Seis mil soldados del ejercito español fueron "reclutados" para participar como extras en las multitudinarias escenas de batallas.
Muralla de la Ciudad Prohibida, construida a tamaño natural. |
Una constelacion de estrellas de Hollywood iba a protagonizar la película, encabezados por Charlton Heston, Ava Gardner y David Niven, entre muchos otros.
La película se ubica temporalmente en el año 1900, en una China azotada por la revolución nacionalista Boxer. Las embajadas extranjeras, ubicadas en el interior de la Ciudad Prohibida, deben hacer frente con sus propios medios y en espera de refuerzo, al asedio de los bóxers.
El capitán John T Meyers, de los marines estadounidenses, se encontraba el 3 de julio del año 1900 muy lejos de su hogar.
Capitan John T. Myers. |
Si hubiera sido de día, su camisa
de franela azul y su sombrero de fieltro de ala ancha lo harían parecerse mucho
a los soldados de la Union de la guerra civil estadounidense. Pero no estaba
ni cerca de las colinas de Shiloh o Chickamauga, sino que se encontraba sobre un poderoso muro de piedra rematado por
incontables almenas, en una desconocida fortaleza china.
Junto a los marines estadounidenses combatiendo en la llanura se encontraban destacamentos de infantería británica e infantería de marina rusa, esperando la orden para asaltar una posicion defensiva ocupada por tropas chinas.
Los marines de Myers eran parte de una de las fuerzas militares más surrealistas jamás vistas, ya que nunca se habían unido las banderas de Japón, Alemania, Rusia, Gran Bretaña, Francia, Italia y Austria-Hungría con las barras y estrellas de la bandera estadounidense, en un mismo ejercito.
Tropas coloniales del ejercito francés procedentes de Indochina y Argelia combatían codo con codo con los sijs, gurkas y lanceros bengalíes del ejercito británico, entre otros contingentes de soldados, infantes de marina y marineros que se encontraban en China durante la rebelión de los bóxers.
Las potencias occidentales que estaban en plena expansión en Asia habían puesto sus ojos sobre Chna, que se tambaleaba bajo un gobierno ineficiente, y que se vio rápidamente superada por el moderno armamento occidental, sobre todo por los navíos de guerra a vapor.
Muy pronto, China perdió varios importantes puertos y enormes territorios a través de arrendamientos forzosos o directamente conquistas territoriales de Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania y Rusia durante el siglo XIX.
Incluso la otra potencia de extremo Oriente, Japón, se unió a la refriega adoptando muchas ideas occidentales para conseguir un ejército formidable, que le sirvió para derrotar fácilmente a China en la guerra chino-japonesa de los años 1894-95, obteniendo el control de la península de Corea.
En la batalla de la isla Hai Yang, Japon derrotaba con facilidad a la flota china. |
Sobornos y amenazas veladas impulsaron al gobierno chino a otorgar minería, ferrocarriles y otras concesiones comerciales a compañías extranjeras .Miles de trabajadores extranjeros comenzaron a llegar a China atraídos por los altos sueldos y el trabajo seguro en las compañías europeas, lo que provoco un fuerte aumento del desempleo entre los chinos.
Miles de mineros chinos perdieron su sustento cuando las minas en las que trabajaban fueron entregadas a intereses europeos; la construccion del ferrocarril de Pekín a la costa sirvió para dar trabajo a miles de trabajadores europeos, pero arrojando a miles de chinos al desempleo.
Además, una severa seguía en 1899 arruino muchos cultivos y expulsó a muchos campesinos de sus fincas.
Los occidentales que habían impuesto su presencia no deseada en China disfrutaban ademas del privilegio de extraterritorialidad, es decir, tenían inmunidad a las leyes chinas y al posible enjuiciamiento penal por parte del sistema legal chino.
Las tropas extranjeras controlaban las vías ferroviarias junto a la policía, ocupando ciudades portuarias y otros lugares en territorio chino. Se permitio tambien a los misioneros extranjeros difundir sin límites la religión cristiana, para llevar esperanza a muchos de los pobres de China. Pero esa situación iba a alarmar y ofender a los tradicionalistas chinos.
En la última década del siglo XIX, el emperador Kwang, de mentalidad reformista, trato de fortalecer el país a través de una modernización similar al camino tomado por Japón.
Pero la llegada del emperador al trono chino había sido pilotada por su tía, la emperatriz viuda Tsu Hsi, que comenzando su carrera como concubina imperial había llegado a convertirse en la persona más poderosa de China, gracias a su formidable inteligencia y perspicacia política.
Emperatriz Tsu Hsi. |
Pero, desafortunadamente para China y sus habitantes,la emperatriz solía utilizar sus habilidades para apuntalar y favorecer a la elite corrupta, ineficiente y conservadora que aun perduraba desde la dinastía manchú.
Oponiéndose a las reformas del emperador Kwang Hu, hizo deponer a su sobrino y lo puso bajo arresto domiciliario.
Lejos de la corte imperial y de los enclaves para extranjeros, el resentimiento de la población se extendía por campos y ciudades del norte de China contra la influencia extranjera , a las que culpaban de las penurias que sufrían y que llevaban al desempleo y el hambre .
Miles de chinos enfadados y desesperados se acercaron en masa a un movimiento nacionalista llamado I Ho Chuan (puños justos y armoniosos).
Arremetiendo contra cualquier posible cambio, los adeptos atacaron iglesias cristianas matando a los misioneros, y destruyeron negocios y propiedades extranjeras.
Los europeos se burlaron del movimiento, llamando a sus cada vez más numerosos seguidores Bóxers.
Los bóxers mezclaban la modernidad con la superstición. Montaron una eficaz campaña publicitaria, con cientos de miles de octavillas y carteles, en las que aseguraban a sus futuros seguidores que sus artes marciales especiales y sus hechizos rituales desviarían las balas de plomo de los demonios extranjeros.
Tipico cartel de propaganda Boxer, en el que ademas de incluir proclamas de odio a los extranjeros, se amenazaba con funestas consecuencias a quien colaborara con los "demonios extranjeros".
Se realizaron numerosas pruebas de invulnerabilidad por ciudades y villas, con fusiles cargados de proyectiles de fogueo, lo que impresionó a miles de campesinos y desempleados, que se unían rápidamente al nuevo culto.
Los bóxers no tenían un uniforme, pero las fajas y brazaletes de color rojo permitían distinguirlos. Muchos de ellos rechazaban las armas de fuego por considerarlas un producto del mal extranjero, utilizando a cambio espadas, lanzas y otras armas tradicionales.
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