lunes, 24 de abril de 2023

1956: Insurrección en Budapest ( 8ª parte )

 


Viene de aquí:

  Mientras las tropas soviéticas en Hungría eran puestas en estado de alerta, los manifestantes llegaban a la plaza del Parlamento al anochecer, y exigían la presencia de Imre Nagy.

Manifestantes empiezan a congregarse frente al Parlamento.
 

  Al principio de la revuelta, los manifestantes sospechaban de  Nagy, y no confiaban en el, ya que a principios de octubre había sido readmitido en el partido comunista húngaro, aunque había sido advertido por sus amigos y seguidores que no hiciera nada que pudiera ponerle de nuevo en el foco de los líderes del partido.

  Cuando escuchó las noticias  de la convocatoria de las manifestaciones, Nagy había comentado que la única organización que podía cambiar las cosas para bien en Hungría era el partido comunista, no las muchedumbres en las calles.

  Nagy tampoco estaba tranquilo con las exigencias de los manifestantes, ya que algunas de ellas eran muy similares a las que llevaba en su programa de reformas del año 1953, y no quería que se le relacionara de ninguna forma con lo que pasaba en las calles de Budapest.

  Así que opto por quedarse en casa, bien lejos de cualquier problema. Pero algunos de  sus amigos fueron a verle a intentar persuadirlo para que fuera a la plaza del Parlamento  y hablara a los manifestantes.A eso de las 7 y media de la tarde, lograban persuadirlo, y a regañadientes marchó hacia el Parlamento en el automóvil del escritor Tamas Aczel.

  A primera hora de la tarde, un grupo de manifestantes se había dirigido hacia el edificio  de Radio Budapest ( tambien llamada Kossuth Radio) , en la calle Brody Sandor, esperando poder emitir en antena los 16 puntos exigidos por los manifestantes. Cuando llegaron, se encontraron que la emisora estaba ocupada por más de 300 policías, agentes del AVH y soldados, con mascaras de gas, fusiles y ametralladoras.

Radio Budapest.
 

  Estudiantes y trabajadores seguían llegando, y a las 6 de la tarde ya formaban un gran grupo de unos 4.000 manifestantes que rodeaban el edificio de la radio, cantado eslóganes.

  La directora de radio Budapest, Valeria Benke ,recibió al orden de las autoridades policiales de negociar con los lideres de la revuelta y permitir la entrada en el edificio de 20 manifestantes, vigilados muy de cerca por una docena de agentes del AVH armados.

  A las 7 de la tarde aprecio en la zona una furgoneta con una emisora de radio portátil, un par de técnicos y un locutor, que anuncio a la multitud que Benke había accedido a emitir los 16 puntos, y que si los manifestantes permanecian en  silencio, el manifiesto sería leido en directo.

  Pero cuando los ciudadanos que vivian en los edificios cercanos al edificio de  la radio encendieron sus receptores, solo se emitía música, y todos supieron que Benke había mentido.

  Los manifestantes se enfadaron, y usando la furgoneta como ariete, comenzaron a golpear las puertas  del edificio de la radio, para intentar emitir los 16 puntos por sí mismos.

  Mientras, a eso de las 20:45, Imre Nagy se dirigía  a la multitud congregada en la plaza del Parlamento. Pero había juzgado mal el estado de ánimo de los manifestantes y llamo a todos a confiar en el gobierno y en el partido comunista, animándoles a volver a sus hogares.

  El discurso enfureció a la multitud, que obligo a Nagy a marcharse al cuartel general del partido comunista húngaro, en donde nadie sabía que hacer excepto llamar  a los diferentes cuarteles en donde se acuartelaban tropas soviética en el pais.

  La multitud marchó hacia la plaza de los Héroes, donde había estatuas  de algunos de  los héroes de la historia del pais magiar. Pero hacia apenas un par de años, a los héroes húngaros se les había unido una enorme estatua de Stalin, de 20 metros de atura y colocada sobre un zócalo de mármol.

 

  La multitud uso cuerdas atadas a un camion para intentar echar al suelo  la estatua, pero tras varios intentos fallidos, llegaron varios trabajadores con equipamiento especializado en corte de metal.

  Usando también algunas grúas del sistema de tranvía de la ciudad, finalmente la estatua de Stalin fue derribada, y todo lo que quedo de ella fue un par de botas sobre el zócalo de mármol.

 

  Mientras, los gentes de la AVH que guarnecían el edificio de radio Budapest decidieron tratar de dispersar a la multitud. A las 9 de la tarde comenzaron  a lanzar granadas de gas lacrimogeno desde las plantas superiores del edificio y a disparar sus pistolas sobre la multitud.

  Según dijo un observador de la ONU días más tarde: “si hubo algún momento en el que una manifestación pacifica se convirtió en una violenta rebelión, fue ese momento “.

  Los manifestantes comenzaron a lanzar piedras sobre las ventanas del edificio. Llego una ambulancia, y su nerviosos conductor insistía que tenia ordenes para asistir a los heridos de la AVH en el interior del edificio.

  Sospechando de una trampa, algunos manifestantes forzaron las puertas de la ambulancia, descubriendo armas de variado calibre y municiones destinadas a los guardias de la AVH. Los enfurecidos manifestantes hicieron pedazos al conductor, y su muerte concedió a los manifestantes sus primeras armas. Sabían que si las utilizaban contra los agentes del AVH, no habría vuelta atrás.

Manifestantes apaleando a agentes de la AVH.
 

  Varios pelotones de soldados hungaros que habían sido enviados para reforzar a los agentes de la AVH en la emisora de radio dudaron, y se unieron con sus armas a los manifestantes.

  Las noticias de lo que ocurría en el centro de Budapest llegaron a los barrios de la clase trabajadora, como Csepel y Upjest, y los trabajadores comenzaron a dirigirse hacia el centro de la ciudad en coches particulares, autobuses, camiones, etc, llevando armas que iban arrebatando a policías o que escamoteaban en los almacenes de las fabricas de municiones.

Trabajadores armados marchando hacia el centro de Budapest.
 

  A las 11 de la noche, soldados, manifestantes y trabajadores disparaban sobre el edificio de Radio Budapest. Y las noticas de medianoche reportaban incidentes similares en varios puntos de la ciudad. La rebelión había estallado.

  Esa misma tarde, el politburó del URSS se había reunido de urgencia en Moscú para valorar la situación en Budapest. Zukov dio un escueto resumen, describiendo sobre todo los incidentes que se producían en torno al edificio de  radio Budapest. Varios edificios gubernamentales y del partido comunista habían sido ocupados por manifestantes también en Debrecen, al este de Hungría.

  Kruschev no puso ningún impedimento a la peticion de  Zukov de enviar tropas soviéticas, y la mayoría del Politburó voto a favor.

  Zukov insistió en que la situación en Budapest era mucho mas peligrosa que lo ocurrido en Polonia, y que el gobierno comunista húngaro estaba siendo amenazado y podía ser derrocado.

  Así, el mariscal Zukov ordenaba a la 128 division de  fusileros y la 39 division mecanizada del Ejercito Rojo a cruzar la frontera ruso-húngara  a partir de las 2 y cuarto de la mañana del día 24 de octubre, por Csop, Berogovo y Vylok, para reforzar a las tropas sovieticas de ocupacion en Hungria, un total de mas de 31.000 hombres y mas de 1.100 vehiculos acorazados, incluyendo artilleria utopropulsada y la ultima version del carro de combate T-54.



(Continuara…)

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