.

  Las diferentes incursiones migratorias y las invasiones de los pueblos de las estepas de Asia Central habían sido comunes tanto en el este como en el oeste, y seguirían siéndolo durante siglos.

  Dos de esas tribus nómadas, los avaros y los turcos, habían jugado un papel muy importante en la recién finalizada guerra entre el emperador Heraclio y el rey Cosroes II.Pero, aunque ambas tribus habían causado graves problemas a bizantinos y sasánidas,ninguno de ellos hubiera podido alterar el equilibrio de poder en Oriente Medio tanto como si lo hizo otro grupo de tribus nómadas, esta vez provenientes del sur, de la península arábiga.

  Mientras bizantinos y persas llevaban decadas de sangrientos enfrentamientos, Arabia había experimentado una revolución social y politica que en apenas 50 años había convertido a un heterogéneo grupo de  tribus de pastores en un homogéneo estado unido detrás de una nueva religión: el Islam.

  No se conoce gran cosa de la arabia pre-islamica.Los beduinos nómadas se desplazaban por toda la península arábiga, en unas sociedades tribales que valoraban el coraje, la hospitalidad, la lealtad a la familia y el orgullo de sus antepasados.

  Mas allá de la autoridad casi absoluta del líder tribal, carecian casi por completo de conceptos  meridianamente desarrollados de derecho político o judicial.

  Pero, cerca de los oasis que había en el desierto arábigo, era posible la agricultura, permitiendo el surgimiento del comercio y de  ciudades como Medina.

Oasis de Khaybar, al norte de Medina.
  

  Estos oasis a menudo eran un foco de tensión entre beduinos nómadas, que necesitaban agua para sus rebaños, y los agricultores, que lo necesitaban para regar sus tierras cultivadas.

  Además de la agricultura sedentaria y el nomadismo, existía otra forma de vida que ba a estimular la cultura y el comercio hasta niveles nunca antes vistos en la zona.

  Con la proximidad geográfica de Arabia al continente africano, mas allá del rio Nilo y sus afluentes,a demás de las rutas de comercio marítimas con el subcontinente indio a través del golfo Pérsico y el golfo de Aden, Arabia era un punto de encuentro de todas las mercancías que iban desde el imperio romano  a oriente, y viceversa.

  Así, ciudades como la Meca crecieron rápidamente, situada como estaba cerca del mar Rojo y en el centro de una red comercial  que se habia convertido en aun más importante debido al cierre de otras rutas comerciales por los prolongados conflictos entre bizantinos y persas durante los siglos VI y VII.

Ruinas de la ciudad pre-islamica de Asham, al sur de La Meca.
  

  La expansion de  asentamientos agrícolas, que mas tarde se convertían en ciudades, vio a los comerciantes y a los propietarios de tierras hacerse con el poder, constituyendo una aristocracia gobernante.

  Pero, a pesar del desarrollo económico y político, del crecimiento de la agricultura y el comercio y la aparición de nuevos núcleos urbanos, las tribus de la península arabiga no podian escapar a su pasado tribal.

  Esto era debido en gran parte a las dificultades orográficas, que invitaban sobre todo al apoyo y la seguridad de la vida comunal y familiar. Pero esta vida tribal, familiar,comunitaria, etc. era mas prevalente entre las tribus árabes beduinas de los desiertos de Arabia y Siria, y fue gracias a la tendencia de estas tribus nómadas  a moverse por toda la zona lo que permitió los primeros contactos entre las tribus y Roma y Persia.

  A pesar de su lejanía con los centros de poder de Persia y Roma, Arabia tuvo una larga y provechosa interacción con ambos  imperios.

  Dejando aparte  los constantes encuentros entre comerciantes romanos y árabes en las tierras de oriente medio y Egipto, el primer contacto de Roma con las tribus árabes nómadas fue cuando Pompeyo Magno anexionó Siria y Palestina para la republica romana en el año 63 a.c.

Provincias romanas de Siria y Palestina, 30 a.c. aprox.
  

  Buscando la gloria, y tras conocer los comerciantes romanos la costumbre de las tribus nómadas por el saqueo y las incursiones sobre caravanas comerciales, y quizás para tratar de erradicar esas incursiones nómadas que alteraban las rutas comerciales, el emperador Augusto envió el año 26 a.c. una expedicon militar por la costa este del Mar Rojo (actual Yemen, aprox.) bajo el mando de Elio Galo, el prefecto de Egipto.

  Parece que Elio Galo logró entrar en contacto con el legendario reino de Saba, en el sur de Arabia, pero aparte de constatar que Arabia era en su mayor parte territorio inhóspito, la expedición no logró nada de verdadero interés.

El Reino de Saba se encontraba al sur de Arabia Felix.
  

  A pesar de no someterlos militarmente, los romanos trataron a  los árabes como habian hecho con cualquier otro pueblo: conseguir que los árabes creyeran que comerciar con Roma era bueno para ambas partes, y conseguir que gran numero de  árabes sirviera en el ejercito romano, para así explotar su conocimiento del terreno, el clima y los potenciales enemigos del imperio que pudieran aparecer en la zona.

  A partir de finales del siglo I se produjo un cierto intercambio cultural entre romanos y árabes, sobre todo en las regiones fronterizas.Algunas tribus árabes, (gasanidas, por ejemplo) adoptaron el cristianismo como religión oficial de la tribu y se convirtieron en aliados militares de los romanos , creando una especie de colchón para repelar a las otras tribus árabes hostiles además de evitar la extensión de la influencia persa en la zona.

  Quizás el mejor ejemplo de esa interacción entre árabes y romanos fuera que un arabe, Marco Julio Filipo, nacido en Traconitis (actual Shahba, unos 80 kilómetros al sur de Damasco) fue nombrado Augusto entre el año 244 y 249 con el nombre de Filipo I o Filipo el árabe.

Busto del emperador Marco Julio Filipo, Filipo I.
  

  Consciente de la buena relación entre varias tribus árabes y Roma, y estimulados por la potencial gloria militar a conseguir  y beneficios comerciales a obtener, los persas sasánidas comenzaron a mirar hacia Arabia apenas derrotados los partos en la decada de 220-230.

  El rey Ardasir ocupó las regiones árabes de Ahraz y Meshan, en la costa occidental del golfo Pérsico, y llego muy cerca de lo que hoy es Bahréin.

  Sapur I extendió aun más el dominio persa hasta lo que hoy es Oman.A principios del reinado de Sapur II, una incursión arabe desde Bahrein llego hasta el centro de Persia, saqueando varias ciudades sasánidas y capturando gran cantidad de persas para convertirlos en esclavos.

  La reacción del rey Sapur Ii no se hizo esperar, y durante una campaña militar completa termino con la vida de gran parte de los árabes de Bahrein,deportando a los supervivientes a Persia.

  En el norte de Arabia ,al igual que los romanos con los gasanidas, los persas establecieron una muy cercana relación con los árabes de la dinastía lakmide de la ciudad de Al Hirah.

Lakmides construyendo la ciudad de Al Hirah.
  

  Ambas confederaciones de tribus árabes, gasanidas y lakmides, guerreaban frecuentemente unos contra los otros, representando los intereses territoriales de sus señores imperiales, bizantinos y persas,respectivamnte.

  Y al igual que los romanos hicieron con el emperador Filipo I, los persas promovieron a gobernador de los dominios persas en el este de arabia a un gran señor lakmide ,Al Mundir III.

  Pero, a pesar de la presencia de caballería árabe tanto en el ejercito romano como en el persa, las relaciones de las tribus arabes con  las grandes potencias de la época que se repartían oriente medio, estaban muy lejos de ser fluidas.

Y en el siglo VII, esas relaciones empeoraron gravemente.


 

(Continuara…)

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