jueves, 15 de septiembre de 2022

Heraclio, azote de Persia ( 33ª parte ) ; Qadisiyyah ( II )

 


 Viene de aquí: 

  El 18 de noviembre del año 636, tercer día de la batalla de Qadisiyyah, vio al general Rostam preocupado por la posible llegada de refuerzos para sus enemigo. Asi que busco un enfrentamiento definitivo, lanzando un ataque general.

  El ataque rompió en varios sectores la línea defensiva musulmana, sobre todo gracias a los elefantes sasánidas. Para tratar de aprovechar la brecha en las lineas enemigas,Rostam envió a su caballería.

Dia 3, fase 1.
  

  Con su línea defensiva en serios problemas, Saad reacciono rápidamente, y su primer a orden fue neutralizar a los elefantes que estaban causando una autentica matanza en la infantería musulmana.

  Saad ordeno a arqueros y lanceros concentrarse en los elefantes, y a mediodía los musulmanes habían conseguido expulsar a las bestias de vuelta a las líneas sasánidas. Y, ante la confusión que entre las filas sasánidas causaron los elefantes en huida, Saad ordenó un contraataque general por toda la línea.

Dia 3 , Fase 2.
  

  Pero esta vez los sasánidas resistieron el empuje musulman, y la batalla derivo en un choque de desgaste, con ambos bandos infligiendo gran cantidad de bajas al enemigo, incluso durante buena parte de la noche.

4 día, 19 de noviembre de 636

  Como los combates habían continuado hasta  altas horas de la madrugada, podía esperarse que el cuarto día de batalla seria de relativo descanso y recuperación de heridos.

  Al menos el general Rostam y el ejército sasánida parecieron pensar eso, y ni siquiera se desplegaron en el campo de batalla con las primeras luces del dia, como era usual.

  Pero Saad y su general Qaqa vieron en la actitud sasánida una oportunidad que se podía aprovechar para forzar un avance decisivo.

  Dirigiéndose a sus tropas, Qaqa proclamo, que, como los persas estaban cansados de la lucha del día y la noche anterior , un rapido ataque inesperado podía dar la victoria total al ejercito musulmán.

  Así, el centro del comandante Asim atacó de improviso a las tropas de Jalinus, movimiento seguido de inmediato por el resto del ejercito musulmán, tomando por sorpresa a los sasánidas.

  Con la caballeria musulmana acosando sus flancos, las tropas de Jalinus empezaron a  ceder terreno. Pero el general Horzuman logro estabilizar el flanco derecho persa, para a continuación contraatacar y hacer retroceder a las tropas de Asim.

  

  Pero las filas sasánidas comenzaron a  recibir noticias de lo que había ocurrido en el centro de su línea. Aprovechando el ataque de las tropa de Asim sobre el centro sasanida, el general Qaqa había llevado a sus mejores guerreros mubarizum hasta la posición que ocupaba el general Rostam y su escolta.

  La escolta  del general persa no fue rival para los mubarizum, y Rostam cayó muerto.

  La noticia de la muerte de su general en jefe se extendió con rapidez por las filas sasánidas, que comenzaron a  disolverse tras tres días de duro combate y con escaso descanso la noche anterior.

  En la misma situacion de  cansancio estaban las tropas musulmanas, pero Saad reconoció la oportunidad de aprovechar el efecto desmoralizador de la muerte de Rostam en las tropas persas, y ordeno un último ataque general a sus agotadas tropas.

  Bajo el ataque musulmán, la línea persa comenzó a desmoronarse, y finalmente se rompió.

Dia 4, el colapso persa.
  

  Tras la muerte de Rostam , Jalinus había tomado el mando de lo que quedaba del ejército persa. No podía hacer nada por evitar la derrota, así que reunió a todas las unidades sasánidas que aun se mantenían en mayor o menor orden y ordeno la retirada cruzando el  rio Atteq y posteriormente el Éufrates, en direccion a Ctesifonte.

  Pero Saad no iba dejar marchar a los supervivientes sasánidas, y tras superar las defensas que Jalinus había establecido en los pasos de los ríos Atteq y Éufrates, lanzo a su caballería por la inmensa llanura de Mesopotamia a la caza de las diversas unidades sasánidas en retirada.

  Como el ejercito bizantino  de Vahan tras la batalla de Yarmuk, el ejercito con el que Rostam había salido de Ctesifonte meses antes había dejado de existir como tal.

  La derrota de Vahan en Yarmuk había dejado a la Siria bizantina casi indefensa, y la derrota de Rostam en Qadissiyyah iba  a provocar el mismo problema en Mesopotamia. Al año siguiente, los bizantinos se retiraron tras la relativa seguridad que proporcionaban las montañas Taurus, intentado proteger sus posesiones en Anatolia y Armenia, mientras los persas iban a encadenar una serie de catastróficas derrotas que iban a  dejar Mesopotamia en manos musulmanas, y que terminarían por extinguir el otrora poderoso imperio sasánida.


  

  Mientras los sasánidas comenzaban su inevitable declive, los generales musulmanes vencedores en Yarmuk no se ponian de acuerdo en que direccion continuar su ataque sobre Siria y Palestina.

  En lo único que parecian estar de acuerdo Abu Ubaida y Kalid era en continuar  combinando sus respectivos ejércitos hasta completar la conquista de Palestina.

  Eso dejaba al ejercito musulman con dos objetivos claros: Cesárea o Jerusalén.

  La caída en manos musulmanas de Jerusalén significaría un golpe moral durísimo para el imperio bizantino.Pero razones prácticas y estratégicas inclinaban la opción hacia Cesárea.

  Ambas ciudades disponían de defensas formidables, pero Cesárea tenia la ventaja de ser un asentamiento costero. Así, no  importaba cuan fuerte fuera el asedio al que pudiera ser sometida Cesárea, la falta de una escuadra musulmana de importancia significaba que los bizantinos podían abastecer a Cesárea indefinidamente ya fuera con provisiones o refuerzos.

Ruinas de Cesarea Maritima, la ciudad que Herodes habia regalado a Cesar Augusto.
  

  Además, Cesárea podía convertirse en una cabeza de puente desde la que los bizantinos podrían realizar incursiones para intentar reconquistar  el fértil valle del rio Jordán.

  Por tanto, la captura de Cesárea prácticamente aseguraría la conquista musulmana de Palestina, facilitando además la posterior conquista de Jerusalén.

  Pero los generales musulmanes no se ponian de  acuerdo, y decidieron enviar un mensajero al califa Umar para que Alá tomara la decisión, que fue Jerusalén.

  Con la decisión tomada por el califa, el ejercito musulmán marcho a través de Pella hacia Jerusalén, llegando hasta sus poderosos murallas a principios de noviembre del año 636.

  La Ciudad Santa llevaba varios años sufriendo una especia de bloqueo parcial desde la captura musulmana de Pella en el otoño del año 634, y los cinco comandantes musulmanes que habían liderado las tropas musulmanas en Yarmuk tomaron posiciones rodeando la ciudad, bloqueando todas las salidas y entradas.

  El líder de la ciudada, el patriarca Sofronio, había tenido solamente seis semanas para preparar la defensa. Abandonada Jerusalén por las tropas del emperador Heraclio y con la guarnicion de la ciudad ocupándose de su propia defensa, Sofronio apenas pudo  reparar algunas de las viejas fortificaciones, reunir suministros y enviar a la costa diversas reliquias cristianas, como la Vera Cruz , para ser enviada a Constantinopla por mar.

  Poco se sabe sobre los siguientes 4 meses de bloqueo musulmán sobre Jerusalén, aunque parece que hubo escaso derramamiento de sangre, ya que ni los musulmanes asaltaron la ciudad ni los defensores intentaron alguna salida para romper el asedio.

  Pero la resistencia era inútil, y en algún momento de marzo del año 637 parece que Sofronio envió  a varios mensajeros para anunciar a los lideres musulmanes que estaba dispuesto a rendir Jerusalén y pagar la jizya para salvar las vidas de los habitantes de la ciudad, pero solo si el califa se presentaba en persona en la ciudad para la entrega.


 

(Continuara…)

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