Vista desde el cockpit de un Fokker Dr.I |
Viene de aqui :
El 21 de enero de 1918, Richthofen tomaba parte en una competición en Adlershof, cerca de Berlin. Era el primer evento de esa clase que se celebraba, donde los fabricantes de aviones iban a presentar sus últimos diseños para ser evaluados por los mejores pilotos, los mas experimentados en combate, para decidir cual sería fabricado en serie y enviado al frente.
Uno de esos aviones, que destaco en las pruebas y gustó a Richthofen, era el nuevo diseño de Fokker, el Fokker D.VII
No fue hasta marzo cuando Richthofen fue autorizado a volar de nuevo, derribando a su enemigo 63 el día 12, y al enemigo 64 el día siguiente.
Su extraordinario desenvolvimiento, y el de sus hombres del Jasta 11, no dejaba duda que Richthofen no sufria de estrés postraumático ni que su herida en la cabeza lo hubiera convertido en un piloto mas descuidado o excesivamente agresivo.
Su victoria numero 70 la consiguió el 26 de marzo, lo que le hizo acreedor a la condecoracion de la Orden del Aguila Roja, de 3ª clase, con corona y espadas, condecoración reservada para oficiales de alto rango.
EL 20 de abril otros dos derribos elevaban su cuenta hasta los 80, acumulando victorias a una velocidad vertiginosa.
La prensa alemana haciendose eco de la victoria nº 75 de Richthofen. |
La mañana del día 21 de abril de 1918 amanecia con una neblina lo suficientemente espesa para anular todos los vuelos previstos, aunque el pronóstico para las siguientes horas era mucho más favorable.
Los pilotos del Jasta 1 estaban de buen humor, pasando el rato hasta que se pudieran reanudar las operaciones. Richthofen estaba contento, alegre por sus dos últimas victorias y con ganas de irse de vacaciones ,a una caceria en Friburgo prevista para el día 23.
Los pilotos del Jasta !, esperando. |
Mientras esperaba, jugueteaba con su gran danés, Moritz, y uno de sus hombres, el teniente Richard Wenzel, aprovechó para tomar un par de fotografías.
Iban a ser las últimas imágenes de Manfred Von Richthofen con vida.
A las 10 de la mañana, los aviones de reconocimiento del Jasta 1 informaron que el cielo se habia despejado sobre Le Hamel, y dos cazas despegaban rápidamente, uno de ellos Manfred Von Richthofen, en su famoso Fokker Dr.1 color rojo brillante, y el otro, su primo Wolfram.
40 minutos después, los cazas alemanes divisaban dos RE.8 del 3er escuadrón del AFC, fotografiando las trincheras alemanas en Le Hamel.
El avión rojo freno en pleno movimiento de ataque, y se alejó antes de ser atacado por los aviones britanicos. El otro avión alemán fue ahuyentado de la zona por disparos de ametralladora.
Esta comúnmente aceptado que el avion rojo que tuvo
que escapar del combate era el de Richthofen, quien podría haberse visto
obligado a alejarse debido a un fallo de su armamento.
Aparentemente, Manfred solucionó el problema con su ametralladora y volvió a unirse a su compañero, y ambos tomaron contacto con una escuadrilla de 10 Sopwith Camel del escuadron de caza 209, en los cielos cercanos a Cerisy.
Sopwith Camel. |
Manfred había aconsejado a su novato primo escapar si tenían que enfrentarse a una fuerza muy superior numéricamente a la suya.
Esa fue la intencion de Wolfram, volver a la base, pero de repente se encontro bajo ataque del Sopwith Camel de otro piloto novato, el teniente Wilfred May.
Teniente Wilfred May. |
Tras disparar varias ráfagas de ametralladora sobre el avion de Wolfram, sin exito, el teniente May volvió de regreso a las lineas aliadas. Pero, desafortunadamente para May, su ataque había sido visto por Manfred, que tenía una habilidad casi legendaria de mantener un ojo vigilante sobre sus hombres en pleno combate.
Manfred empezó a perseguir al Sopwith del teniente May por el valle del Somme.
Un piloto experimentado hubiera hecho uso de la superior velocidad del Sopwith Camel y habría escapado del triplano rojo. Pero May era un novato.
Tras unos minutos de persecucion a gran altitud, ambos aviones bajaron a la altura de las copas de los arboles, volando a través de una neblina tan intensa que ambos pilotos tuvieron que iniciar sendas maniobras evasivas para evitar colisionar con el campanario de la iglesia de Vaux-Sur-Somme.
Richthofen no cejaba en su persecucion, mientras May zigzagueaba continuamente tratando de eludir la persecución del aleman. Pero ese zigzagueo del británico permitió a Richthofen volar en rumbo recto, acercándose a su enemigo.
El examen posterior de las ametralladoras LMG 08/15 de Richthofen mostro que una de ellas estaba atascada completamente por una vaina rota, mientras la otra tenía el percutor roto, obligando a Richthofen a amartillar su arma cada dos o tres ráfagas.
LMG 08/15 |
Así, Richthofen debia estar muy ocupado, volando entre las turbulencias del viento, usando su mano izquierda para dirigir el avion y la derecha para amartillar su ametralladora, tratando de asegurarse que su siguiente ráfaga, que podía ser la última, acertara en el Camel Sopwith de su enemigo.
No es de extrañar entonces que no se diera cuenta que el capitan Roy Brown, líder de la 209 escuadrilla de caza, se lanzara sobre él desde mayor altura desde el este, para tratar de proteger al novato teniente May.
Capitan Roy Brown. |
Brown llegó a la altura de Richthofen al oeste de Vaux Sur Somme, disparando una ráfaga de su ametralladora sobre el Dreidecker rojo antes de perderlo de vista en un espeso banco de niebla. No pudo detener a Richthofen, que siguió persiguiendo al teniente May.
El descuido de Richthofen al no darse cuenta de que habia cruzado las líneas y se internaba en territorio enemigo no ha sido explicado aun. Algunas fuentes afirman que fue debido a su reciente herida en la cabeza, sugiriendo algún tipo de daño cerebral.
Pero Rchthofen ya había sido descuidado cuando había empezado a perseguir al teniente May.
"Ultimos momentos del Baron Rojo", obra de Martin Ulbricht. |
Las trincheras de ambos ejercitos en el valle del Somme estaban recién excavadas, y se distinguían desde el aire menos que trincheras que ya llevaban más tiempo excavadas y ocupadas.
Richthofen volaba también a baja altura, siendo así mas difícil precisar su ubicación. Pero, a menudo, volaba detrás de las lineas enemigas en ataques sobre objetivos terrestres y no habia tenido ningún problema aunque se internara en territorio enemigo 4 o cinco kilómetros.
Además, la niebla ofrecía una protección limitada frente a los observadores enemigos, cuanto más bajo volaba ,mas visible era. Aunque, segun testigos presenciales, Von Richthofen no parecia estar preocupado por el fuego de las tropas terrestres enemigas.
"El ultimo vuelo del baron Rojo", obra de John Young. |
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